Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

miércoles, 13 de junio de 2012

1353.- RAFAEL HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ



Rafael Hernández Hernández
Granada, España
Año de nacimiento:    1971





SÓLO PALABRA

Palabra
sencilla y desnuda,
palabra llana.
Palabra altiva,
cotidiana,
esquiva palabra
fugitiva,
huella, arquitectura
palabra hiriente,
sólo palabra
palabra ruda,
eterna.
Palabra al fin,
palabra pura.






DE LO TUYO Y DE LO MÍO

Yo soy álamo que recuerda los estíos
de un ayer casi soñado,

tú eres gota que alimenta el rocío
de un hoy profundo y claro,

yo soy polvo que adormece
en el camino,

tú  eres pluma que en el viento
vuela alto,

yo soy hoja que perece
en el olvido,

tú eres junco que se arquea
sin quebrarse,

yo soy eco que se mece
en el silencio,

tú eres voz que vibras
en los aires.

Yo soy la noche que oscurece el día,
tú eres la luz que lo salve.

-De lo tuyo y de lo mío
tiene todo una parte-.





SOÑANDO VERSOS

Siempre soñé mis versos
bañados de labio ajeno
manchados de corazón
convulsos en otros pechos,

siempre soñé mis versos
vibrantes en otros ecos
envueltos en otra voz
llevados de otro aliento,

siempre soñé mis versos
sustentos en otras manos
anclados en otros cuerpos
preteridos del tiempo,

siempre soñé mis versos
germinando de latidos
ungidos de emoción
injertándose en los huesos

…siempre soñé mis versos.






RUEGO

A la clara fuente
a la luna llena
al rumor del agua
                               …lloraré tu ausencia.

A la luz del alba
a la noche eterna
al silencio calmo
                              … rogaré que vuelvas.






UN DÍA EN EL PARTAL

Quedé un segundo callado
bajo la media luna
del pórtico arcado,
contemplando la bermeja arquitectura.
Bailaba el agua en su fuente
lánguidamente cristalina,
su corriente surtidora
espumosamente el viento mecía,
y al compás de las palmeras
y del agua, mi corazón latía.






BAJO EL TILO

Con qué anhelo
el recuerdo tu planta añora
y tu ramicida guarda
de trinos promotora.
Estaba el valle y el cielo
con la cal de nieve en vilo
de ser agua redentora,
de ser gota y torrente
o sonora fuente
que en la plaza llora.

Quedó mi alma un día
sentada bajo el paciente Tilo
en aquella hora,
estaba la tarde fría
estaba la fuente sola,
y mi pecho era un suspiro
un suspiro de su sombra.






OLIVARES DE BÁCOR-OLIVAR

Nazaríes olivos canos
por las mansas colinas.
Cuando el tosco frió se avecina
madurando frutos guineanos,
mi alma se desatina
y el corazón me tira por de las manos,
me turba y encamina
sobre mis pasos aldeanos.

¡Cuan lejos estoy,
mas, cuan adentro os llevo !

con la alegría del día nuevo
a tus recuerdos me doy,
y a tu fuente nuevamente voy
a ella me arrimo y bebo
y ya aldeano nuevamente soy.






EL PERRO JUAN

Muerto en tu origen
de hombre primero,
el origen postrero
el de perro te exige.

Andas entre nosotros
como oveja sin majada,
-voluntad de otros-
¿quién guió tu jornada?

vísceras la agonía,
disposición de las alturas,
que tus ojos guía
por claros caminos a oscuras,

y tu cromática retina
obedientemente dilatada
deja la verdad pintada
por tu realidad canina

y sumisamente obedeces
mostrando los colmillos,
que letales cuchillos
de afilados parecen,

y sin dudarlo un instante,
ni un segundo siquiera,
a tus presas deshaces
con dentelladas de fiera.

Yo maldigo por entero tu casta
defensor de titanes
ladrones de panes,
¡maldecirte no basta!

vuélvete  del revés,
¡mira hacia dentro!
y dime si en el centro
¿es humano lo que ves?

caiga como una venganza
sobre ti el alano Cipión,
y devore tu corazón
el mismísimo Berganza.






VELETA-(GALLO)

¡Al acierto flecha!
Huérfana de arquero,
vértices haces de acero
cúspide, tejados techas.
Desde el albor primero
latitudes acecha
el gallo que te habita,
y en silencio lo anuncia
y negramente grita
mas de su cualidad renuncia.





PINO ENCARCELADO

Librar quisiera yo esa cintura
del yermo cemento que acecha
y la impiedad de esa cosecha
que verdes linajes captura.
La piedra que ayer te sostuvo
hoy en silencio te atrapa
con la frialdad del verdugo,
al acoso está de tu planta
y en un pétreo cerco puro,
te ha vuelto sin querer Numancia.
Anacronismo de  ti mismo,
tal vez escaso reflejo
de quien eras y no fuiste,
muestras tu soledad triste
de ramas dejadas al viento.
Nimio sostén de trinos,
donde antes hubo cientos
queda tu soledad de pino,
y al pasar por el camino
cuando tu presencia contemplo
no sé que me da el verte
preso por tanto cemento.





DATIL-PALMERA

En racimo agrupado,
dorada su hinchazón sube,
amparado bajo la nube
de palmas viven en sagrado.

Ya perlas en almibarados collares
que un dorado haz de luz enhebra
satisfechos, bajo plenitudes solares
pétreas escamas de culebra.

En molino te resuelves,
columnas pones a la tierra,
desde tu edades mollares
áureo proyectil, disparado vuelves.





TORO

De tu inmensurable bravura
formidable eres preso,
y por tu aviesa encornadura
mortal proyección del hueso,
tú, que para el monte has nacido
precipitado te ves en la arena,
apartado, extraño. Perdido
emerge tu negra pena,

y por las puntas arremetes
encrespadas embestidas,
y solares signo sometes
en enconadas acometidas.

Ya el ramado fruto,
-baldío enojo-
destrabarse quiere del luto,
armado en procinto
de furia y arrojo,
aflora tu instinto,

y tu perdido ojo
en el espectro busca,
y de forma brusca
te vas al rojo

telón que esconde
silenciada una tragedia,
y sobre tu altura media
un frío destello responde,

y gravemente te alcanza.
Cuando al fin la muerte te asedia
allí, declinas tus lanzas.




PAISAJES DE CENTENO POR DIEZMA

Sólo al viento me entrego
abriendo de par mis alas,
hay olas sobre el centeno
que dulcemente claman,
como espejos de los cielos
buscando van la mañana
lanzando plateados destellos
como nimias albas,
por donde trepan los almendros
como cumbres nevadas.






A SOLAS CON LA LUNA

Yo, uno solo,
si la Luna alumbra
…dos más,
mi sombra
la Luna y yo,
¡se acabó la soledad!







SIEMPRE VOLVER

Regresaré
de lo material
a lo eterno,
los montes
el prado
el viento.
Deshará
mi pie
lo andado,
el camino
las sendas
los años.
Volverá
mi  planta
a los ríos
a las cimbres
y los llanos.
Tornarán
mi  alma
y mi cuerpo
a su original estado.
Regresaré
como el agua
al molino,
a la harina
al grano,
del fugaz  mañana
al ayer eterno
que me llama.
Volveré
al sueño,
a los abrazos
que corazones
anclan
al pecho,
al eco
de las palabras,
a la melodía
de las nanas,
a la comisión
de los besos.
Y de nuevo
y en silencio
Reverdeceré
en el tiempo.



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