Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

viernes, 22 de marzo de 2013

1482.- FRANCISCO RUIZ ESTÉBEZ





Francisco Ruiz Estébez
Sevilla. Siglo XIX - XX





A Colón

   Venció tu fe, la líquida llanura
paso te abrió, Colón, mansa a tu acento,
y en lucha la ignorancia y el talento,
ceñiste palma inmarcesible y pura.

   Tu edad, esclava de calumnia impura,
negó a tu nombre digno monumento,
cuando alzaba tu claro pensamiento
hasta el nivel de Dios a la criatura.

   ¡Crear un mundo! Europa rechazaba
problema tal de solución sombría,
y loco tu cerebro prejuzgaba;

   y es que Europa, infeliz, no comprendía,
que otro mundo tu genio reclamaba,
porque en el viejo mundo no cabía.







Hombres castrando un potro

(Pintura)

   Apretaron las cinchas de la bestia indomable
ángeles que humillaron a la noche lasciva
y surgió, cual relincho de la fiera cautiva,
el sol por el oriente como sangre intratable.

   Derribada la noche, los ángeles sudando,
qué cuajados silencios al grito sucedieran,
en la final estrella de occidente temblando
la luz de aquel zodíaco purpurado perdiera.

   Y ya manos el caballo, su furia dominada,
estéril para siempre, sin bella descendencia,
sacro el cuchillo vil en la mano sin freno,

   sólo el silencio agudo, la música apagada
del sol sobre los montes, y el acto de violencia,
terriblemente duro, sin dulzura, y obsceno.




Aspiración prosaica

   Que al llegar el verano no sea pobre
porque en Sevilla la calor te mata
y que en la playa esté con una lata
de coca cola, y que el money me sobre.

   Ya sé que este soneto no lo vale,
no me darán por él ni mil pesetas
y el alma ente verso se me sale
como inmenso geranio de maceta.

   Doy este verso por cien mil pesetas,
loco no estoy, tan sólo por diez mil,
quizás por mil, ¿por cien, por diez, por una?

   Ay qué penar de desolado asceta,
y luego han de decir que es algo vil
querer vender el brillo de la luna.






La trampa del cazador

II

   Después de que escondiera la violenta
forma de vil metal para la muerte,
después de que tomara de la absenta
de la sombra del bosque más inerte

   acechó el animal semidesnudo
pretendiéndole el mal sólo por vicio
y ya de vuelta el evitar no pudo
caer sobre su propio precipicio.

   De lirio y de metal brilló el acero
más frío que moneda despiadada
llevó púrpura manto aquel enero

   y la luna una insignia ensangrentada.
Con mi propia violencia me lacero,
mi propio cepo me hace de almohada.







La trampa del cazador

III

   La trampa de metal brilló sangrienta
ay con la sangre de su propio dueño,
no fue de hechicería su violenta
ponzoñación de tigres y beleños.

   Olvidose el lascivo su mordida
y su vil herramienta lacerante, 
y de su cruel lascivia fue medida
su sangre de rubíes y diamantes.

   Por olvidar la trampa en la negrura
sufrió de su ignorancia su castigo,
del mal que pretendió la mordedura,

   nopales tenebrosos por amigos,
y locura terrible a su locura
haciendo de sí mismo su enemigo.


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