Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

sábado, 15 de febrero de 2014

1877.- SILVIA GUERRERO ROSA


Silvia Guerrero Rosa 

Málaga, 1988.
Casi Licenciada en Derecho, año 2013. Cuando tenía 8 años escribí un cuento sobre las encinas y desde entonces suceden los acontecimientos que salen de la palabra y no viceversa. La poesía no es un estilo sino un punto de partida, por eso un error fatal (y delicioso) me hizo estudiar guitarra. Cre(c)í en los libros y los discos y algunos me cayeron en la cabeza. Luego vinieron los collages, también los trovadores y más tarde los sonidos de otros países. Le pido a la música que me dé respuestas y, aunque a menudo no las encuentro, CRE(ZC)O”. http://silviaguerrerorosa.wix.com/sgrosa

En Budapest hay alientos magyares y mujeres blancas. Cuando un esqueleto está roto, allá por la cintura o el origen, las ciudades se separan.

LITERATURA

"VIVIR EN LAS ALTURAS": poemario homenaje a Ernesto Sábato.
"PÁJAROS EN LA VENTANA": Un ensayo sobre la mujer y la literatura coreanas en base al relato "Las cajas de mi mujer", de Eun Hee-Kyung.
"THE ACT ATTACK PROJECT": proyecto teatral con los alumnos del I.E.S. Fernando de los Ríos, de Málaga




Budapest

Yo también sueño,
no sé si sabes,
con dos puentes
y una ciudad.
Me masturbo sabiendo
que así se hace una orilla;
al final los sexos surgen
como también los barcos
que no silban.
En esta ciudad ya no quedan cabinas
y en Októgon,
los ocho lados
en los que me miro,
también retumba tu nombre.
Hay comidas que no probaría
si estuviera vestida,
ya sabes,
pero yo no he decidido
qué caerá al suelo
o la espera.
No hay amantes
pero hay puentes
y te busco.




"VIVIR EN LAS ALTURAS": ​poemario homenaje a Ernesto Sábato
Deshora

“En la desesperación de ver el mundo he querido detener el tiempo de la niñez”
De "La Resistencia", tercera carta: Entre el bien y el mal
Clama el maestro y asiente la clase:
“Al viejo palpitan en madera los consuelos”.
Y a la puerta llama tarde una mano breve.


El puño

“Me inclino con reverencia ante quienes se han dejado matar ​
sin devolver el golpe”

De "La Resistencia", tercera carta: Entre el bien y el mal


He ayudado al prójimo a tomar por la costilla
ese hueco que le sirve de taza
y sigue el yugo torturando
el adiós en que no espera
la madre o una mano.

Creced en mis certezas:
tomo por el labio la boca
y es larga la palabra,
pero el hombre come barro y come carne,
se agazapa y es la tierra
la que no comprende al verbo.
Ya se ha escrito la memoria
de la leche agria.

Sabedlo.

La ley que nos cobija es la misma
que a todas las cadenas riñe.






La vieja civilización

“Quiero hablarles de Buenos Aires”
De "La resistencia", cuarta carta: Los valores de la comunidad
A María Pía

Ella me ha querido y me ha matado,
como en los mejores viajes
muerde el carro a la piedra que cruje.

Desde esta orilla veo los ojos
de los héroes y las tumbas
pero la luz mala asusta a la calandria,
vidalita
y sos muerte en la plata
cuando los difuntos no me llaman
al banquete de la Pampa.

Bailo descalzo en el medio siglo,
¡la cuerda no huele los años, canejo!
esa es la traición que nos conmueve
y nos adora en la mañana.
Dicen que hay un tiempo
y que caí,
como otros cayeron
en las calesitas para verte.

Sabé que vendí la aguja
de aquellos que no fueron.

Y no te culpo.

Iré a otro río a cantar
los aires de mi suerte.






Vivir en las alturas

“Lo peor es el vértigo”
De "La Resistencia", quinta carta: La resistencia

Las bocinas han escrito al vuelo
un testamento en equilibrio:
“¡Al silbo mendiguen todos los vivos!”.
Hay eco en el exilio.





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