Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

lunes, 21 de marzo de 2011

311.- MIGUEL ÁNGEL CONTRERAS


Miguel Ángel Contreras 
Nació en Guadix (Granada), el 21 de octubre de 1968. Licenciado en Filología Hispánica y con Diploma de Estudios Avanzados en «Estudios Superiores de Filología Española» por la Universidad de Granada, se ha especializado en literatura española del Siglo de Oro y en poesía española contemporánea. 
Como poeta, en 1998 fue uno de los seleccionados por Fernando de Villena en su antología La poesía que llega. Jóvenes poetas españoles (Madrid, Ed. Huerga y Fierro); desde esa fecha ha sido antologado en distintas ocasiones, entre las que cabe destacar las antologías “Ocho poetas jóvenes de Andalucía” realizada por Pedro José Vizoso (revista digital Decir del agua, Miami, enero de 2006), “Doce voces al Sur” preparada por Gregorio Morales (Alhucema Literatura, nº 16, julio de 2006), “20 Poetas colombianos. 20 Poetas españoles” preparada por Rafael del Castillo (Ulrika, nº 39-40, abril de 2007) y “Poesía cuántica: ocho poetas” realizada por Javier García Hernández (revista digital Decir del agua, Miami, enero de 2008) . Ha colaborado en distintas revistas y publicaciones de las que sobresalen: Calas. Revista de literatura; Hache. Revista de poesía; Letra Clara, República de las Letras, Robador de Europa, Fata Morgana y Arenas Blancas. Desde 1998 forma parte del Grupo de Estética Cuántica que coordinan el novelista Gregorio Morales y el pintor Xaverio. 


Ha publicado Libro de precisiones (Editorial Bartleby, 2012). 







Cómo poder encontrarte,
en esa inmensa mancha de arena
que es el desierto que te cubre,
entre millones de granos
intemporales y crudos.
Cómo intentar hallar tu figura.
Desde el último oasis que soñé,
necesito buscar la senda,
seguir el rastro de las huellas
que de ti dejaste
sobre la inmensa masa de playa sin mar...
de olas de dunas y arena.
El desierto se hace opaco,
como una incesante oquedad abierta,
una oquedad que se abre eterna
y se desmorona lentamente,
casi de forma ingrávida.

[De LIBRO DE PRECISIONES]





Los bosques de la noche han abierto sus lunas
unidos por la vigilia última que precede a la muerte.
He visto el ataúd de la consciencia
hundirse en el vacío y la oquedad:
La muerte no es más
que la pérdida del tiempo en su espacio.

[De LIBRO DE PRECISIONES]





SOBRE EL MOLDAVA

Por el puente de Carlos la soledad es infinita,
cientos y cientos de personas encubiertas
persiguen a sus sombras o a las sombras de otros.
No hay mayor soledad que la de los puentes
de los ríos caudalosos, cubiertos de estatuas
y habitados por miles de transeúntes que se saben perdidos.

[De LIBRO DE PRECISIONES]







SOÑÉ QUE DORMÍA Y TE ACERCABAS HACIA MÍ
Soñé que dormía y te acercabas hacia mí,
que me despertabas con una sutil caricia
y no evitamos compartir cómplices
el primer café de la mañana.
Entre anécdotas de viajes, silencios delictivos
y alguna historia más, que no te cuento,
el tiempo nos negaba que existía.
Fue un sueño plácido sentir, aquella mañana
de verano, como te acercabas
con la luz cálida del recuerdo,
como si ayer y hoy fuesen lo mismo.

[De LIBRO DE PRECISIONES]







EL PEQUEÑO COSMOS DEL HOMBRE

Vuelvo hacia adentro, donde siempre he estado,
donde está todo y nada es concreto; donde somos
los mismos. Vengo a los paisajes fractales del subsuelo,
a rincones sumergidos que se esconden tras paredes
de vísceras y entrañas. Cruzo por arterias del más frío
y oscuro anonimato: reconozco a un niño que me mira
asustado y a un adolescente arrogante que me increpa,
y quizás a ese viejo profesor. Las arterias lo son todo,
lo cruzan todo: los cuerpos, las ciudades… Siempre están
en todas partes. Y me apoyo -al sumergirme- en el osario
que aguanta y da firmeza a mis insomnios.

[De LIBRO DE PRECISIONES]




CIUDAD ABIERTA
Seguiré sentado entre tus piernas, apoyada
una mano en tu rodilla; desnudo entre la espuma
de los cuerpos… desnuda seguirás junto a.mi espalda.
Compartes con mi carne los fluidos, notando
la quietud tras la batalla. Te toco con dos dedos
una mano y siento en ti sudar la piel que rozo.
Y enredo mi otra mano en tus cabellos, dejando
que me embriague nuestro aroma. Descubro
entre los gestos de tu rostro
instintos de animal y fuego ardiente.

[De DOS POEMAS ATENIENSES]




LOS PUERTOS DEL DESEO

Deseo entrar en tu cuerpo ensimismado
atracando por tus puertos de placer:
por tu boca que bebe de mi esencia
jugando con la lengua en los sentidos,
por tu pubis desnudo y brasilero
lubricado en pasión y fantasías,
tras tu espalda donde pierde en sí su nombre…
Atracar en tu puerto es mi destino.

[De DOS POEMAS ATENIENSES]




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