Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

miércoles, 27 de marzo de 2013

1510.- JERÓNIMO DE BARRIONUEVO


Jero Dentro1

Jerónimo de Barrionuevo
Jerónimo de Barrionuevo de Peralta, (Granada, 1587 - ¿1671?) escritor, dramaturgo y periodista español del Siglo de Oro.

Estudió en Alcalá de Henares y Salamanca. Estuvo en Italia con el Marqués de Santa Cruz. En 1609 fue encarcelado en Salamanca por una pendencia pero se libró a los diez días gracias a la mediación del poderoso Duque de Lerma; se refugió en el reino de Valencia y allí se embarcó con dos hermanos suyos a la corte virreinal de Nápoles, donde le esperaba otro hermano, Bernardino Barrionuevo, marqués de Cusano y consejero del virrey.
Hacia 1622 fue tesorero de la Catedral de Sigüenza y posteriormente residió en Madrid; entre 1641 y 1643 reunió un copioso cancionero de sus poemas que constituye el manuscrito 3736 de la Biblioteca Nacional. Pero Barrionuevo es conocido sobre todo como epistológrafo y periodista: desde Madrid dirigió cartas o avisos al Deán de Zaragoza para mantenerlo informado de todo cuanto ocurría en la Corte. Son muy valiosos porque transmiten información en detalle y muy varia sobre la vida y costumbres de la familia real y la nobleza, los sucesos económicos y políticos, vida religiosa, las creencias y las supersticiones, la literatura y cultura, las fiestas y el teatro, los sucesos delictivos, los grupos marginales y, en suma, la historia con letra pequeña del país en pleno siglo XVII. Se encuentran en el manuscrito 2397 de la Biblioteca Nacional de Madrid y abarcan un periodo comprendido entre 1654 y 1658; se han publicado modernamente con el título de Avisos del Madrid de los Austrias por estudiosos como Antonio Paz y Meliá (vols. 95, 96, 99 y 103 de la BAE) o José María Díez Borque.

Obra

Aparte de los citados Avisos, escribió un tomo de unos novecientos poemas en embarullada caligrafía que se conserva manuscrito; son de carácter más bien picaresco y festivo, algunos de tono tan pornográfico que fueron cubiertos con tinta, aunque también hay composiciones religiosas; en ellos es abundante el espíritu popular y la inspiración en estribillos del acervo lírico patrimonial, hasta el punto de constituir una fuente muy importante para la misma (son alrededor de un centenar sus villancicos). También tuvo vocación teatral, vertida en la composición de cinco comedias (El laberinto de amor y panadera en Madrid, La honra que está más bien, El Judas de Fuentes, La venganza del hermano y valiente Barrionuevo y El retrato que es mejor) y algún entremés como Entremés del barranco de Riosalido.

Ediciones

Avisos de Jerónimo de Barrionuevo (1654-1658); edición y estudio preliminar de A. Paz y Melia, Madrid: Atlas, 1968
Avisos del Madrid de los Austrias y otras noticias, edición a cargo de José María Díez Borque. Madrid, Ed. Castalia, 1996.







A la ingratitud de un criado a quien di mucha renta y le hice prebendado


   Viña mía, yo mismo te he criado
plantando vides y podando flores,
para que en el abril de tus verdores
dieses envidia al más florido prado.

   De mármol y alabastro te he cercado,
librándote de todos los rigores,
así de pasajeros robadores
como de golosina del ganado.

   La tierra te mullí, podé sarmientos
dejándote las guías de provecho,
porque llevases frutos más opimos.

   Desvaneciste todos mis intentos;
no sé que pude hacer más de lo hecho,
cuando en labruscos vuelves los racimos.

   ¡Oh que lindos parecen tus esquilmos!  
Pero de mala cepa todo es malo
pues no vale el sarmiento para palo.







«Preguntóle una monja a su devoto
la cosa deste mundo más suave,
si era animal, por dicha, pez o ave,
pues en todo tenía tan buen voto.
El otro, que había sido gran piloto
sin respetar galera, barco o nave,
le respondió: -Un compuesto jarabe
que llaman las casadas meliloto.
Aquesta confección alambicada,
distilada de cosas muy curiosas,
la vida suele dar un ocasiones.
Y por el alambique distilada
hace grande provecho a las hermosas
a fuego lento siempre de agallones.
Esto, con mil razones
Ovidio De Arti Amandi lo declara,
y que a las damas hace linda cara».






«Al examen de la impotencia de una señora casada»

En el pleito que trata a cierta dama
probarle la impotencia su marido,
cirujanos y médicos han ido,
unos llamado, otros a la fama.

Tendió muslos al aire en una cama,
hecha blanco a las flechas de Cupido.
Salió a la luz el jardín tan escondido
con más nieve que tiene Guadarrama.

Metióle Diego Alonso la candela
con las ansias crecidas que el pobrete
suele mostrar, tentado del demonio.

El provisor sirvió de centinela,
y viendo que hasta el cabo se la mete,
pidió que se lo den testimonio.






Injeríase un clavel
entre una blanca azucena,
procurando de gozar
el centro de su belleza.
Gallardamente animado
no de hinchazón y soberbia,
sino de espíritus vitales [sic],
en verla sólo se alienta.
Deshojadámente hermosa,
mirándose descompuesta,
no se retira ni huye,
que ha perdido la vergüenza [...].
Llegó atrevido [a] apretar
tanto en esto la materia,
que los corales saltaron
entre un diluvio de perlas,
quedando, de enamorado,
tan rendido, que se presta
a la segunda invasión
aunque entre sus manos muera.






el hechizo más donoso
puesto entre el cuerpo y la carne,
que a las enaguas le[s] sirve
-entre las puntas- de encaje.
El bocado más gustoso
que puede en el mundo hallarse,
derritiéndose en la boca
de la que llega a alcanzarle.
El dátil de Berbería
que sobre la palma nace,
fruta que al cielo se empina
como vemos cada instante.
Chorizo de faltriquera
que el que camina le trae
para comer noche y día
sin que se canse en gisalle.
El pámpano de la vid,
renuevo hermoso que sale
entre las plantas más bellas
y comienza a descollarse.
La bellota del clavel,
tiznado rubí granate
que, oliendo a clavos, pretende
por eso mismo clavarse [...].
La mano no de reloj
ni de almirez disonante,
sino mano de mortero
que maja el ajo picante.
Este, pues, gigante niño
es maná que a todo sabe,
es un canelón de sidra,
es un turrón de Alicante.





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