Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

miércoles, 21 de marzo de 2012

1126.- INMA DE PANDO


Inmaculada de Pando nació en Sevilla en 1973.
Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Ha desarrollado una amplia experiencia
profesional como responsable de gabinetes de comunicación de distintas organizaciones vinculadas con
la intervención en situaciones de exclusión social.
Es miembro de la Asociación Cultural Apolo y Baco y de la Escuela Libre de Historiadores, además de
redactora-colaboradora en Andalucía del Periódico Diagonal.
Además de la publicación del breve poemario Retazos, re-cuerdos (Padilla Libros, 2002), 1º Premio del IX Concurso de Poesía de C.A.S.A, ha participado en las antologías Poetas en bicicleta (Nuño Editorial, 2007) y Poéticos maullidos (Los libros de Umsaloa, 2009). También ha colaborado con obras poéticas en la Exposición colectiva de pintura de Fundación Fulmen, en marzo de 2010.
Los Hilos esparcidos sobre la tierra es su primera publicación en solitario.
Nos dice, como apunte a la creación poética:
“Concibo la poesía como un acto cotidiano, una manera de respirar, comprenderse a uno mismo, sus emociones, expectativas y miedos, así como una forma de comprender el mundo, acercarlo y mantenerlo vivo a través de la palabra. En este sentido, defiendo que la poesía existe en muchas más bocas y manos de las que podemos imaginar, que nunca se llamarían a sí mismas “poetas”, pero que nos regalan, sin pretenderlo, esa capacidad de retratar el dolor o la belleza, de hacérnosla llegar como un rayo revelador, un instante de lucidez, que nos permite descansar de las corazas del día a día, y mirarnos, a solas, o con los otros, desde la desnudez de la palabra. La poesía”.




Pedaleo
por esta tierra de heridas y lanzas,
de tristes rostros rotos,
de bocas umbrías y calladas.


Pedaleo
y recojo en mi cesto
las penas de la mañana:
En Imagen, una anciana defeca en plena calle,
y un niño harapiento grita hambre (el pecho baldío),
y Antonio, con su brazo de lunares huecos,
pide ayudita pa drogarse...
Las aceras son pantanos de miseria.


Sobre un duro trazo de pena, un alambre que sisea, pedaleo.
sobre esta tierra llameante de tristes rostros rotos,
que cosen sus heridas con chatarras y despojos.


Pedaleo hacia ti: buhardilla de cuento, aroma de cama.
Pedaleo sola y sola,
donde el dolor no se pinta ni asoma.


Pedaleo triste, triste como una niña con bici nueva,
un día de lluvia, tras la ventana.


Inma de Pando










Apenas se como acercarme a tu tiempo
sin convertirte en un trazo vacío,
en un puñado de lemas,
en una utopia que ansío
y hago tuya.








En tu diario niña  
descubro asombrada el Miedo 
Mi Albún carnal se sobrecoge 
con inéditos del alma. 
Te entrego mi mirada clandestina










Desde el futuro, te contemplo fijamente. 
Entregabas la vida, 
entregabas la vida 
repito 
como un rosario ateo










Como un latido fuerte y ronco, pienso en el olvido. 
Me han precedido seres que lo perdieron todo.  
Que lucharon por el futuro que ahora habito










Su lluvia se mezcla con las lágrimas  
en el puerto de Alicante 
Las almas corren como bestias acorrala 
y se amontonan










Nunca olvidarás 
como tiembla la tierra, 
cómo el hambre vacía la mirada, 
cómo jaurías de niñez exclaman 
un lugar en el mundo 
golpeando con sus puños 
las ruinas







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