Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

domingo, 15 de abril de 2012

1215.- RAMÓN LUQUE SÁNCHEZ


Ramón Luque Sánchez
Nací en Mengíbar, en la provincia de Jaén, un 23 de abril de un ya lejano 1957, aunque llevo ya quince años ejerciendo como profesor en San Fernando.
He escrito desde muy joven, en mi adolescencia gané el 1er premio de Poesía del Instituto María Bellido de Bailén del año 1978, pero ha sido en los últimos años cuando me he dedicado a esta labor con más rigor. Fruto de este trabajo son distintas colaboraciones en la prensa local y en la radio, y obras como:
* LAS HISTORIAS DE CARMELO, un libro en el que se aúnan cuentos para niños y diversas técnicas que animen a los escolares a leer. Ha sido publicado en una edición conjunta por la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía y Ediciones ALJIBE.
* EL AUTO DE LA CASTAÑERA, una obra de teatro navideño para niños, publicada por el Ayuntamiento de San Fernando (Cádiz).
* REMANSOS EN EL TIEMPO, libro de poemas publicado por el Ayuntamiento de Jaén.
* INSTANTÁNEAS NAVIDEÑAS, un conjunto de poemas que recogen la ilusión que siempre regala la Navidad. Fue publicado en la colección poética LA TERTULIA DE RÍO ARILLO.
He escrito asimismo un extenso poema dedicado a los niños sobre los problemas de la contaminación en el mundo: SALVEMOS LA TIERRA, que ha sido escenificado mediante recitación, música y bailes en dos colegios de San Fernando.
En esta línea es la obra: EL MUNDO EN ANDALUCÍA, escrita en colaboración con la profesora de música Dª Adela Cantó, en ella se trata de desarrollar el espíritu de integración multirracial a través del teatro y de canciones y bailes de todo el mundo.
Actualmente codirijo la revista literaria PLéYADE del grupo literario del mismo nombre.

He obtenido asimismo varias menciones y premios literarios como:
* Accesit del premio literario Cádiz y su mar (año 1998),
* 3er Premio del VII Concurso de cuentos y poesías ISABEL OVÍN de Carmona (año 1999),
* 1er Premio del Concurso convocado por la asociación de Geriatría de San Fernando (año 2000).
* 1er Premio de Poesía “Vicente Mojica” convocado por el Ateneo de Alicante (año 2003).
* 1er premio provincial “El Olivo” convocado por el Ayuntamiento de Jaén (año 2004) con el libro “REMANSOS EN EL TIEMPO”.
* Accésit en el concurso poético RAMÓN GROSSO convocado por el Ateneo Gaditano (año 2004).
* Accésit en el concurso de relatos CLARA CAMPOAMOR de San Fernando (año 2005).
* Primer Premio de Relatos IV CENTENARIO DEL QUIJOTE convocado por el ATENEO GADITANO (año 2005).
* Primer Premio en el concurso de relatos CLARA CAMPOAMOR de San Fernando (año 2006).
* Primer Premio de Poesía en el certamen ORTIZ DEL BARCO de San Fernando (año 2006)
* Primer Premio de relatos en el concurso de cuentos y relatos cortos “Villa de Carcabuey”, en Carcabuey –Córdoba- (año 2007).

En el año 2003 ingresé en el Ateneo Gaditano con una conferencia titulada: “Leer: pasión, aventura... vida”
Como consecuencia de mi labor de estudio y de investigación en torno al mundo del desarrollo del hábito lector en los niños, he coordinado e impartido varios cursos y grupos de trabajo que tratan sobre ese tema.




EL PAÍS DE LAS HORTENSIAS

1

Yo estuve en un lugar donde la piedra
le da forma a la bruma, que, llorosa,
resbala por la luz de la mañana.
De un hilo penden lunas sobre el campo.
Siempre llueve, y el mar quiere estirarse
diluido en arco iris que delira.
En los acantilados reverberan
los latidos del viento, y las olas
peinan faros de azules imposibles.
Las estrellas desnudan sentimientos.
Amanece, y la niebla es un fantasma
que emblanquece con salmos la pleamar;
allí se ocultan ojos de gaviotas,
su vuelo nos delata el horizonte.


2

Yo estuve en un lugar donde la magia
aún besa a la tierra y a la gente,
donde el agua acaricia en el gris
de la tarde los rostros de las casas.
Yo estuve en un lugar -siento nostalgia-
donde el barro seduce a la madera
y la eterniza en calles centenarias,
El sol corta perfiles medievales.
Aún subsisten mitos que proclaman
al hombre que se forja en la leyenda.
Hombre sin miedo al miedo: poema y tierra.
Yo estuve en un país donde las plazas
son mercados de luz, aromas, voces
que besan los sentidos cada aurora.


3

Yo estuve en un lugar, marcan sus nombres,
que tiran la coraza con que el hombre
se enfrenta a la quimera que es la vida.
El rito es la ventana de sus almas.
Es Cornualles y es Brest, Quimper y Nantes,
Rennes, L´Ille de Bréhat, Pointe du Raz,
Saínt-Malo, el calvario de Plougonven...
La impresión se arracima por la sangre.
Aún recuerdo triste ese fulgor
que graba imágenes en la memoria
al caer de la tarde, impresiones
que siempre están ahí, acariciando
al frágil corazón que un bello día
se dejó arrebatar por lo inefable.


4

Yo estuve en el país de las hortensias,
que se abren al viajero y lo fascinan.
Islas hay donde el tiempo confundió
la alquimia de las olas con las lágrimas.
Allí el mar y la tierra se diluyen
entre la espesa nube que se ciñe
como velo al paisaje. Un sol estalla
después de la tormenta y un festín
de luz confunde la mirada. Un dios
rompe su máscara agorera y náyades
perfilan emociones. Es Bretagne,
una flecha hacia el mar que quiere huir
de Europa. Un corredor al que iluminan
los colores del agua y las hortensias.





RETRATO DE LA SOLEDAD

Me vino a visitar. Era un gran pájaro
sin ojos y rastrojos por pisadas.
De su cuello colgaba una medalla
robada a una ninfa descreída
después de que rozara su plumaje;
la luz ignora que la sombra existe.
Vestía con el aura de los versos
y una leyenda antigua la envolvía:
el elixir del arte es estar solo.
Yo me bañé en su sangre, en la herida
que llevaba por boca y por mirada.
Tan sólo era yo sueños, sólo nubes,
y un gayo cascabel sin partituras.
Recuerdo que llamó con su corona
a mi ventana, y yo le abrí mi alma
a su codicia. Allí hizo su nido.
Ella quiso venderme un paraíso,
el viento del desierto por acordes;
y yo le di mis ojos por monedas,
el fruto de los besos por su olvido.
Andamos transparentes, una y uno,
sin vernos o rozarnos ni los nombres.
Yo dije qué cansancio, y el siroco
se comió hasta el iris de mi aliento.
Al irse me dejó ver el espejo
que escondía debajo de las plumas,
mas yo no me veía. Era una mancha
sin ojos que lloraran de esperanza.
Después dejó un cadáver por presente.
Y Dios tampoco estaba.
Y mis manos
clamaron por saciar la sed. Ni agua.
Y nadie me miraba. No veían
al hombre que era yo buscando un cielo.
Y nadie me creía. No me dieron
ni una burla ni un céntimo de asombro.




TORRE DE MENGÍBAR

Mole cuadrangular, prisma quebrado,
torre enfrentada al sol que al cielo arredra
con erecto perfil de dura piedra
y al suelo roza con amor callado.

Atalaya de un tiempo ya pasado
que reta al hombre y a la historia empiedra
con viejos mitos y faldón de hiedra.
Pendón moruno, rastro enamorado.

Sol del Guadalquivir, siempre leyenda,
que a Mengíbar te das en dulce ofrenda
y al mundo miras con desdén fingido.

No vivas del ayer, busca el mañana
y no te sientas mora barragana.
Sultana eres con nombre y apellido.

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