Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

jueves, 17 de noviembre de 2011

1021.- JUAN GÓMEZ MACÍAS


Juan Gómez Macías
Nació en un pequeño pueblo de la provincia de Teruel el día 17 de diciembre de 1950, en el norte de España, a causa de la profesión de su padre. A los tres años de edad ya estaba en Andalucía, en la provincia de Cádiz. Desde los cinco años reside en San Roque.

Estudió en la Universidad de Sevilla y ejerció como profesor de enseñanza primaria varios años en Sevilla y en el Campo de Gibraltar. Desde 1980 es Técnico de Cultura del Ayuntamiento de San Roque y Coordinador de los Cursos de Verano de la Universidad de Cádiz en San Roque. Actualmente dirige la Fundación Municipal de Cultura “Luis Ortega Bru” en la misma ciudad, la cual desaparecerá en breve.

Cuando todavía tenía catorce años hizo su primera exposición. Desde entonces no ha parado su actividad artística, habiendo realizado numerosas exposiciones individuales y colectivas en España, Holanda y Estados Unidos. Por eso, parte de su obra está presente en colecciones públicas y privadas de España, Inglaterra, Francia, Holanda, México, Italia, San Juan de Puerto Rico, Alemania Suiza y Estados Unidos.

No obstante, su contacto con la literatura comenzó a los doce años como lector que devoraba cuanto caía en sus manos. Desde su primera juventud ha escrito poesía pero sin publicar, ya que toda su energía creativa la volcaba en la pintura. En 1995, con su primer relato corto, ganó el Premio Nacional de Narraciones Breves Ángel María de Lera y en el año 2001 publicó su primer poemario, Navegación a vela, con ilustraciones a color del propio autor.
Es autor de los poemarios Navegación a vela (Sevilla, 2001) y Abismo de los pájaros (Cádiz, 2004) y de la plaquette Partituras de la brisa (Málaga, 2005). El primer poema pertenece a Abismo de los pájaros. El segundo es inédito.
Tiene dos hijos, Pablo, geólogo, y Juan Galiardo, prestigioso pianista dedicado por completo al jazz, habiendo destacado en la conocida Universidad de Pennsilvania (EE.UU).









RAREZAS BOTÁNICAS

The classics can console. But not enough.
(D. Walcott)

En ocasiones, conociendo los difíciles recodos
de los sentimientos más hondos e inexpresables,
recurro a algún filósofo de la Antigüedad
—esos expertos en las pasiones del alma—
o a ciertos versos que subrayé no recuerdo cuándo,
a sabiendas de que no existe lámpara ni bramante
para salvar los múltiples escollos del laberinto.

También acudo a quien, modelando el barro de las ideas,
le crecen entre los dedos delicadas florecillas de la luz
que estoy buscando. Aflorismos llaman a estos raros
especimenes de la ya casi extinta botánica del ingenio.

Está dicho: los clásicos consuelan. Pero no lo suficiente.













TWILIGHT

A Scott Hightower

No sé si muy lejos. Quizá por donde la Gran Dama
alza su antorcha, pudo verse en el declive de este día,
el esplendor del púrpura, sus aleves trazos dorados
y el celaje malva sobre el cielo turbio de Manhattan.

Pero el crepúsculo ahora renace y se desgrana desde
el corazón de Kenny Barron. Los prodigios brotan
de sus dedos que van deshaciendo un surtidor de trinos
que inundan cada rincón, y hasta el aire, de Birdland.
Twilight song es toda la música de este mundo.

El barman sonríe a la camarera negra que se mueve
entre las mesas con la belleza de una reina de Bein.
Al otro lado del escaparate, bajo la culebra de neón,
nos observa un chino. Parpadean mudos los semáforos.

Regresa nuevamente la música y el piano evoca
aquellos sones de las sentinas de los barcos, las cadenas,
la memoria del látigo y el dolor en los anchos maizales.
¡All that jazz, Kenny! —exclamó alguien—. ¡All that jazz!
Luego, el silencio apagó definitivamente el tintineo de los vasos.

Llueve. La calle cuarenta y cuatro es un río de coches amarillos.









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