Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

martes, 26 de marzo de 2013

1499.- JOSÉ ALMENDROS CAMPS



José Almendros Camps

Continuador de la obra poética de su padre, termina por sobrepasar su alcance lírico.
Hijo de Antonio Almendros Aguilar, nace en Jaén, en 1865, y muere en Madrid, en 1912. Continuador de la obra poética de su padre, termina por sobrepasar su alcance lírico. Publica tres obras: "Nostálgicos" (1898), "Pasionarias" (1900) y "Poemas" (1903). Considerado como poeta olvidado, toma influencias de Bécquer y Campamor.
José Almendros Camps, autor de Nostálgicas (1898) y luego "hermano" de Juan Ramón Jiménez en la tertulia de Darío en mayo de 1900, continúa la dirección lírica de las rimas becquerianas creando un ambiente de vaguedad en su lirismo sentimental matizado por el anhelo de lo inasible.


Siempre

Cuando, al nacer el día,
se esclarece dudoso el horizonte,
dibujando en la incierta lejanía
la línea opaca del oscuro monte;
cuando mudas las cosas se confunden
en el sueño común del mismo modo,
y su indistinto lineamiento funden 
de la sombra en el seno y calla todo;
cuando la luz, de trémulos fulgores
tiñe el ámbito inmenso, aún indecisa,
y esbozando contornos y colores
da a los espacios su primer sonrisa
     yo, con mi eterno anhelo
de llenar el presente del pasado,
ante ese mudo sonreír del cielo,
y en recuerdos y sombras sepultado,
al evocar su juventud naciente
que al amor y la dicha amanecía,
alborada feliz de un sol riente,
promesa dulce de dichosa día,
uniendo la memoria y el deseo,
la mando a mí mis sueños de ventura,
de mi alma en las sombras, aún la veo
blanca y dulce también, celeste y pura...

Nostálgicas (fragmento). Madrid, 1898.


IN EXCELSIS

A la lejana, temblorosa estrella
buscando un fin el pensamiento va,
y límite no hallando en torno a ella
aún dice: -¡Más allá!

En inviolable espacio atravesando
a otra va que los ojos ya no ven,
mira en redor, y límite no hallando
-¡Aún más! dice también.

A otra así que la ciencia no adivina,
lleva sus alas, y de aquella en pos,
a otra más lejos trémulo camina
ya a solas frente a Dios.

Y cuando muerta al ver toda esperanza
de hallar un fin, sobrecogida ya,
a otra y otra sin término se lanza
siempre impasible en la última que alcanza,
Dios dice: -¡Más allá!



















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