Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

miércoles, 5 de junio de 2013

1712.- JESÚS TRONCOSO GARCÍA


JESÚS TRONCOSO GARCÍA

          Jesús Troncoso García, nace en Ronda, MÁLAGA en 1950, desde los nueve años vive y realiza estudios en Sevilla, licenciándose en Filología Moderna en 1977. En un principio su actividad creadora se inclina hacia las artes plásticas, realizando como autodidacta algunas exposiciones de pintura (Salón de Otoño, 1972; VII Certamen Universitario de Pintura, 1973. Sevilla). En 1972 conoce al poeta José Matías Gil, que le estimula a publicar primerizos poemas de ingenua temática social (“Minero de Linares”) o de un juvenil ateismo amoroso (“Vuelcos de amor”), en la revista juvenil “Algo Nuestro”, germen de lo que más tarde será “Gallo de Vidrio”, y a cuyo consejo de edición pertenece desde 1974.
          La obra de Jesús Troncoso –nos dice A. Campos– hay que buscarla unida a “Gallo de Vidrio” y esparcida en cuantiosas antologías y revistas de España y el extranjero, suelen ser grupos de tres a diez poemas que a veces presentan una afinidad temática. Entre estas publicaciones colectivas hay que señalar las siguientes:
.-“La Granada”, col. Algo Nuestro, nº 2 (33-41), Sevilla 1974.
.-“Aljibe”, col. Algo Nuestro, nº 5 (25-26), Sevilla 1975.
.-“Nuevos Poetas de Andalucía” (Selección de nueve poetas realizada por Juan Cervera) Méjico 1976.
.-“Cántaro”, col. Algo Nuestro, nº 8 (77-81). Sevilla 1976.
.-“Revista Aula de Cultura” (Facultad de Filosofía). Sevilla 1974.
.-“Al aire el canto del Gallo” (bajo el subtítulo de “Versumlokio” págs. 37-51. Col. Algo Nuestro. Sevilla 1979.
.-“Lugdunum” (romances) Lyon. Francia 1980.
.-“Nuba para aurora andalusí” (bajo el subtítulo “El ciervo enamorado y otros romances”, 85-99) col. Algo Nuestro. Dos Hermanas 1980.
.-“Espoir” (romances del campo andaluz). Toulouse. Francia 1980.
          Actualmente y desde 1978, Jesús Troncoso se encuentra en Francia, su pasión itinerante le ha llevado por varios países de Europa en un proceso desmitificador de los bulos, que absurdamente aún perduran en la difícil España de los artistas. Su intermitente conexión con el Grupo “Gallo de Vidrio”, ha sido el cordón umbilical que le ha seguido uniendo a su pueblo y a su cultura.


Obra: “Pudiendo del olvido”
       Más allá de las salinas
3º Premio, I Certamen de Poesía Searus, año 1978.



                                                 A los veinte años de la
                                                           Muerte de Juan Ramón


          Junto a la orilla he dejado el ataúd
donde la espuma y arena lenta
mente
ha cubierto la madera
de algas salineras y caracolas
mensajeras de silencios y gritos
de marinos perdidos en alta
mar que no volvieron
a sus casas encaladas
ni a la taberna del muelle
ni a la plaza soleada, refugio
de palomas blanquísimas
que juegan a la paz.

Tu cuerpo vuelve al mar
y los tentáculos de las olas
lo aferran y enmudecen,
lo acogen en su seno líquido
y lo transportan al ocaso de la luz abisal
donde se encuentran los seres
que murieron con esperanzas,
con ideales no cumplidos y besos
                                                 insatisfechos
que vagaron por los aires buscando
unos labios sellados
sin testigos, ni chillidos de gaviotas
en el acan
                       ti
                              lado.

Tus ojos quedaron fijos y abiertos
en un retorno sin fin,
implorando una imagen
en el espejo solitario del declive.
La retina fue impasible
a los recuerdos infantiles
de anclas pagando su tributo al óxido
asfixiante
junto a timones y redes abandonadas.

Los dedos crispados es desorden
ya no pulsarán jamás el teclado de la vida
por eso tu paseo submarino
es un primer suicidio de invierno
en un continente de mil estaciones.





Obra: “KÁSIDAS DEL REY DON PEDRO
       A MARÍA PADILLA EN SU PALACIO”
1º Premio, V Certamen de Poesía Searus, 1982


“…E sus amores mudárosle de tal guisa,
que primeramente el su casamiento con la
excelsa reyna donna Blanca de Borbón el
anno de 1354 repudió, e la mesma donna
Juanna de Castro avandonó el anno de 1363,
por tomar ayuntamiento con la nommada
donna María de Padiya, muger fermosa e
plazentera, pequeña de hedat, de la que
conocimientos del anno 1352 ovopor
tercería del valido don Juan Alonsus de
Alvurquerque en la villa de Sahagún. Et
el rey por le fazer plazer, mandó le
fiziessen un palacio en una villa franca,
campesina et alfarera, cercana al Guadalquivir,
que del Alcazar de Sevilla cinco leguas
al sur distava.”

          (De las crónicas Utópicas del Rey Justiciero. Toledo, Siglo XIV)



-Alcazar de Sevilla. 1362-
(Un año después de la muerte
De su reina amante)


                    KASSIDA I

El Alcázar de Sevilla,
          y a sus palmeras
volaron mis recuerdos como alondras
buscando un refugio junto al cielo,
y a sus nubes cargadas de tristeza
escalaron aquellas emociones 
que hicieron palpitar mi corazón
con la veloz carrera de un ciervo enamorado.
         
          Hacia el Sur –en Villafranca–, ahora exámine,
tuvimos un Palacio hoy cubierto de ceniza,
donde las palomas yacen asfixiadas
y los nenúfares se han dormido para siempre
bajo el espejo donde un día se miraron nuestros ojos,
donde un día nuestros ojos se miraron
queriendo detener el tiempo
que cristalino nos vibraba
en un reloj musical de surtidores,
y donde cada otoño hojas tributarias
inundaron de caolín las alamedas
con un tapiz de oro crujiente
que cubrió la alveriza timidez de unas huellas
que juntos paso a paso marcamos,
y que hoja a hoja, luna a luna,
bajo la sombra de una pálida cripta
se fueron desdibujando.

          Con el viento se fueron una noche
las doncellas que teñían las violas,
los juglares y sus trovas de Provenza,
los bufones vestidos de escarlata,
los zéjeles que te hablaban del amado,
y las adelfas ya no se visten de novia
porque enlutadas en la ribera
anhelan aquella Dama de Castilla
que en la torre florecía cada tarde
con sus linos flotantes en la brisa
como femenina bandera de amorosas dimensiones.




“…Y en el pueblo hubo un Palacio,
y en el Palacio una Dama.”
ANDRÉS BERNÁLDEZ. Siglo XV


                    KASSIDA II

          ¿DÓNDE está aquel Palacio de juguete,
Palacio de cristal en el recuerdo
que alarifes moriscos levantaron
acariciando las piedras más hermosas,
las sedas transparentes de Lyon
entre vidrios de Bohemia y de Murano,
los alcatifes granadinos
cubriendo las gélidas vetas de Carrera
que a tu tacto fueron presagio de nieve
que apagó la llama encendida en nuestros pechos?

          ¿Dónde los muros que hacia el norte
Vigilantes espiaron mi ausencia
añorando un anuncio de polvo en las veredas
o una estela en el río
sobre la que navegara tu esperanza,
aquellos muros que a la tarde
cubrían su rubor de madreselvas,
de níveos jazmines que deseosos escalaron
a tu alcoba, y en las saeteras
dejaron el viento de mensajes
que llegaron hacia mí como un negro alazán
de celos desbocado,
como una noche en que febril
te buscaron en las estrellas
como en un lirial prendido de recuerdos,
ansiando en las corolas tus pupilas
y en las ramas repletas de insomnio tus cabellos
que se deshilaron como una cascada
en las brillantes sábanas de Palmyra,
como un jardín de narcisos deshojado
por una lluvia violenta
que con sus pétalos escribió nuestros nombres,
señalando el “tempos fugit”
de nuestro cruel destino?



“Quién besa los labios de esta diosa
indolente, ya nunca más puede huir
de la seducción de sus encantos.”
JOAQUÍN ROMERO MURUBE (A “Sevilla)


                    KASSIDA III

Alfanje de plata
          la luna de Ixbilia,
lúbrica se estremece y en el Guadalquivir
descuartiza mis deseos imposibles,
mis lejanos recuerdos que se van a la deriva
buscando un mar de tristezas.

          Ya aquel Palacio es sólo un espejismo,
un éxtasis de barca,
una ilusión flotando en las marismas
que a Villafranca se lleva en la corriente
con mis lamentos presos en sus yedras.

          Mi cuerpo, Villafranca, aquel Palacio…
divagan buscando tu áurea perdida,
y como las gaviotas  del Estrecho se alzan
a un cielo más luminoso
pretendiendo los salinos heliotropos que giran
en las astadas dunas, y liberan nuestro besos
de una mazmorra plagada de múrices y espinos,
de sérpulas que en Montiel
apuñalarían de mi pecho,
derramando su tiempo sangre en mi erial
que la primavera  vestía de amapolas
mientras mi vista se nublaba en el recuerdo
de aquel Palacio lejano, lejano y prohibido
donde las auroras eran más limpias
y más intenso nuestro amor.

          En un blanco y alado corcel te seguiré buscando,
persiguiéndote en el cielo
como Isis al Sol, sin encontrarte.


http://searus.blogspot.com.es/



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