Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

miércoles, 31 de agosto de 2011

824.- FERNANDO MILLÁN


Fernando Millán (Villarrodrigo, Jaén, 1944) trabaja desde mediados los años sesenta dentro del campo de la poesía experimental. Su trayectoria está definida por la continua interrelación teoría-práctica, práctica-teoría, así como por su labor de promoción de las nuevas estéticas nacidas de las neo-vanguardias. En esta línea, ha desarrollado una visión crítica y teórica, presentada en artículos, conferencias y talleres, que es fundamental para la comprensión de las aportaciones de las neo-vanguardias. Desde 1968 en que se publicó su primer libro de poemas, han aparecido doce libros de poesía visual. Entre sus últimas publicaciones están: “Vanguardias y vanguardismos ante el siglo XXI, Ardora, Madrid 1998; “Ideogramas, emblemas y mitogramas”, Instituto de Estudios Giennenses, Jaén 2003; “La escritura en libertad”, Visor, Madrid 2005 (reedición de la v ersión publicada por Alianza editorial en 1975)

La poesía oral, en sus dos vertientes de obras en audio/video, y en intervenciones en directo es uno de los campos en os que ha trabajado de forma más activa en los últimos años.

En el campo de la plástica, su trabajo se inicia en los años setenta, y se ha presentado en seis exposiciones individuales, aunque la mayor parte de la producción nunca ha sido mostrada ni editada. El autor distingue claramente entre las obras pensadas para ser publicadas y las que las están destinadas a ser expuestas. “Los signos de la mano” es un ejemplo de esta línea de trabajo, ya que incluyen toda una serie (iniciada en 1970) para editar, junto con otra (95-98) pensada para ser expuesta.








FERNANDO MILLÁN
Progresión negativa /2, 1967

Tachadura

"Una progresión negativa", tercer capítulo de Textos y antitextos, compuesto por tres poemas --del que reproducimos el segundo--, y el libro apropiado La depresión en España, son los textos tachados más conocidos del autor cuyo trabajo con este método ocupa una parte importante en su obra. En el prólogo a Textos y antitextos, Fernando Millán puntualiza acerca del tachismo literario, "la negación es un proceso dialéctico: la negación del texto tradicional, de paso a otro nuevo que nace de ese proceso, y que no permanece como una simple negación, sino que crea sus propias relaciones, su mundo significante" y "frente a la invasión de lo discursivo, de la atracción aplastante de la publicidad, de la verborrea, la poesía sólo puede responder de una forma: tachando, negando, borrando..."









FERNANDO MILLÁN
Mano que Clama, 1970





Donde está Ariadna
Poema impreso como tarjeta postal incluido en el sobre colectivo Situación Cinco en 1970 con motivo de la exposición del Grupo N.O. en la Galería Eurocasa de Madrid.
Este poema, publicado por primera vez en el diario Madrid (6/ 5/ 1970) y posteriormente en Textos y antitextos (El anillo del cocodrilo, Madrid, 1970), condujo a Fernado Millán a la construcción del relato icónico Ariadna o la búsqueda, trabajo realizado entre 1971 y 1973, en el cual la experimentación con la fotografía unida a la utilización del signo, "son sometidos a las estrategias de una mitología personal", donde el deseo y su realización se buscan mediante del hilo de la escritura, produciendo distintos encuentros y desencuentros, reflexiones dentro del laberinto personal donde el monstruo acecha.
Ariadna o la búsqueda, publicado finalmente en 1996 (Colección de textos, Información y producciones s.l., Madrid), "muestra --como señala su autor-- una precocidad pop y unos contenidos líricos sin disimulos. Es también una apuesta por la experimentación directa y sin previos aparatos teóricos".




Criptograma

Incluido en el libro Mitogramas (Turner, Madrid, 1978) que antologaba la producción de Fernando Millán en el período 1968-1976, aparece este poema dentro del apartado dedicado a los "criptogramas". Pensados por el autor como una escritura pluridimensional, enfrentada a otra lineal, los criptogramas se contituyen como una síntesis de escritura fonética y visual, en un sincretismo "que ofrece la complejidad ambigua y criptográfica de la imagen, junto al paisaje abstracto recogido en palabras o en cualquier otro sistema de signos". En ellos se adopta un cinetismo óptico característico del op-art, dando lugar a verdaderos "op-emas", que proponen una misteriosa veladura visual sólo franqueable por la lectura atenta.




Ejercicios impú(lú)dicos

Poema impreso como tarjeta postal para la exposición individual de Fernando Millán en la galería Estudio Levi de Madrid en 1976. La exposición se anunció con el título "Ejercicios impú(lú)dicos para una escritura no pobre" y presentó poemas en los cuales se utilizaba la fotografía como principal medio expresivo, y que forman el libro inédito de Millán, Ejercicios impú(lú)dicos (1975-1976).
Con respecto a la "escritura no pobre" el autor escribe en el prólogo de Prosae (Garsi, col. Metaphora, 1981), "la escritura no pobre es un lugar de confluencia de elementos verbales y no verbales, que se articulan sintácticamente mediante procedimientos muy variados: superposición-subordinación, repetición, derivación... la escritura no pobre puede conseguir, a través de una alta temperatura informacional, el cambio de sentido de los límites de lo aceptado como escritura, y su utilización en proposiciones artísticas que se comportan de forma específica como escritura".




"Libro de las inferencias", 1999.
Frottage, grafito.
Número de páginas: 250
Tamaño: 125X200 m/m
EJEMPLAR ÚNICO






"Nunca/Never", 2000.
Apropiación, tinta y acrílico,
Medidas: 245X305 m/m
EJEMPLAR ÚNICO




"Libro de las figuras y las tablas".
Apropiación, tinta china y tinta caligráfica.
Medidas:
Número de páginas:
EJEMPLAR ÚNICO






domingo, 28 de agosto de 2011

823.- JOAQUÍN LOBATO


Joaquín Lobato Perez fue un poeta, dramaturgo y pintor nacido en Vélez-Málaga (Málaga) en 1948 y fallecido el 7 de abril de 2005. Aunque se dedicaba fundamentalmente a la poesía, hacia también incursiones en campos tan distintos como son el teatro y la investigación literaria, la pintura, el dibujo, y dedicándole especial atención a la técnica del cartel.
En su juventud participó en diversas reuniones de poesía e incluso crea un “Club de poetas cabreados con Platón” que debe su nombre al hecho de que Platón echó a los poetas de su ciudad ideal.
En 1967 se trasladó a Granada, donde se licencia en Filosofía Románica. Rápidamente se introdujo en los cenáculos de la joven poesía andaluza. Publicó su primer libro : "Metrología del sentimiento" en Granada en 1967.
Diversos artículos y dibujos acompañaron esta primera publicación. Colabora en la fundación de la revista "Tragaluz" con Manuel Alvar Ezquerra, Antonio García Rodríguez y Álvaro Salvador.
En 1970 realiza su primera exposición de dibujo en la Galería "Zíngara". Durante sus estudios universitarios, los viajes tras los grandes poetas españoles son pan de cada día. Vicente Aleixandre, Blas de Otero, José Luis Cano, Federico García Lorca, Francisco Giner de los Ríos, ... son algunos de los maestros que van dejando su impronta personal sobre Lobato. De Granada se despide con otro libro: "Primera antología de las cosas" publicado en Málaga en el año 1972.
De vuelta a Vélez-Málaga funda las "Reuniones de Poesía" con Miguel Berjillos, José Antonio Fortes y Antonio Segovia Lobillo. Poco después, en 1973, crea con José Andérica y José Bonilla, la fundación "Arte y Cultura", que se dedicada a la expansión plástica y literaria de Vélez-Málaga, firmemente apoyada con la editorial del mismo nombre. Alterna en esta época como manifestaciones de un sentimiento unitario, pintura y poesía.
En 1975 expone en la Caja de Ahorros de Antequera de Málaga y publica "Dedicadas formas y contemplaciones" (poemas a la pintura contemporánea) en la ciudad de Málaga en 1975. Al año siguiente son dos libros que lanza al mercado: "La careta" publicado en Málaga en 1976 y "Farándula y epigrama" publicado igualmente en la capital de la costa del sol en 1976.
Granada se mantiene como puerta abierta al mundo para Joaquín Lobato. En ella funda en 1977 el grupo cultural andaluz "Colectivo 77" y recibe el Premio García Lorca,2 de ese año por su primera obra teatral "Jácara de los zarramplines" Granada, 1978. Paralela a su actividad literaria, ejecuta infinidad de carteles y una serie de óleos, grabados y dibujos que expone en el Museo de Málaga en 1979, aportando una personalísima manera de interpretar la realidad desde la estilística naif.
Fue nombrado Hijo Predilecto de su localidad natal de Vélez-Málaga3 por unanimidad de todos los grupos políticos.
Tras su fallecimiento, su familia, cedió su legado al ayuntamiento de su localidad natal, Vélez-Málaga siguiendo los deseos de de Joaquín Lobato en marzo de 20074
Obras
Entre otros, escribió los siguientes títulos:

Metrología del sentimiento en 1967
Primera antología de las cosas en 1972
Dedicadas formas y contemplaciones (poemas a la pintura contemporánea) en 1975.
La careta en 1976
Farándula y epigrama en 1976
Jácara de los zarramplines de 1978
Infártico de 1982.
Poemas del Sur de 1984.
Breve Antología de 1984.
Antología Malake de 1985.
Antología en Ciudad Jardín de 1989.
Atardece el mar de 1993.










Joaquin Lobato: Pincel de poeta y pluma de pintor

Ha sido un personaje amado por gentes como Miró, Aleixandre y Alberti; un intelectual a quien sus seis décadas de vida no han arrebatado su forma de enfrentarse al arte y a la literatura, con las armas de la lírica y la ingenuidad.

Hoy, recién salido del hospital, y en una situación de salud sumamente precaria, Joaquín Lobato es un referente cultural importante para Andalucía; un intelectual a quien sus seis décadas de vida no han arrebatado su forma de enfrentarse al arte y a la literatura, con las armas de la lírica y la ingenuidad.

Nació en 1943 en Velez Málaga, cerca del Mediterráneo, y conoció una infancia en lo que lo lúdico y lo sacro se daban la mano... Y conoció a un cine que le permitía ver películas de Glenn Miller y la atractiva Silvana Mangano.

En su primera juventud pintaba, escribía y hacía teatro ...y se deslumbraba en las tardes de cine. Luego marchó a Granada para estudiar Filosofía y Letras. Es la época en la que empieza a publicar y entra en contacto con vanguardias artísticas y poéticas. Participa en diversas reuniones de poesía e incluso crea un “Club de poetas cabreados con Platón” (Platón echó a los poetas de su ciudad ideal).

Irónico, alegre, culto, Joaquín Lobato llega a su sexta década con la salud sumamente maltrecha, que le liga más al hospital que a la creatividad. Aún así, es capaz para sacar lírica hasta del sufrimiento y componer versos hasta de sus accidentes clínicos.

Uno de los últimos poemas – tierno y dramático- está dedicado a su caída de la cama hospitalaria y pertenece a un poemario experiencial realizado a raíz de su última estancia, de tres meses, en un hospital malagueño.

Secretario de la fundación María Zambrano, radicada en Vélez Málaga, su localidad natal, desarrolla en la medida en que puede físicamente una labor comprometida con el pueblo, al que implica en la defensa de la cultura.

Libros como “Farándula y epigrama”, “Infártico”, “Atardece el mar” y “Dedicadas formas y contemplaciones” certifican una actividad poética que se remonta hasta sus días de estudiante. “Jácara de los Zarramplines”, premio García Lorca de Teatro 1977, es una muestra de su actividad teatral.

La sencillez es su arma:


“Atiendo
si
dicen
mi nombre
las anémonas. O
cuando
llaman
a mi puerta
las palomas.

Me hago el
tonto
cuando los muy
serios
señores
de rabiosas corbatas y
espantosas
calvas
me
señalan.”


Juvenil, alegre, candoroso, el poeta es un paisajista luminoso. En “Atardece en el mar” narra:


“De cuando yo niño
me asomaba sobre los hierros
de la baranda de mi azotea
para ver el caballo que volando
iba hacia el mar. Cruzaba el cielo
con la brisa azul sobre su lomo,
desnudísimo. Elegante
y fiero hasta alcanzar la orgullosa
plenitud que proyecta
su codicioso y navegante vuelo”.


Pero ese amor a la literatura también está unido al arte. Practica el cartelismo y la pintura al óleo y ha realizado diversas exposiciones individuales, básicamente en Andalucía; donde existe un gran aprecio a su obra tanto literaria como pictórica.

Ese amor al arte se denota también en sus versos, como éste dedicado a Tolouse Lautrec:


“antiguo Paris de humeante
atmósfera esperpéntica de
mujeres fetiches de altos
cocos ligeramente
despeinados.
Soledad todavía romántica (nostalgia
de una vieja canción) color azul íntimo
sepia
difuminándose
Acordeones en la madrugada del Sena
otoñal
trasnochadas levitas y rociadas
lentejuelas
tristeza incontenible bajo la
máscara
antifaz solitario ya
sin gota alguna
de
champaña en
la copa
rota
de su
mano
Enaguas de encajes rabiosamente
blancos y las medias de la bailarina
borracha
entre serpentinas grises.”


Joaquín pinta a su aire. Tiene influjos de Miró, con quien aprendió arte del pincel, pero no es mironiano; a veces recuerda a Modigliani...y hasta Braque o Saura. Pero es todos y ninguno. Es un amante de la cultura, un renacentista que aprende, pinta y aplica en sus cuadros un color vivo, cargado de luz, algo inherente al sur mediterráneo donde vive.
La cercanía de su pintura a la poética es plena. Nace para la poesía en 1967, cuando publica “Metrología del sentimiento”; pero en esas fechas ya estaba experimentando la pintura, y en 1970 hace su primera exposición. “Asombrado y disperso es el corazón del poeta”, dijo María Zambrano, también nacida en esta tierra, como recuerda Rogelio Blanco, escritor y filósofo, uno de los mejores conocedores de María Zambrano y de Lobato.
Pero también está cerca la pintura de Lobato de su amor al teatro. Lo testifican sus “goliardos”, caras-máscaras que impregnan sus cuadros de un aire más misterioso que trágico.
Joaquín Lobato está entrando en los sesenta, pero es un niño-poeta-pintor. Y eso es muy difícil a ciertas edades.
Tomas Alvarez




822.- FIDEL VILLAR RIBOT


Fidel Villar Ribot

Nace en Granada en 1953. Se licenció en Filología Románica por la Universidad de Granada en 1977. Tras veintisiete años ejerciendo la docencia, en el 2004 recibe felizmente la jubilación laboral por razones de salud. Desde que la muerte le concedió ser emérito del tiempo, está dedicado por completo a la creación literaria.
Ha venido practicando habitualmente la Crítica Literaria en las más prestigiosas revistas y en la prensa diaria tanto local como nacional. Fue director del Aula de Poesía del Secretariado de Extensión Cultural de la Universidad de Granada durante cuatro años.
Como traductor ha vertido al castellano a escritores portugueses como Eugènio de Andrade (Blanco en lo blanco, 1985 y Contra la oscuridad, 1988), José Saramago (Piedra de luna, 1999), Camilo Pessanha, Florbela Espanca, Fernando Pessoa o Miguel Torga, entre otros.
También ha elaborado diferentes Antologías como Cien del Sur sobre la Épica (1975, en colaboración con el entonces compañero escolar Antonio Enrique), Ámbito del Paraíso (1978), de Elena Martín Vivaldi (Primeros poemas o Los árboles presento, 1977), Liturgia del deseo (1987) o Poesía del Barroco (1990). Así mismo es editor de textos como Diótima de Mantinea de María Zambrano (1983) o Nuestro libro de cada día de José Saramago (2001).
También ha sido autor de espectáculos teatrales para el Ballet Teatro Español de Rafael Aguilar como las adaptaciones de Yerma de Federico García Lorca (1984) o de Carmen de Bizet (1992) y de la obra de creación propia Diquela de la Alhambra (1986).
Sus libros de poemas son Los signos del mar (1975), El corazón cautivo (1980) o Memoria del deseo (1989). Así mismo ha publicado dos plaquettes como Suite del Turia (1984), Dulce pasión (1987) y Figuras para un cuerpo (1985). Entre sus obras de prosa narrativa se encuentran El cuchillo maestro (1998), A la luz de las sombras (2000), Culografía (2002) y Cuaderno del cauchil (2003).
El poemario El sueño de una sombra (2011), inaugura la trilogía titulada El humo de los labios que se completa con Vencido amante y Desolación del territorio.




DESVELO CON VEHEMENCIA

Apenas llego donde me concedes,
tan lentamente como cae la noche,
a sentirte sin ruido
sobre la adversa imagen del espejo
y amante de un otoño ya sucumbes
al aire que ciernes lívido al rostro.
Será lejana el alba de un presagio
que adolescente escondiste en la boca
para darme tu eco y olvidar mi nombre.
Como la criatura que en ti adivino,
dueño de una angustia que te socava
inclemente el aliento,
albergo entre las luces repentinas
la sombra que ya ni arde ni se apaga.
Mas el destino en su cita insiste
con la pulpa madura de los años
porque es doliente morir en la ruina
tras haber conocido la derrota.



821.- JUAN PÉREZ CREUS


Juan Pérez Creus, (1909-1999).
Poeta español, nacido en La Carolina (Jaén) el 28 de abril de 1912 y fallecido en 1999. Su amistad con el poeta salmantino Pedro Garfias le acercó a la poesía vanguardista de los años treinta, y a los diversos foros y cenáculos en los que hallaban cauce de expresión las variadas corrientes culturales que fluían en dicho período. Así, colaboró en la revista Frente Literario, fundada en Madrid en 1934, hermanando allí su firma con la de Rafael Cansinos-Assens, Alejandro Casona, Ernesto Giménez Caballero y Jorge Guillén.

Intervino en la Guerra Civil como comisario político del gobierno republicano, cargo que le llevó al frente bélico en la provincia de Córdoba. Acabada la contienda fratricida, se instaló en Madrid, donde mantuvo el contacto con el mundo de las letras a través de algunas revistas literarias como la llamada Garcilaso. A lo largo de toda su vida literaria, se ocultó tras varios pseudónimos para publicar sátiras sociales en el diario Arriba (donde era "Maese Pérez"), y en los semanarios Interviú ("Satiricón"), Sábado Gráfico ("Pájaro Pinto") y Época ("El Diablo Cojuelo"); en la actualidad (1997), todavía clava la agudeza afilada de sus pullas en las páginas de esta última publicación. Como atinadamente ha recordado Meliano Peraile en el prólogo de los Versos perversos de Pérez Creus, el alcance de estas sátiras no se circunscribía a aspectos meramente literarios o morales, sino que llegaba a tocar a señalados próceres de la política franquista, como es el caso del ministro Solís:

"De norte a sur y de este a oeste era
del régimen franquista la sonrisa.
Sonreía mejor que Monna Lisa
que nunca sindicatos presidiera (...)".

Juan Pérez Creus alternó su dedicación profesional a la docencia -era Maestro Nacional y Licenciado en Filosofía y Letras- con el comercio con las Musas, principalmente en su vena satírico-burlesca, género en el que, merced al humor ingenioso y maledicente de su pluma, alcanzó las más altas cotas de perfección en la literatura española del siglo XX. Parroquiano habitual de algunas tertulias literarias de tanta enjundia como las de los cafés Gijón y Varela, en el lírico marco de este último intervino asiduamente en las famosas veladas conocidas como Versos a medianoche; y también fue un pertinaz e impagable animador de las sesiones poéticas llamadas Alforjas para la poesía, que se celebraban todos los domingos por la mañana, en el Teatro Lara, después de la preceptiva misa de doce.

Esta constante y agitada presencia en las tertulias poéticas de los años cuarenta basta para explicar que el grueso de su obra satírico-burlesca haya quedado disperso en servilletas de bar, facturas de consumiciones y otros papeles volanderos de naturaleza similar; de ahí que lo más agudo y mordaz de su original obra poética jocosa sólo permanezca en el recuerdo de algunos viejos amigos, compañeros de viaje en sus antiguas correrías literarias. Por fortuna, varios de estos amigos se han empeñado en conservar y difundir esta poesía humorística de Juan Pérez Creus. Así, v. gr., el Premio Nobel de Literatura Camilo José Cela ha rescatado recientemente sus mejores sonetos erótico-burlescos, publicándolos en la revista Extramundi; y los periodistas Jaime Campmany y Alfonso Ussía han recordado en sendos libros de anécdotas, confesiones y memorias algunos de los mejores epigramas de Pérez Creus. Los Versos perversos arriba mencionados, que tienen su origen en los Quince sonetos muy réprobos que habían circulado profusa y clandestinamente por todos los corrillos literarios de Madrid, presentan hallazgos poéticos tan admirables como los siguientes:

"Eras ente en potencia, y ya el Destino,
crismando los testículos paternos,
puso una inmensa sucesión de cuernos
en quien contigo hiciera su camino.

No sabías leer y de contino
a tu clítoris iban, sempiternos,
todos tus dedos, los primeros yernos
que dio a tu madre tu caliente sino.

Llamarte fresca pobre sonaría,
llamarte zorra no dará tu talla,
pues por puta te saben las personas.

Y llamarte putísima sería
como llamarle cerro al Himalaya,
como llamarle arroyo al Amazonas.

(Sólo digo aquí, lector,
sol al sol, luna a la luna.
Yo te juro por mi honor
que el soneto anterior
no hay hipérbole ninguna)".

El resto del corpus poético del vate jiennense -que se ha servido de la lírica sonoridad de la lengua gallega para componer un par de libros de poemas- lo constituyen los siguientes títulos: Poemas del Sur (1932), As canciós d'ise amor que se diz olvido (1951), Las coplas de Maese Pérez (1973), Los Cantos de Montenegro (1981), Molino de viento (Molino de recuerdos) (1984), Los hilos del recuerdo (1987), As derradeiras pombas da serán (1988), Romancerillo de la 92 brigada (1989) y Sonetario del desván (1991). Además, recopiló en El poeta también va al fútbol las crónicas deportivas que había publicado en el diario Informaciones.

Gran aficionado a los viajes, Juan Pérez Creus se desplazó hasta lugares tan alejados como la India y Birmania, en donde llegó a asentarse durante un largo período de tiempo. Las depuraciones llevadas a cabo durante la posguerra contribuyeron también a alejarle de España. Aprovechando algunos de estos recuerdos, publicó un libro con las noticias de sus desplazamientos por el continente africano (África, 1960). Además, su constante dedicación a la enseñanza le ha movido a tomar la pluma para abordar esta disciplina desde el rigor del género ensayístico, que en su obra impresa queda sólidamente representado por los títulos Los intereses glósicos en la primera infancia y Orientación y selección profesional (1947). En prosa, ha publicado también Boletín del Parnaso, Cartas del tío Prudencio y El loto de mil pétalos (La India Milenaria), novela inscrita en el subgénero narrativo del realismo mágico.

J. R. Fernandéz de Cano.
http://mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=perez-creus-juan


EL POZO

Florece en mi recuerdo
el pozo de mi casa
en el centro del breve patinillo,
adornado de múltiples macetas
que cuidaba la mano de mi abuela.

Sobre el brocal cuadrado,
donde la cal gritaba su pureza,
cuántas veces alzaba mi edad niña
para adentrar mis ojos
en la profunda entraña
del agua misteriosa.

Iba vertiendo en precisión medida
la fresca agua del cubo, poco a poco,
con despacioso cálculo de artista,
para leer, ya el fondo en movimiento,
las ocultas metáforas del agua.

Las cambiantes luces sumergidas
despertaban, y abrían en mi alma
prodigiosas escenas,
cuadros que procedían del pasado,
altas cumbres nevadas,
hondas simas…

Allí tomaban realidad mis sueños,
mis deseos, mis ansias de viajero.
Afloraban las más amplias praderas,
oasis luminosos,
los ríos cristalinos
y las nubes,
las nubes descargando
sus odres poderosas
entre truenos gigantes,
relámpagos violáceos.

Y caían
sobre el agua del pozo
los más extraños pájaros pensados,
que alzaban en sus picos
imaginarios peces abisales.
No andaban los relojes de mi vida
cuando miraba el agua de aquel pozo.

Mis ojos buscaban
las tornadizas olas
del espejo profundo.
En el cristal surgían
galopadas ardientes de guerreros,
incendios, terremotos,
o flores, melodías,
canciones y trigales,
estrellas, soles, altos corredores,
cóncavos subterráneos,
dulces huertos.

Alguna vez las aguas semejaban
los rostros de los muertos conocidos,
que gritaban mi nombre o lo escribían
en letras como rayos quebradizos.
Entonces escapaba
con el terror pisando mis talones
de aquel calidoscopio
que siempre atrajo a mi niñez dorada.








PARAFRASEANDO A SAN JUAN DE LA CRUZ

El río, la piedra y el viento
Y la avecica y la flor
Van crecidos de este amor
Que ansía el labio sediento.
¡Agua viva, en qué momento
Calmarás mi calentura.
¡Agua nacida en la altura
De Dios, desciende hasta mí!
¡Cambio una gota de ti
Por toda la hermosura!







Espero tu lluvia y quiero,
Señor, que un agua sencilla
Transforme en flor la semilla
De esta tierra en la que espero.
¡Lluéveme, Dios, porque muero
En esta espera y no sé
Hasta cuándo, Dios, podré
De mi sequedad nutrirme!
Y no es por miedo a morirme
Sino por un no sé qué.



EPIGRAMAS

Mujer, ¿porqué no descubres
que el verso no es tu camino?
Si aplauden tu desatino
es porque tienes dos ubres
como la copa de un pino.







Desde Almería ha llegado
Diego Fernandez Collado
con unos versos muy flojos,
y para mayor dolor,
una buena parte cojos.
Lo mismito que su autor.








820.- FERNANDO VILLÉN


FERNANDO VILLÉN
Nace en Granada, en 1980. Fue y es un humilde poeta, narrador, filósofo y dibujante. Ha compartido versos en el panorama literario de Granada, en talleres, tertulias, ciclos de lecturas, recitales, festivales y una pluralidad de poemas y relatos en revistas y antologías. Ha experimentado con la instalación plástico-poética. Realiza actos y objetos poéticos y hace y deshace esculturas efímeras. Y en colectivo: cine, actos situacionistas y co-escrito y co-dirigido una obra de teatro poético representada una única vez. Inventó los proyectos Filosofía a pie de calle y Filosofilia. Ha sido redactor, locutor y controles técnicos en Onda Cero Radio, y ha realizado labores de corrector y gestor cultural en Alea Blanca Editorial. Ha publicado No sé por qué (Alea Blanca, 2010) y dispersas publicaciones digitales. En cuanto a poesía –no trazos de papel, grafito, aerosol, byte, canción, vidrio, madera, lienzo, filosofías– planea y cuenta con trescientos sesenta y cinco coma veintiséis cuartillas durante trece años ya y más de escritura.







silencio en las calles


en las fauces del lobo
no puedes ni pedir la hora

cómo vas a abrir la boca
preguntar sin respuesta antigua:

¿tienes tiempo
para
una pregunta?



los puestos y plazas
toldos bajo la llovizna
farolas sin horizonte
las aves auguran edificios sin nido
y batallas quedan por librar
en son de garra y nada
palabras huecas sin enlace
aceras de nadie

perras y gatos
adoquines y hojas
lenta muerte y hienas
palomas y grava


silencio en las calles
en las calles
las calles
violentas

triste arte de miserables
mentiras sin coartada
ni beneficio de duda
barrios y laberintos sin salida
las letras se apagan
las horas vencen a los plazos


¿tienes tiempo...

(De Encuentro poético intergeneracional, Alea Blanca, 2008)







pasado



ondas de mar de amor azul
blanco de Luna el amor
a mar no sabe
sin magia y detalles
como nada sabe
un rojo corazón
ni recuerda morir el Sol
que nos abraza besa y ama
y si besa nada
sabe sino que sea
ya luz plena
si desde siempre
la marea nos sueña
inmortales

amor

(De No sé por qué, Alea Blanca, 2010)














tribu

(sigilo)

la presa ajena a nuestras sombras
ningún pie ha de crujir el seco follaje
una sola flecha silbe de contento
el pecarí
abatido
ya conoce su destino
por hoy ya es suficiente
regresemos

el sendero se abre con los ojos cerrados

(cielo satinado
aire puro
la aldea en un claro junto al río
las bananas maduran al Sol
una mujer coa en mano avista
nubes
los niños corren a recibir
la carne y la partida
el relato oficia el ritual de la comida)

iguana y tucán también descansan
zumban los insectos
se hace sentir el latido de la selva
resta una eternidad
lo que queda del día
para acariciar el viento
encerrado en una pluma
o venerar la obsidiana
colgada a tu cuello

sepulcro de los muertos

(la piedra tallada en cada atardecer
la madre amamanta a su hijo
el río enseña y chapotea
lanzas y piernas de chiquillos
la aguja teje un desnudo
la canoa regresa de tratar con las islas
al fin una joven pareja
se perderá entre la maleza
esta noche se celebrará una fiesta)

hay miel para dorar un cordero
recoged leña para la hoguera
maceraremos la hierba de la montaña
y los ancestros verán nuestras calaveras
nosotros
los dedos de la magia
y el esqueleto de la vida

al Espíritu


(un hueso se moja de pintura
los cuerpos se visten para danzar)

durante el sueño las almas viajan
nuestras entrañas dejan de ser extrañas
oscuridad y fuego
miedo y asombro
jungla
el chamán encuentra
una voz en los recovecos
del corazón y narra
la ceremonia

mañana todavía habrá amanecer


(la Luna y la lluvia limpian un viejo día)

la sangre es sagrada
la herida el camino










ANTONIO LUIS BAENA [819]


Antonio Luis Baena

Arcos de la Frontera, Cádiz. Poeta 
Nació en Arcos de la Frontera en 1932 y falleció en Sevilla el 7 de diciembre de 2011 a los 79 años de edad.   

En las empedradas y encaladas calles de Arcos donde Antonio Luis vive su infancia y juventud y comienza a mostrar sus primeras inquietudes literarias.

Al finalizar el Bachillerato decide dedicarse a la enseñanza y realiza por libre los estudios de Magisterio. Ya por estos años (1949) comienza a publicar sus primeros poemas en distintas revistas de la provincia de Cádiz como Caleta o Platero. Al obtener el título de Maestro es destinado a El Bosque. Allí vivirá cuatro de los años más felices de su vida dando clases a los niños y jóvenes del pueblo quienes le permiten descubrir su otra vocación como Maestro.

El 15 de agosto de 1949, junto con otros poetas de Arcos, Julio Mariscal, Carlos y Antonio Murciano, Juan de Dios Ruiz Copete, Cristóbal Romero y Manuel Capote, funda la revista Alcaraván, la cual fue de gran importancia en la profundización y asentamiento, según él mismo nunca dejó de reconocer, del que sería a la larga un estilo poético inconfundible. La revista Alcaraván se editó en sus primeros números gracias al entusiasmo de esos jóvenes, quienes tecleaban las cuartillas de varios ejemplares simultáneamente en sus máquinas de escribir con papel carbón. Con el paso de los años, la revista fue alcanzando gran notoriedad, organizándose un premio literario e influenciando a varias generaciones de escritores, así mismo disfrutó de la colaboración de poetas reconocidos como Rafael Alberti, José Manuel Caballero Bonald o Juan Ramón Jiménez, entre otros.

El fallecimiento de su padre, en 1952, con quien Antonio Luis mantenía una estrecha relación, le marca profundamente y le hace ahondar en las que ya eran las principales temáticas de su poesía: la muerte, la relación entre el hombre y Dios, la soledad de uno mismo, la dualidad del ser humano, el amor, etc.  

Su primer libro, Historia de una ausencia, ve la luz, como no podía ser de otra manera, en Alcaraván (Arcos de la Fra., 1961).  Las diferentes publicaciones de sus poemarios van surgiendo paulatinamente. Así, en 1963, en la colección La Venencia (Jerez de la Frontera) edita su segundo libro Paso del hombre. En 1964 en la colección Punta Europa (Madrid) publica su tercer libro Los límites, y en 1971 Campana sobre campana en la colección Ángaro (Sevilla), breve y entrañable colección de 9 poemas navideños.

Por esos años, es nombrado Miembro de honor del Instituto de Cultura Americana de Rosario (Argentina) y Académico de Número de la Academia Hispano Americana de Cádiz. Publica artículos en ABC de Sevilla, la revista Cumbre (Barcelona), Lírica Hispana (Caracas, Venezuela), Ensayos (Madrid), ICLA (Sevilla), etc.Figura en diversas antologías de poetas de carácter provincial, regional y nacional así como en la Enciclopedia de Andalucía y es honrado con diversos premios de poesía.

En 1969 se traslada a Sevilla  .  Aquí frecuenta los ambientes literarios y poéticos de la ciudad y es cofundador de varias revistas y grupos literarios como Ángaro, Cal o Poesía. Asimismo es miembro de varios jurados de premios literarios y conferenciante. También por estos años codirige con María de los Reyes Fuentes la emisión Poesía en Radio Nacional en Sevilla que duró 4 años.

El día 5 de enero de 1978 lo marca para siempre al morir su 3er hijo, Antonio Luis, a la temprana edad de 12 años. Entonces escribe unos poemas desesperados que en 1985, acepta publicarlos con el título La muerte va lamiendo mis cimientos en la colección Vasija,. 

Antonio Luis Baena sufre en agosto de 1992 un ictus cerebral que le deja paralizado. Inicia un lento proceso de rehabilitación que le permite recuperar la movilidad, el habla y la escritura, pero lamentablemente ya nunca volvería a ser capaz de construir sus versos. Aún así, intenta mantenerse activo y sigue frecuentando tertulias y grupos poéticos de Sevilla. Incluso es capaz de dar una conferencia pública, con lectura de sus poemas, en el Ateneo de Sevilla. En 1997 edita En Qüasieditorial (Sevilla) El libro de las traiciones y otros espejos, libro escrito con anterioridad a su enfermedad, y en Torre Tavira (Cádiz, 1998) publica Piedra Miliaria.

El 29 de febrero de 2000 el Excmo. Ayto. de Arcos de la Frontera concede la medalla de Oro de la ciudad a título colectivo a los miembros del grupo poético Alcaraván y en 2006 se edita una Antología de su obra poética con un estudio del escritor Emilio Durán donde expresa "De la lectura de toda su obra se desprende que hay cuatro pivotes sobre los que ésta se asienta: la muerte, el amor, la soledad y la tristeza. [...] Se trata, sin duda de una poesía de raíz moral, honda, sobria y de gran rotundidad en la que, sin embargo, a veces salta la chispa de alguna pirueta teñida de ironía."

Fallece el 7 de diciembre de 2011. Tras su muerte surge, gracias al esfuerzo personal de Violeta, su libro El último navío publicado por la editorial Canto y cuento (Jerez de la Fra., 2012) y que consta de 19 poemas. Dicho libro es prologado por Pedro Sevilla quien, textualmente, dice "[...] y un grupo de jovencitos quedamos con él porque habíamos leído su libro y habíamos llorado con sus poemas. Nos recibió con un traje negro y una camisa blanca cortada en vertical por una corbata mucho más negra aún que el traje, como si el luto quisiera realzarse en esa prenda. Su sonrisa, no obstante, tenía calidez, cercanía, y ese brillo sagrado de los que sufren. [...] Antonio Luis consiguió lo que debe ser nuestra gran aspiración: una voz personal, reconocible. Cantó lo mismo de siempre, porque no hay otra cosa, pero lo cantó con su voz, lo cantó desde su pecho intercambiable.”


SONETO DE DOS PISOS

Hoy mi verso no tiene nada triste,
es alegre y azul y reposado.
(La vida pasa a tiros por mi lado
y el dolor junto a mí su cuerna embiste.)

¿No ves la lluvia? El corazón resiste
la ausencia (sube el precio) y sobre el prado
(he perdido el tranvía) va el alado
recuerdo de tu amor. Ya todo existe.

(La vida a tiros...) Pero yo te tengo.
Aun me llena el perfume de tu boca
y tu caricia rompe mi agonía.

(El sueldo, el sastre, la escasez...) Sostengo
tu cabeza en mi hombro y, niña y loca,
la tarde se columpia en mi alegría.


SONETO

En el campo de escudo de mi vida,
a veces pongo amor, a veces pieza,
a veces mi montaña de tristeza,
a veces el amargo de mi herida.

Pongo figura , pongo desmedida
a ese buscar la voz de la belleza,
de cruces que me asedian, y despieza
los minutos de sangre que me pida.

Pondré los lambrequines de mi miedo
para arropar la duda de mi dedo
de conseguir la historia de mi suerte.

Y escribiré mi archivo cada día.
Y aunque busque encontrarme la alegría
me encontraré por siempre con mi muerte.


 



El tiempo nació conmigo
y en mí se me está muriendo;
si el tiempo vive es que yo
lo crezco a cada momento.

La historia es un cuento triste
de otro planeta sediento,
ya que la historia sin mí
son letras de un libro muerto.

Dios, con ser Dios en la tierra,
también con serlo en el cielo,
espera que yo le oiga
para ser Dios en mi centro.

El tiempo, la historia y Dios
-triángulo de misterios-
son tres personas distintas.
Sólo hay un ser verdadero:

Yo, que viviendo conmigo,
le doy al tiempo su tiempo,
a Dios su espejo sin fondo
y a la historia su argumento.


YA SI TE DIGO

Ya si te digo Amor o si te digo
Violeta no sé ya ni a quien llamo,
y buscándote sigo y hasta el tramo
último de tu risa te persigo.

¿Punto final aquí? ¿Dónde? No. Sigo.
Por detrás de las frases te reclamo
y a cuerpo limpio grito y te proclamo
voz de con nadie y corazón conmigo.

Ausencia es ya tu nombre. No me queda
más que esta frágil, pálida vereda
para llevar mi verso y mi tristura.

A verso limpio lucho, a pena quieta,
y si te llamo Ausencia o Violeta
se me llena la boca de ternura.

(de Historia de una ausencia, 1961)



ESE SOY YO 

a Pascual y Conchita

Eso soy yo,
tristeza en carne viva,
árbol sustentador de sueños como pájaros
sin nadie que me diga
dónde encontrar un muñón frágil del tronco
para morir mis sueños bocarriba;
tristeza que me habita y me alimenta
como el sentido pan de cada día,
como el sudado llanto,
como la pena antigua...

...Pero dejad que llegue la tristeza
en bandada de hojas ya podridas,
en bandada de gorriones muertos
sobre cualquier cornisa;
pero dejad que llegue como un llanto,
sobre lluvia o ceniza:
en ese musgo crecerá mi verso
y se alzará mi día.

( De Paso de hombre, 1963)



Geografía 

Abro la puerta de la casa, y entro
en una inusitada geografía,
en un atlas de amor, en una esfera
de armilares trazados de sosiego,
de inolvidables órbitas de gozo.
Abro la puerta... y como en desbandada
la casa se me puebla de paisajes
remotos o de calles cotidianas,
se colma con los ríos que no he visto,
con mares no surcados, con montañas
que nunca escalaré, con los desiertos
que consumieron mi camino antiguo,
con los parques que encuentro cada día,
con selvas insondables e ignoradas.
Abro la puerta de la casa, y entro,
y encuentro al universo desplomado
viviendo en sus baldosas y maderas,
creciendo de su aliento y su ternura.
El mundo está en la casa. Y sus fronteras
encierran todo el mundo y lo aprisionan,
limitan, sí, separan ese abismo
que va desde su todo hasta la nada;
redondean su cálida corteza
y la llenan de luces siderales,
de orbitales caminos, de espaciados
meridianos de penas, paralelos
humanos, de ya célicos solsticios.
Su ecuador la circunda, abraza, envuelve
de paz, de la escalera a la cocina,
y la espina dorsal de su pasillo
es amplio valle para el pan y el beso.
Y yo, nomadeando por sus ríos,
haciendo los periplos ignorados
de descubrir caricias por el aire,
de explorar mi despacho o mis recuerdos,
contemplo cómo el mundo se me hace
pequeño, elemental, como mi casa.

(De Los límites,1968)



VILLANCICO DEL ÁNGEL DE CÁDIZ EN LA
NOCHE DEL NACIMIENTO 

Tan antiguo como el mundo,
Señor, y vengo a tu Amor.
Vengo
y te traigo lo que tengo:
un alegre mirador.
Es un mirador pequeño,
para mirar desde el sueño,
Señor,
para tener en el sueño
un pequeño mirador.
Caracolas sí que tengo
donde el ruido del mar
no es el ruido del mar,
sino el canto de mi amor.
Pero no te traigo mar,
pero no te traigo amor;
el amor vino delante
y el mar atrás se quedó.
Un pequeño mirador,
Señor,
para ver desde tu cuna
gozos de mi corazón.

(De Campana sobre campana,1971)


A mi tiempo muerto

Sobre el recuerdo, sobre lo perdido,
años de miedo, de esperanza o gloria,
quiero evocar renglones de mi historia
donde tu voz dejó semilla y nido.

Quiero poner por sobre lo vivido,
-sobre lo roto- la pesada noria
de mis días girando en la memoria,
a contra vuelta, para asir lo sido.

Arcos, Jerez, El Bosque... tu presencia
-sierra apacible de Benamahoma-
dejando claridades que no pierdo.

Estás, tiempo, conmigo; no tu ausencia.
Que si todo camino lleva a Roma
toda nostalgia lleva a tu recuerdo.

Sobre el recuerdo, sobre lo perdido,
años de miedo, de esperanza o gloria,
quiero evocar renglones de mi historia
donde tu voz dejó semilla y nido.

Quiero poner por sobre lo vivido,
-sobre lo roto- la pesada noria
de mis días girando en la memoria,
a contra vuelta, para asir lo sido.

Arcos, Jerez, El Bosque... tu presencia
-sierra apacible de Benamahoma-
dejando claridades que no pierdo.

Estás, tiempo, conmigo; no tu ausencia.
Que si todo camino lleva a Roma
toda nostalgia lleva a tu recuerdo.

(De Tiempo muerto,1974) 




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sábado, 27 de agosto de 2011

818.- ANTONIO OCAÑA GARCÍA


Antonio Ocaña García. Nacido en Cádiz. Peatón inquieto. Aventurero al filo de la nostalgia. Amante silente bajo cielo andaluz. Puede que sea un fantasma no ubicado. Le duele la cabeza cuando busca milagros. Aquí está para salvarse y no tiene que confesarse. Acude a la pastilla de emergencia. Alejado y apostando en el azar, le precisa sonreír.




SOBRE PULSIONES

«De recoger el acanto
me acostumbré a las espinas».

No sé cómo la calma de una tarde fresca
y tus palabras me llegaron en silencio.
No sé por qué llorabas bajo la loca lluvia,
no sabía si amándote podría explotarme,
no sé por qué presté locura contagiosa.
Yo hacía unos poemas y tú me enamorabas
me diste la fantasía de atraparte
y de liberarte de un viento huracanado.

Han pasado nevadas las flotantes horas,
ahora toco en vivo todas las esquinas
ya no hay verdad; me digo testigo
de un hombre enfundado a la ilusión.
Ha de hablarme la razón que se adentra
al espejarme los posibles, todavía feos;
se deshizo el glamour con lentejuelas
como un ramalazo anulador, vertiginoso
acunando el ordinario sustento, lo cotidiano,
e impide adherirnos por encima de la tristeza.
Las descargas en el asfalto alcanzó sueños
y nos hace olvidar caminitos primaverales.

Haz trasver un cielo necesitado de nombre,
dale tonicidad al hastío... y alquila carisma
para darle amor a las excusas atrapadas.
No sujeto la paz minúscula, ni congelada;
hazte urgencia en el deshielo -entre ráfagas-
que yo puedo docilitar mi último Quetzal.

Hay temor en la dispersa luz del equilibrio
y el borde de una piedra desgasta nudos y lazos.
Al desbrozar mi corazón, estropeo tu antojo;
afinando lo breve, nuestras trazas se anotan el hoy.








CASI INOCENTE

Enredado en mis cabellos insurrectos
un sabor de melaza cual guirnalda alborada
para parecer casi inocente.
Dibujo perdidizo los arrebatos forjados
que con artimañas los voy durmiendo.
A la inocencia tapada quiero darle la mano
tenaz le conocía desde niño
y le he dado mucha razón al nublado,
ése que vigilo en un recinto abandonado;
desgrano notas en ofrenda pastoral
como flauta turbadora en escucha fantasmal.
Por amor transportado lucho despierto
de mi flaqueza me aborrezco
y hablo dormido de tanta necesidad.
Demasiado lejos ciertos poemas en clave
los sentidos están intoxicados por el espíritu...
juguetes desequilibrados que se escapan.
Germinar la inocencia que yo preciso
un imposible buscado, ¡veleidad!
Camuflada en flor aparece vestida
a contraluz la desnudez, buscando reposo;
soy clavel descolorido en su niebla
que a veces puede y consigue aromar,
¡oh, putísimo clavel! casi inocente.










PASAR DE LARGO

Estoy pasando de largo y detenido
pintando los mismos colores señalados,
cada vuelta termina en el mismo sitio
a la vera del árbol que no es mío.
Con algo borroso de pasado
me atrevo en la osadía del presente
presiento que no huela a futuro leso bagaje,
y el asiento banal del jardín prestado.
Me acompaño con voz que era mi voz
diviso dolores que no son míos,
apuesto en un juego con cartas marcadas
donde se pierde amor en el amor.
Viendo el tren desde invisible ventana
observo, parece que me voy y ... paso de largo.






MÚSICO

«Para Antonio Escobar Perera»

Es compositor en su mundo lleno de melodías
y armoniosos pensamientos.
La música regalada a nuestros oídos
debe ser el mantel de una buena cultura.
Antonio Escobar, compositor en el aire de Cádiz
de órganos, de sacristías y de cera quemada.
Las olas de la Bahía salpican sones
y el músico... siente.
En Otoño las hojas planean musicales
como las notas en el pentagrama de mi amigo,
profesor al son de su tierra.








CONFUSION DE RUMORES

Quisiera que la confusión de rumores
sólo fuera voz de rumor,
relinchos sin ecos y desbaratados;
cacho de chisme que otrora se usó,
cantata disonante en coro opaco
y quedara sin hechura ondeante
destilado en el escondrijo de los ayeres.
Que se borre la tinta barata del borrón
después de leidos los renglones borrosos
y encima de los hombros no quedara peso
ni apuesta, ni lectura, ni odio.
Parecer inocente al apoyarme en lo fácil
en las rutinas borregiles que marean,
mantenerme profano en la velocidad,
mantener alertas las horas cóncavas,
destapar en batalla mil temores escondidos.
Perfumar de mar y marea la misantropía
que los confitados y fosfóricos rumores
ajobó esmaltada en las soledosas ambiciones;
y quisiera que la confusión de rumores
aventara en otras pedregosas fachadas
para dejar de ser refugio en mi refugio.






817.- IGNACIO RIVERA PODESTÁ


Ignacio Rivera Podestá nació en Cádiz, donde a partir del año 59 comienza a colaborar, aparte del periódico local La Información del Lunes y otros, en revistas nacionales y extranjeras, entre las que cabe destacar Caleta, Bahía, Caracola, Aldonza, Llanura, La Caña y el Vendaval, La Brocha, Manxa, Arboleda, Alhucema, Pretexto, Gaceta do Sul, Árbol de Fuego, Cuzcatlán Litoral Argentino, Norte, El Chúcaro, Letras de Cotopaxi, New Wave, etc.
Falleció en 2010




SONETO DE LA ESPERA

Te fuiste de repente, sin motivo,
luz, con la sombra, alondra, con el viento.
Como se pierde un beso fugitivo
me robaste la paz y hasta el aliento.

Tú lo sabes, muchacha, cuando escribo
sólo hablo de ti, de lo que siento,
y vivo en tu recuerdo y me desvivo
aguardando la brisa de tu acento.

La esperanza en vilo se me abrasa
mirando por la tierra y por el mar.
¡Vuelve, mi amor, si vuelves por derecho!

Siempre tendrás la puerta de mi casa
y la del corazón también, de par
en par, por si regresas a mi pecho.








PENA DE SIMÓN DE SIRENE

A Manolo López Ballester

Le ayudé, no sé por qué. Quizás fuera
por la cruz y la pena que traía
o la siega fue pronta y sonreía,
plena de azul y flor, la primavera.

Él me miraba tristemente y era
tan triste su mirada que la mía
se endulzaba en tan dulce compañía
y le seguí dichoso. Verdadera-

mente era el hijo de Dios, lo supe luego
cuando levantó su diestra y con ella
bendijo y perdonó a sus hermanos

bañándonos de luz igual que al ciego.
Que yo toqué la cruz, la mano aquella
y la sangre de Dios con estas manos.







TRAVESÍA

Pones, leve, tu mano por mi cara
rozándome los labios, indecisa,
tibia paloma hermana de la brisa
va de la boca al cuello, aquí se para

tímidamente aún, tal si dudara
su dulce itinerario y se desliza
entre la piel –el alma-y la camisa
(que no se pare, no. Si se parara...)

para seguir buscando torso abajo
en su tenaz avance el breve atajo
donde la sangre, fiel, se impacientaba

al sostenido vuelo de la mano
-ya no sé si paloma o si milano-
hasta encontrar, al fin, lo que buscaba.








M O S A I C O A N D A L U Z

Si hortelano del mar y el ancho estero
donde el sol se levanta y se arrodilla,
me salara... ¡si fuera yo alfoliero!...
Si notario del Sur, acta sencilla:

Ocho cisnes de sal por mi cuartilla
darían fe de mi huerto marinero:
Huelva, madre de América, velero.
Milagro de azahar y luz, Sevilla.

Rumor de fuente, Córdoba lunada.
Jaén, del olivar razón y huella.
Aire moruno el aire de Granada.

Abre Almería, dalia del mar, cáliz
de blanca espuma. Málaga la bella
mirándose en el mismo espejo. ¡Y Cádiz!










A LEONARDO ROSA HITA
( LLANTO Y PEREGRINAJE )

Todo es posible, sí. Tú lo dijiste:
paz, amor, canción, rosa, primavera...
Te cantaba la sangre pajarera
sin pensar en la jaula ni el alpiste.

Latido y corazón, la vida diste
por la razón del verso toda entera.
Sólo la sinrazón con su tijera
pudo cortar tu vuelo, hacerte triste.

Pero todo es posible todavía
-tarayes y arrecifes son testigos-
si salvamos tu verso en compañía.

En tu justo Homenaje nos veremos.
Porque somos, amigo, tus amigos,
y te queremos, Leo, te queremos.









SOLEARES COSTERAS

En la Costa de Azahar
aunque me huela a limones,
¡prefiero el olor del mar!

Soñando en la Costa Brava
-olas vienen, olas van-
hasta las penas se amansan.

Por la Costa de la Luz
yo tuve tan mala sombra
que me caí con mi cruz.

Y ahora en la del Sol,
sigo temblando de frío
lo mismo que un gorrión.

Voy por las playas cantando,
para que ni el viento sepa
las penas que estoy penando.



SOLEARES A LA GUITARRA

Una voz que se desgarra
entre seis gritos de pena:
hablamos de la guitarra.

Quien quiera saber la verdad
por qué llora la guitarra,
pregunte a la soleá.

Cuando murió La Sarneta,
la guitarra enmudeció
y se rompieron sus cuerdas.

La guitarra cuando canta,
¡qué tendrá de jonda y grande
que hasta la pena agiganta¡

La guitarra cuando llora,
es un mar que se desborda
y crece como las olas,

Dijo la quinta al bordón:
dile a la prima que calle
que quiero decirlo yo.

¡Mira qué cosa más grande:
en una guitarra chica
estaba encerrado el cante¡

Porque los duendes querían
la guitarra se hizo copla
y nació en Andalucía.

Albuhera

SOLEARES DEL RÍO

Porque a ti te dio la gana,
mi corazón repartido
entre Sevilla y Triana.

Éramos dos ríos malos,
y en el cauce de la vida
nuestras aguas se juntaron.

Se perdió el corazón mío
-revueltas que da la vida-
en los meandros del río.

Cuando se fue de mi vera
tiré mis ojos al río
porque llorar no me viera.

Igual que se muere un río,
solo, sin calor de nadie,
tengo el corazón vacío.

Eres sangre de mis venas.
Eres el río y el espejo
donde se miran mis penas.

Al río tiras tu pena
para ocultarla en el agua.
Pero cuando el río suena...

Tú me tienes que esperar,
como espera al agua el río
y al río lo espera el mar.

Me río del río yo:
el cauce siempre es el mismo,
el agua que corre, no.

Entre Triana y Sevilla,
el Guadalquivir por medio
y yo por cualquier orilla.







PERIPLO DE AMOR

Tú y yo desnudos. Cerca, la mar canta.
Pulsa la brisa tenue violonchelo
cuando mi boca, lúbrica en su anhelo,
con codicia de boca principianta,

navega por tu frente, tu garganta,
las islas de tus pechos sin consuelo
y naufraga en tu vientre, mar en celo.
Del abismo del sexo se levanta

un surtidor de pájaros en vuelo
en gozoso marasmo de agonía
y descansan los cuerpos laxos, mudos.

La paz del mundo cabe en un pañuelo.
El universo sigue en armonía.
Cerca duerme la mar, tú y yo desnudos.









SONETO AL FILO DE TU BOCA
“ Enhiesta la dulzura de tu boca”

Enhiesta la dulzura de tu boca
Donde libó la mía sus dulzores,
¿por qué ahora, dime, desertores,
se me niegan tus labios. Ni la roca

más dura, ni el más firme puñal poca
muerte me dan, que son mayores
tus silencios de nieve y mis temores
a vivir exiliado de tu boca.

Si me dijiste amor a boca llena,
si me besó tu boca entera y plena,
si me diste tus labios, tus sonrisas,

¿por qué pones distancias y murallas,
por qué me ves sufrir y te lo callas
sabiendo que hasta beso donde pisas?










TRAVESÍA

Pones, leve, tu mano por mi cara
rozándome los labios, indecisa,
tibia paloma hermana de la brisa
va de la boca al cuello, aquí se para

tímidamente aún, tal si dudara
su dulce itinerario y se desliza
entre la piel –el alma-y la camisa
(que no se pare, no. Si se parara...)

para seguir buscando torso abajo
en su tenaz avance el breve atajo
donde la sangre, fiel, se impacientaba

al sostenido vuelo de la mano
-ya no sé si paloma o si milano-
hasta encontrar, al fin, lo que buscaba.








EL ESPEJO

Te miro y no conozco a quien yo miro.
Veo una sombra de lo que fue Ignacio.
Frente, ojos , nariz, boca, prefacio
son de que ya, certera como un tiro,

la gran rueda del tiempo, giro a giro,
merma tu juventud, aunque, reacio,
te parezca que pasa muy despacio
cuando en verdad no dura ni un suspiro.

Pero aunque falte Dios, la voz, la rosa,
pierda vista, memoria peregrina,
aunque no pueda andar de puro viejo,

siempre será la vida tan hermosa
que mientras pueda ir de aquí a la esquina,
aunque sea arrastrando, no me quejo.









LA BUENA NUEVA

Esta Nochebuena fría
ya no tiene la fragancia
ni el calor con que en la infancia
por la sangre me subía.
¿Si será que la alegría
se gasta como el cariño...?
A mi corazón le riño
y el alma se desespera
pensando: ¡Ay quién pudiera
volverse de nuevo niño!

¡Oh mi Niño en el olvido!
Yo creía que tu amor
se me olvida -¡ay dolor!-
y por eso te he perdido.
mas, Nochebuena ha venido
a dar calor renovado
a mi verso esperanzado
con su dulce cercanía
mensajera -¡ay alegría!-
y por fin te he recordado.

Yo no sé qué Buena Nueva
amaneció por mi frente
-agua clara, pura fuente-
para decirme que beba
la única luz que me eleva
la fe de que estoy sediento,
ni sé qué deslumbramiento
está cegando mis ojos
abriendo los mil cerrojos
que cierra el entendimiento-

Está la noche serena
plateando el universo...
Por la luna va mi verso
con luces de Nochebuena.
Se hace alegría la pena,
la esperanza se hace flor,
la nieve me da el calor
que le pone la ternura.
¡ Silencio, que de la altura
está bajando el Amor ¡















RUMORES DE LA CALETA

Las barcas sobre la arena
varadas junto a la orilla,
en la noche perfiladas
como sirenas dormidas.
Las aguas de bajamar,
perezosas, se deslizan,
en rumorosos vaivenes
mojando de sal sus quillas.

Y por las algas verdosas,
entre las calles de chinas
con pececillos brillantes
que muestran su plata viva,
la luna, trasnochadora,
jugando a las cuatro esquinas.

El ojo de Polifemo
del faro lejos vigila
barquitos de contrabando
que bajan desde Algeciras.
(Entre las sombras de un bote
se escuchan besos y risas).
Después un silencio largo...
(La luna se escandaliza).

Manuel Pacheco, poeta,
se acoda en la barandilla
soñando en veleros blancos
con sueños a la deriva,
los potros de los sentidos
cabalgando por la brisa.

Y más allá, por las rocas,
desde Santa Catalina,
mocitos mariscadores .
buscando centollas finas.
En la ventana más alta,
el viejo contrabandista,
preso en el castillo canta
un cante por alegrías.







A LA SALIDA DEL NAZARENO DEL AMOR

Abril pobló de pájaros cantores
la tarde añil, la plaza nazarena
anegada de sol, marea llena
en oleaje humano de clamores.

Al compás de trompetas y tambores
la voz de bronce de la torre suena:
las nueve en punto, la hora de la pena.
Hombro con hombro,¡ arriba cargadores ¡

Aniño el corazón, lo pongo alerta,
que ya sale el Amor - ¡ abrid cerrojos ¡ -
como un ascua de luz por esa puerta.

¡ Dejadme Que me asome, gaditanos ¡
¡ Que quiero ver sus ojos en mis ojos
y tocarle las manos con mis manos ¡









A C T I T U D

Tiene gracia querer a estas alturas,
arrojo , yo diría claramente.
Con mis años, sentirme adolescente,
arder a la vejez de calenturas.

Sufrir, mañana y noche, las torturas
de no poder vivirme plenamente
y sentirme perdido entre la gente
por no estar a las duras ni maduras.

Pues si quieres salir, ya no hay salida,
y si quieres entrar, entrar tampoco
porque a veces, la suerte, va torcida.

Y ando mal, oigo poco, veo poco.
Pero nunca reniego de esta vida
a la que abrazo, loco, como un loco.








A José María Pemán

Aquí, amigos, aquí junto a la vida
escribo mientras sueño, digo-¿ en vano ?-
palabras, las invento y liso y llano
el soneto se nombra y se apellida.

El verso no me salva, más convida
a cantar y me torna más humano.
Ni tampoco me pierde, mas tirano,
me quema sin cesar como una herida.

Os digo claramente que yo escribo
porque no sé vivir ,y es bien cierto
que siempre escribiré, para mi asombro.

Esta es la historia del afán que digo,
y esto que veis, mi corazón abierto
a la esperanza del amor que nombro.