Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

martes, 28 de diciembre de 2010

133.- SALVADOR LÓPEZ BECERRA


Nace en Málaga en 1957. A su condición de poeta, se añade su actividad como editor. Fue presidente del Ateneo de Málaga.
En la actualidad compagina su actividad literaria con la gestión intercultural. Su dedicación a la cultura marroquí le hace pasar temporadas en el país vecino, además preside el Ateneo Hispano-Marroquí y es el director de: "Al Sur del Sur: otra mirada", jornadas de intercambio cultural entre la ciudad de Málaga y Marruecos, inscritas en la iniciativa comunitaria Interreg y se encarga de la sección de poesía en www.webislam.com.
Su obra se encuentra traducida a varios idiomas.

-POESÍA:
1979: Poemas.
1983: Mvsevm.
1984: El Patio.
1985: Arquitectura del En/sueño & Afán de la luz.
1985: Lava.
1986: Variaciones sobre el Olvido.
1987: Riente Azar.
1990: Icastica.
1991: Volvntad del Fvego.
1994: Grafo.
1996: Cuadernos del Atlas (Guad, Lalla y Lugar al Sur del Sur).
2006: Gozo comunicado
2007: Ganga

-PROESÍA (poesía en prosa):
1997: Tifinar.
2003: La Gacela y el Palmeral.
2003: Mudra.
2005: Kabileño.




SUTRA DE LA COLA DEL PEZ

(A todos los Seres que han sido, son y serán turistas espirituales)

EL tiempo pasa inmóvil;
cuelga sobre sí,
tiempo sin tiempo.
Y todavía no sabemos muy bien quienes somos
ni a donde nos dirigimos,
acaso a la reminiscencia
de una memoria perdida
o al contrasentido de los lúcidos instantes
que la fugaz mirada ofrenda.

Mientras,
intentar salir de la espesura,
ir a buscar las flores más olorosas en el espíritu,
sin somatizar la humana polifagia de dicha
de los hipocondríacos gurús (lamas, imanes,
curas, frailes, monjes, ascéticos,
místicos, piadosos,
u otros disímiles híbridos convencidos),
dudosos santurrones maestros;
y quemar inciensos lejanos
ver como apilados humean precipitadamente lentos;
no inferir en el instante presente,
olvidar las representaciones del pasado,
las imposibles efigies del futuro
en los rostros maquillados de las estatuas.


Y doblar, con serenidad, las esquinas anunciadoras
de miles de cosas inexistentes,
exhalando el humo mentiroso
de toda tradición extrañamente manipulada;
discurrir con la ilusión descalza de los niños pobres
por calles repletas de asonancias e iletrados devotos
de tránsitos indiferentes;
redimir el entrecejo de pagadas bendiciones,
recoger el Dorje y la Campana,
celebrados símbolos de un corazón minero;
desenmascarar el falso esplendor añejo de los bodhisattvas
en las iconografías de mantecoso karma
que las medievales sombras iluminan.

—Con el corazón y la cartera en un puño
¿hacia que lugar irá ahora
el jadeante buscador
en el irreal crepúsculo extraño de su fe ?—

Las reflexiones,
cual gastados motores asiáticos,
se internan en el caos fantasmagórico
que así mismo se ignora;
política substancia derramada.

Y sobre la noria,
donde alguien creía elevarse,
la cenobita mentira del lamaísmo ventoseó.

Y, sin embargo, todo misterio tiene sus misterios,
toda búsqueda, su recompensa,
su creativa soledad,
su espera antes de volver a comenzar,
su positivo estigma;
mas nada es dado por perdido cuando todo el tiempo,
en un diminuto abrir y cerrar de párpados inmensos,
se recupera.

Y con unos versos por escribir
con las “Practicas Preliminares” cumplidas,
el Dhammapada cien veces leído,
y los Klesas perdonados,
organizarse una vuelta
con la mente,
turísticamente,
por la rueda de la chinesca vida tibetana
y no grabar en video el fantasmal Potala,
ni la ciudad de Gyantse, nada,
ni el rostro huérfano de los espectrales chamanes Bön,
ni las alunadas jetas de los tenderos Han,
ni el oro ni las turquesa ni las trenzas
de las empobrecidas mujeres reptiles,
si no la luz, no confundida, que habita más al sur,
en la cola del pez himalayico,
el Machapuchare, la cima sagrada,
donde la voz contaminada
del hombre todavía no ha llegado.

Y llegar, confortablemente conducido, a Lumbini
y pasar de largo, como quien ignora un sueño,
camino de la samsárica India
y darse cuenta de que en ningún nombrado sagrado sitio
nada cierto queda de quien llamaron "Iluminado".

Y ya en casa,
con las babuchas morunas puestas,
asistir y participar
no en el Kalachakra
ni en otras iniciaciones tarifadas,
sí en la reconfortante y festiva pudja gratuita
de cognitivos trances
en honor al nuevo y más poético
e iconoclasta
Salvador López Becerra.

(Versión inédita del poema aparecido en Mudra)







COTIDIANA

1

No te sacie el ayudar.
Regocíjate como el sol
que nunca se cansa de esplender.
Jamás te harte el proveer,
ni el asistir;
pues a ti mismo
te socorres.


2

Ningún perfume te lastime.
Ni la pimienta triturada,
ni el sándalo quemado,
ni el azahar herido…
Que la única esencia
que te traspase
sea la del Amor.





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