Fermín Gil de Aincildegui
Poeta, comediógrafo y periodista almeriense, autor de poemas y obras teatrales que vivió a caballo entre los siglos XIX y XX.
OBRAS:
La patrona del regimento, ( Zarzuela en un acto dividido en cinco cuadros
original de Fernando Almansa y Laynez y Fermín Gil de Aincildegui)
original de Fernando Almansa y Laynez y Fermín Gil de Aincildegui)
Fábulas, Premiadas en los Juegos Florales celebrados en el Círculo Literario de Almería, en Agosto de 1896 (1896)
LA EVASIÓN DE UN SUEÑO
Pasó la hora de la cita, nada;
inútil esperar, él no ha venido;
de pena tiene el corazón herido
la pobre virgencita enamorada.
De los ensueños que en feliz bandada
en su gentil cabeza hicieron nido,
aquel que más la ensimismaba ha huido;
¡oh, dolorosa fuga inesperada!
La cabecita donde estuvo preso,
ha quedado inclinada bajo el peso
de un dolor que no encuentra lenitivo.
Y por el hombro escultural resbala
la rubia trenza, como regia escala
que dejó abandonada el fugitivo.
***
DE LA REVISTA "AÉREA" Revista ilustrada de aeronaútica
Madrid, Agosto de 1929
En Londres se ha abierto una
Exposición aeronáutica,
y, ¡ oh fortuna !,
en ella se ha puesto en práctica,
sin dificultad ninguna.
dispositivo ideal,
ingenioso y soberano,
por el cual
en un salón-aeroplano
consiguen, los asistentes
a la bella Exposición,
inocular en sus mentes
la sugestiva ilusión
de que vuelan en avión
sobre tierras diferentes.
Según me ha dicho un sujeto,
la gente que en el se encierra
goza de un viaje completo
de las Indias a Inglaterra.
Con tan linda novedad
se abriga la convicción,
muy bien fundada en verdad,
de que irá una enormidad
de gente a la Exposición.
De embarcarme en tal navío
yo siento, buen lector mío,
unos deseos muy hondos:
pero me encuentro de fondos
bastante mal este estío.
Sin embargo,
no es el trance en que me veo
tan amargo,
que no logre mi deseo;
porque he meditado y creo
que, al fin, a Londres me largo.
Nada, que me largo, sí:
me largo, y gracias a mí,
de la gente que se meta
a hacer el viajito allí,
va a ser la ilusión completa.
¿Dices que por qué razón?
Porque, ya en la Exposición,
yo en la "alada
aeronave de ilusión"
me cuelo de sopetón
sin billetito de entrada.
Y merced a tal acción
(que es un poquito arriesgada),
en la bella expedición
va a haber... ¡hasta polizón!
¡ Para que no falte nada!
***
Dos semanas y un rato
ha estado un aparato
—de cuyo nombre, que honrará la Historia,
inútilmente de acordarme trato,
pues se niega a acudir a mi memoria—
volando sin cesar, día tras día,
noche tras noche, con tenaz porfía,
pertinaz, decidido,
obstinado, reacio,
con el fin de lograr el consabido
récord de permanencia en el espacio.
Queda hasta la evidencia
demostrada, oh, lectores,
la intrepidez, al par que la eficiencia,
de los dos aviadores
que han tomado ese avión por "residencia",
y, además..., ¡la paciencia
de que Dios ha dotado a ambos señores!
¡ Dos semanas y pico !
¡ Dos semanas eternas
(|Quietos y callandico
y sin apenas estirar las piernas!
Siempre sus/censos entre tierra y cielo,
sin gozar de la vida los placeres,
recibiendo la esencia en pleno vuelo
y haciendo allí todos sus menesteres!...
La verdad es que yo no comprendía
a qué fin conducía
esa tenaz hazaña;
pero..., ¡por vida mía,
que no hace un cuarto de hora todavía
lo adiviné de una manera extraña!
En la plana central de un gran diario
que ostenta un suplemento literario,
y cuyo nombre a consignar renuncio,
con deleite leía
una bella poesía,
cuando de pronto, ¡pum!, prosaico anuncio
mercantil la lectura interrumpía.
Que aquello me enojó callar no quiero:
y entonces fué cuando exclamé: "¡Abrenuncio
¡ Aquí está ya la madre del cordero!"
Y es que a mí me parece que a hacer llego
igual papel que en ese suplemento
o plana literaria del colega
hace el anuncio "interruptor del cuento",
ese avión siempre en juego y siempre alerta
como un anuncio que Mercurio inserta
en la página azul del firmamento.
Porque, a mi juicio, al fin de la jornada,
los que sin duda quedarán triunfantes
y con fulgor de "marca acreditada"
serán motor, avión y... fabricantes.
Y saco en consecuencia
que en el glorioso campo de la ciencia
del vuelo, cuyos triunfos ya son miles,
y que yo de aplaudir jamás me sacio,
entre el tropel de locos y gentiles
"poetas del espacio",
hay también... corredores mercantiles.
F. G. de A.
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