Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

lunes, 31 de marzo de 2014

1927.- ENCARNA LARA


Encarna Lara 

Nació en Cuevas de San Marcos (Málaga). Se diplomó en la Escuela de Magisterio. Ha publicado poemas en revistas especializadas y colaborado en varios libros antológicos. La edición del poemario Perfil del silencio en 1996 es su primera aportación al mundo de la poesía, en la que procura aunar fondo y forma, belleza y tiempo.Sobre este libro escribió el reconocido poeta y crítico literario José Lupiáñez: 

" En estos tiempos de zozobra alivia el consuelo de la poesía sentida. De tarde en tarde nos llegan versos emotivos y hermosos, escritos por hombres o mujeres de nuestro entorno. No resuenan sus nombres en las páginas de los grandes rotativos, ni vemos sus rostros en las pantallas, ni sabemos de sus intimidades por ninguna portada de revista, pero ahí sigue, por otras sendas, esa corriente de verdad y de esplendor creativo, esa voz amplia y oculta, latiendo en el hondón de la ingente provincia. Vivimos el espejismo de las grandes urbes y olvidamos el tiempo de los pueblos, de las aldeas perdidas; vivimos el efímero engaño de las capitales, que se inmolan permanentemente en el ritual del consumo y perdemos de vista la inquietante realidad de las tierras de adentro, la rotunda lección de cuantos permanecen más atentos a los ciclos de la naturaleza, más en contacto con la tierra y la lluvia, junto al mar o en las cumbres".

En 1999 edita su segundo libro Caudal de voces. Páramos perdidos es su tercera publicación, editado en 2001, formando parte de la colección " Agua de mar". Ganó en 2008 el Premio de Poesía "Encuentros por la Paz"  de San Pablo de Buceite. En 2009 publica Raíz flamenca con prólogo de Alfredo Arrebola.






Abril

Un corazón de lluvia late en mi pecho,
abril lo trajo aquella tarde
en la flor  sideral de los huertos cercanos.
Llegó hasta el claro alféizar de la ventana 
y en su cuerpo de nardo se meció indiferente.

Abril, en la paz serena del azul violeta 
sobre el dorso desnudo de los jóvenes cerros.
Abril, en los floridos barandales 
húmeda palabra nacida del asombro.
Abril, sobre el viento que atraviesa 
la desnudez redonda del ocaso.

Sorpresa derramada de pájaros errantes.
Trino, pluma, himno, resplandor, 
flauta, onda, lira, aurora.
Adusta perfección, retiro y embeleso.
Pupila amada, suavidad, milagro.
Hoja desprendida, pálpito del alma.
Minúsculo universo, aura, canto, sonata.
Delicioso tacto, madrigal, colmena, 
halo, éxtasis, plegaria, flor de loto…

Dichoso abril de rosas y azucenas,
mar sin orillas, arcano e infinito.
Perfil sencillo, caudal de venas
de un río o manantial que se desmaya
ante el delirio voraz de la amapola.

Ya vas abriendo, templo grandioso, 
en los altares tu ardiente llama
y por la sombra, en mil colores,
de tu alta luna llueven las flores
en el rocío de la mañana.


   
   
SUSURROS A VOCES DE ENCARNA LARA
   
Por María Dolores Ginés Raya
   
   
   
Dice el poeta Julio Alfredo Egea: «Puede que el ser poeta sea ni más ni menos que el haber recibido un guiño de Dios entre la niebla». Y puede ser cierto, porque, asistida por ese guiño de complicidad, Encarna Lara vive una infancia plena, en medio de una apabullante y sublime naturaleza: un río siempre cerca, la acequia, el molino, los árboles, pájaros, el olor de la tierra, el cambio de las estaciones, el paso de las nubes, el estadillo de la primavera o las azules noches del estío, irán configurando su propio mundo interior.
  
En medio de ese paraíso, despertará a la vida y a la poesía. De los primeros poemas inéditos, cito el llamado:

  
MI CUNA

Al valle del Genil
a poco de nacer me llevaron.
En una blanca casa
plantada junto al río me dejaron.
Verde mi cuna de álamos y sauces,
y el río me cantaba desde su cauce.
  
O este otro:

CARICIA

Cuando era niña de veranos azules
en el vado del río me bañaba.
Bajo la atenta mirada de mi padre,
que en sus jóvenes brazos me llevaba.
Hacia los dulces brazos de mi madre
para envolverme en una manta blanca.

   
     
 
  Encarna, con dos compañera de clase, en una foto de grupo.

   
Antes de conocer la palabra escrita, Encarna, la niña, ya posee un amplio vocabulario… un vocabulario lleno de ricas imágenes, de aromas, colores y voces ancestrales. Todo un mundo intimista y profundo donde la magia y la realidad se conjugan dándose la mano. Circunstancia en la que se ven envueltos otros poetas, como es el caso del Moguer juanramoniano o el Valle de Elqui de Gabriela Mistral.
  
Encarna y sus primeras lecturas poéticas
Con el aprendizaje en la escuela primaria de las primeras letras, desarrollará un constante interés por la poesía y la literatura. Y en aquella enciclopedia de Álvarez, al tiempo que aprende dónde está el Miño y quién fue Carlos V, lee con avidez las fábulas de Iriarte, Samaniego y la Fontaine. No le es ajeno el contacto con los clásicos: fray Luis de León, Santa Teresa, San Juan de la Cruz, Quevedo o Lope de Vega llenan sus horas infantiles en la escuela… y en casa.
La lectura no cesa: lee toda la poesía que cae en sus manos. Es por entonces cuando escribe sus primeros poemas. Y uno de ellos brota en la hoja de su cuaderno como un verde tallo de albahaca, que ella le dedica a su maestra, su tía Ana Collados, a quien, desgraciadamente, por timidez nunca leerá. Sirva el poema como homenaje a aquella gran mujer y su sabia pedagogía:


  
LA MAESTRA

De la escuela recuerdo
las baldosas de barro.
Las dos pizarras negras.
Los grandes ventanales
y las claras vidrieras.

Las tizas de colores.
Los rígidos pupitres.
Los lápices de cedro.
Los libros de poemas.

La palmera del patio.
Las figuras geométricas.
Los números, muy poco.
Las tardes de merienda.

Y al fondo de la clase,
en la luz entreabierta,
la figura entrañable
de mi vieja maestra.
   


Transcurridos los cinco primeros años de su vida, se va a producir un cambio, una pérdida que durante mucho tiempo considera irreparable. Habrá de trasladarse con su familia a su pueblo natal, dejando atrás su paraíso perdido.
Pero es en este maravilloso pueblo malagueño llamado Cuevas de San Marcos donde comenzará con otra etapa tan rica como la anterior. Conoce calles, plazas y alegres rincones. Así como el lazo de la amistad primera, juegos y canciones infantiles.
Cada verano regresará al edén perdido, e irá conociendo cada vez más a fondo un idílico mundo. En las largas siestas estivales, escribe en su cuaderno:



  
Volví a mi valle
          buscando el camino
de polvo y arena
          que lleva al molino,
donde el ruiseñor
          esconde su nido.

Muele que te muele,
rueda que te rueda,
sueña que te sueña,
mi molino “aceña”.



  
El privilegio o la suerte de conocer dos lugares distintos, dos infancias diferentes, marcará el rumbo de su poesía, y su propia personalidad. De un lado, social y extrovertida; de otro, distante y solitaria.
El amor por la literatura y el arte la llevará a cursar estudios humanísticos, que le van a servir para acrisolar los ya propios, al tiempo que le van a mostrar el camino de la educación de jóvenes y la transmisión de saberes: Encarna se diplomará en la Escuela Universitaria de Magisterio de Málaga, en la especialidad de Ciencias Humanas.
Aunque comienza a escribir a edad temprana, sus primeras publicaciones conocidas (en realidad, una ínfima parte de lo que compone su creación lírica hasta la fecha) son de edición reciente; la parte de su obra pergeñada en su ambiente de la intimidad de su madurez, quizá los versos más granados y maduros hasta ahora, permanece inédita.
  
Aparecen sus primeros poemas

En 1994, aparece impreso su primer poema en un libro homenaje a León Felipe, publicado por iniciativa de la Academia Iberoamericana de poesía de Málaga, en la que participan con obras propias más de cincuenta poetas internacionales e iberoamericanos. El poema fue mencionado por su musicalidad, y la autora tuvo el privilegio de leerlo en el viejo edificio del Ateneo de Málaga.
Un año más tarde, en 1995, aparece un segundo poema homenajeando, en esta ocasión, al cubano José Martí. Edita un tercer poema en un texto colectivo que prologa la célebre poeta malagueña Concepción Palacín Palacios, y que Encarna dedica a la poeta Alfonsina Estorni. Será en 1996 cuando publique su primer libro, que se titulará Perfil de Silencio.
   

     
La maestra, su tía Ana Collados Compaña, doña Anita, como la conocíamos todos los del pueblo.


   
El poemario es acogido por la crítica muy positivamente y en numerosos suplementos y revistas literarios aparecen reseñan reconociendo su calidad poética y su profundidad lírica. Todos coinciden en que hay en él una madurez y firmeza desacostumbrada para una primera entrega, características de una escritora con mucho oficio. Son numerosas las cartas de poetas, periodistas, críticos, pintores que la escritora recibe, alentándola en el difícil camino de la poesía.
La primera reseña, aparecida en el suplemento literario del ya desaparecido diario Málaga-Costa del Sol, la traza desde Sevilla el periodista Ramón Reig. Una segunda, salida de la pluma Paloma Fernández Gomá, aparece en La Isla, suplemento literario del diario Europa Sur. Una tercera reseña, escrita por el poeta y miembro de la sociedad de Críticos Andaluces José Lupiáñez, ocupa una página de Cuadernos del Sur; aparece una cuarta, escrita por Manuel Quiroga Clérigo.

Ese mismo año, la revista Ánfora Nova edita el poema “La mañana”, que la poeta dedica, con entrañable afecto, al poeta ruteño Mariano Roldán.

Publicar, para evitar el maleficio inédito

En parte, será Mariano Roldán el que la incite, en una amistosa carta, a publicar. Con anterioridad, Encarna Lara había escrito a Mariano Roldán, enviándole unos textos inéditos con una bellísima cita del poeta portugués Fernando Pessoa: «Si muero y mis versos quedan inéditos, allá tendrán la belleza si fueron bellos». El maestro responde: «A los que escribimos  no nos queda más remedio que publicar. Recuerde lo que decía Machado —muy en contra de Pessoa—: “Hay que publicar, aunque no sea más que para librarnos del maleficio inédito”».
Paradójicamente, Encarna calla. En efecto, tras el deber cumplido en Perfil de Silencio, Encarna se sumerge en una larga pausa de silencio en la que lee con fervor a otros poetas, medita y reflexiona.
En 1997, participa en el libro Poesía y Democracia con el poema «Presencia» y, en 1998, en el libro Ora Marítima, con el poema «Gota de Mar». En la revista Calas publica «Crepúsculo» y en Extramuros, «Innovación» (extracto del libro inédito Musas de Otoño). También aparecen poemas suyos en las revistas Arena y Cal y Arboleda.
   
Caudal de Voces, su segundo libro

Pasan tres largos años para volver a publicar. En 1999, ve la luz su segundo libro, Caudal de Voces, editado por Rafael Alcalá en su selecta colección «Puente de Aurora».
Esta segunda entrega goza también del beneplácito de la crítica, que lo acoge muy positivamente y propicia elogiosas reseñas, como la realizada por Olivia Jaén en La Isla. Tendrá aquí una segunda reseña y en Cuadernos del Sur, entrado ya el 2000 y haciendo balance cultural de los mejores libros del 99, aparece como poemario excelente.
En 2001, aparece su tercer poemario, Páramos Prohibidos, en la colección «Agua de Mar» que dirige el poeta José García Pérez, que también es reseñado muy positivamente por la crítica.
En 2008, se alza con el primer premio de poesía “Encuentros por la Paz”, de San Pablo de Buceite.
En 2009, ve la luz su cuarto libro, editado por el CEDMA, con el título de Desde la Orilla. Y será el 12 de febrero de 2010 cuando presente su último libro, Raíz Flamenca, impregnado de versos para ser recitados con las notas flamencas de la guitarra española.

Encarna y la «generación de paso». Evocaciones

Considerada a sí misma como parte de una «generación de paso» desde los tiempos de la Dictadura hasta la democracia actual, Encarna Lara señala que la poesía le ha permitido conocer la condición humana, que son las palabras las que valen y que la poesía es un trocito del alma que se regala.
Pero serán las propias palabras de la autora las que nos presenten lo que verdaderamente es la poesía para Encarna Lara:
«Siempre que me preguntan cuándo llegó a mí la poesía, tengo que desandar el camino y volver a la infancia, porque fue en esta etapa donde surgió el milagro. Ese estigma con el que alguien me hirió o ese rapto que transmutó mi vida para siempre.
»Mi poesía parte de la naturaleza, porque es ahí donde abro los ojos para quedar iluminada por los limpios colores del arco iris o la tenue pincelada de una acuarela. Era difícil escapar de tanta magia. La misma casa donde pasé mis primeros años está impregnada de poesía por los cuatro costados. La recuerdo como un frondoso árbol plantada en el camino, cuya sombra nos cobijaba a todos, o como un barco varado en medio de un valle, donde la diosa Ceres prodigaba sus generosos dones.
»Observé minuciosamente cada rincón de esta casa, donde las voces de mis mayores llegaban a mis párvulos oídos llenas de misterio y musicalidad; allí aprendí a amar todo cuanto me rodeaba y escuché complacida palabras que me cautivaron entonces y que todavía hoy me estremecen. No solo por la belleza que en sí encierran, sino porque fueron cercanos símbolos de aquella tierna edad. A veces, las pronuncio en voz baja o las evoco en algún lugar, y, aunque me cuesta elegir, me quedo con una especialmente bella y entrañable. Vivía en la cocina y se llamó ‘alacena’.
    
Encarna Lara: «Concibo la poesía como un arrojo, una pasión, una valentía del alma, una búsqueda constante, un pájaro herido que planea leve buscando el último crepúsculo».
   
Mis poemas iniciales serán, pues, un exaltado canto a la naturaleza y a mi entorno cotidiano.
Salir de aquella casa era encontrarse con el abierto esplendor de las estaciones y con todas las costumbres ancestrales que ellas traían consigo. Era darse de bruces con un río cercano, amado y temido, junto al que crecí e hizo mis delicias estivales. Son bellísimos los recuerdos que mantengo de ese amigo, llamado Genil, al que había que guardarle mucho respeto.
En los calurosos días del verano bajábamos, en tropel, toda la chiquillería de la casa hasta sus refrescantes aguas, vigilados y protegidos por mi padre, experto nadador. Compartí con él silencio y paciencia, cualidades de todo pescador que se precie, sentada en los guijarros de sus dulces orillas. El cauce de este bellísimo río me arrancó vividos y sinceros poemas, que muchísimos años más tarde dieron lugar al poemario “Desde la orilla.
Toda aquella chiquillería conoció muy de cerca el azul resplandor de las estrellas y quedó fascinada por la vía láctea. Hubo algunos que, alimentados por mi desbordada imaginación, vieron conmigo a Santiago en su caballo blanco.


  
ESTRELLAS

Por la vía láctea vimos a Santiago
en su blanco caballo.
Niños embelezados mirando
al apóstol ecuestre cruzar por las estrellas.
Y, de repente, al galope
de  aquel corcel ligero,
descendió hasta el valle.
Y cruzó por el río con su manto celeste,
dejando una ráfaga de estrellas en el agua.   


    
Todos tuvimos en nuestras manos el verde fosforescente de las luciérnagas y nos despertó, al alba, el canto del ruiseñor en la alameda. Todos nos subimos al trillo y quisimos dormir alguna vez al raso en el círculo amado de las eras.
Privilegio, este último, que no pude alcanzar. Todos fuimos niños sorprendidos por el eco celeste de aquel valle, por la rueda, la acequia y el molino, y por el sonoro roncar de la atarjea.
Serían, pues, interminables los recuerdos y anécdotas que alimentaron esta edad y que irían configurando un mundo propio e intimista en una imaginación precoz predispuesta a la fantasía. Mis primeros sueños estuvieron habitados por ninfas, hadas y duendes, que a veces se confundían en las copas de los árboles o en la limpia altivez de los maizales.
En toda mi obra inicial estarán presentes los húmedos surcos de la tierra como mensaje repetido, que ha ido generando otros ámbitos verdaderos y necesarios nacidos de un acto supremo de amor y entrega y de una temprana veneración al derecho de la libertad.
   
A través de la poesía, amo con vehemencia a los seres y las cosas

Concibo, pues, la poesía como un arrojo, una pasión, una valentía del alma, una búsqueda constante, un pájaro herido que planea leve buscando el último crepúsculo.
A través de la poesía, amo con vehemencia a los seres y las cosas, y me solidarizo con todo lo creado. La poesía es reflexión profunda sobre la vida y sus criaturas, es toda una filosofía, una forma de estar o de ser. Por eso, me ciño a la utopía, no como solar quimérico, sino como un lugar posible. Cada libro mío está impregnado de la dualidad que rodea al alma humana, así como la angustia existencial que la hiere. En cada libro alzo mi voz en total transparencia.
Decía Gabriela Mistral que «el poeta hace casi siempre autobiografía»; certera frase con la que estoy plenamente de acuerdo. Lucho en mi obra constantemente para hallar el lenguaje más acorde con mi tiempo y mi estado personal. Por toda ella camina la impotencia por cambiar el curso del mundo, de la vida y de las cosas, proponiendo un retorno a los orígenes para salvarnos del profundo vacío y de esa tremenda soledad que nos angustia hasta la asfixia, así como del desaliento ante el futuro que se perfila. Es lo que el poeta José Antonio Sáez ha llamado «estética del desconsuelo».
Detrás de mi poesía no late un corazón sedentario, sino un latido nómada en continua búsqueda del amor y la verdad, de la tolerancia y la libertad, y un alma andariega y mística, rebelde e inconformista, que se niega a seguir el camino trazado.
  
Y al final del camino, la esperanza

Quiero cerrar este difuminado perfil, dejando constancia de esas dos orillas por las que transcurre la vida. Ambas nos habitan y nos hieren, y en ambas vive esa inalcanzable dama ataviada de verde Veronés que se hace llamar «esperanza». Finalizo, pues, con los versos del poeta Juan Félix Bellido en los que la espera y la esperanza se abrazan y confunden, y donde las dos orillas de todos los ríos se tocarán un día.

   
Espérame a  la puerta de la espera,
porque en el quicio mismo de esa puerta,
tus manos y mis manos construirán un puente
y todas las orillas se volverán cercanas.
   
 ______________________________________  
María Dolores Ginés Raya (Cuevas de San Marcos, 1982). Licenciada en Filología Inglesa y Diplomada en Maestro en Lengua Extranjera (Sección: Inglés) por la Universidad de Málaga.

   







JESÚS SOLANO [1.926]


Jesús Solano

Jesús García Solano (Jesús Solano) nació en Aguilar de la Frontera (Córdoba) el 3 de mayo de 1942. 

Con residencia en Marchena desde los 6 años, estudió bachillerato en el Colegio de los PP. Mercedarios Descalzos de esta ciudad. A los 16 años, ingresa en la ESCUELA DE ESPECIALISTAS del Ejercito del Aire de Cuatro Vientos (Madrid) en la especialidad de Fotografía y Cartografía Aérea. Más tarde se pasa a la de Meteorología, donde se hace Informador de Meteorología, ejerciendo en la Torre de Control del Aeropuerto. 

Pasado unos meses, renuncia a la vida militar y se traslada de nuevo a Marchena donde se incorpora al departamento mercantil de una empresa, LA MARCIENSE S.L (Marchena) alcanzando el cargo de Jefe de Ventas Nacional. En el 1983 se integra de lleno a cuantas actividades culturales se desarrollan en el pueblo, ocupando cargos de responsabilidad en distintas asociaciones y entidades como caseta de feria LOS CUARENTA Y YO, miembro fundador de la Hermandad de la Borriquita y como delegado de cultura de la FUNDACIÓN EL MONTE, organizando conferencias, exposiciones y conciertos. En el año 1986 empieza sus colaboraciones literarias en distintos medios de comunicación. Colabora en multitud de ocasiones con la prensa local, IM. TV Marchena, en Colegios e Institutos. 

En el año 1986 aparece su primer libro de poemas, editado en Salamanca: A ORILLAS DEL BRONCE. En el 1987 fue el iniciador de la edición de la Obra NOSTALGIA Y POESÍA de Luis Camacho Carrasco, a petición de la familia. Fue colaborador (desde el anonimato) con el escultor Rafael Armenta en el Proyecto al Monumento PEPE MARCHENA.

Aficionado a la música desde muy temprana edad, practica el piano y estudia profundamente la obra y la vida del compositor sevillano Joaquín Turina, llegando a ser un gran conocedor y da multitud de conferencias sobre la vida y la obra del compositor sevillano. Como estudioso y conocedor sobre la historia de los instrumentos musicales, ha dado conferencias bajo los títulos : LA MÚSICA A TRAVÉS DE LOS INSTRUMENTOS y LA EVOLUCIÓN DE LA MÚSICA EN LOS TIEMPOS.

Publica su segundo libro, POEMÚSICA 1987, la interpretación de la música clásica a través de su poesía. (Conoce a la guitarrista clásica, María Esther Guzmán Blanco y participa en la presentación del libro) Aparece un nuevo libro en el 1988, JIRONES DE SENTIMIENTOS, poemas sentimentales y nostálgicos. Editado por el Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Sevilla. En el año 1989 la Obra Cultural de la Fundación EL MONTE de Sevilla le publica un nuevo libro, SUEÑOS DE ERATO. 

Poemas encadenados y dialogantes con la diosa Erato. (Participación de María Esther Guzmán  interpretando musicalmente los poemas) Es coautor con Manuel Carrillo Picazo de la música de la Marcha Procesional Himno. ESPERANZA VERA-CRUZ (estrenada el 23 de marzo 1989 por la Agrupación Musical Ntra Sra. de Palomares de Trebujena (Cádiz) en Marchena, Letra Jesús Solano. En el año 1990 la Orden Hospitalaria San Juan de Dios le publica un saetario “QUEJÍOS” DE AMOR. Saetas para cantar y rezar, a beneficio de la Ciudad San Juan de Dios de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) 

En este mismo año, la Caja de Ahorros de Ronda, le publica un nuevo libro de poemas, CLAUSTRO DE MIS PASOS. Itinerario lírico del poeta dentro de una etapa de su vida. Vuelve a ser coautor con Carrillo Picazo de una Marcha Procesional para la Hermandad de la Vera Cruz de Castiblanco de los Arroyos (Sevilla) La Coral LISARDO CARRILLO (Granada) incorpora a su repertorio el poema: Seguidilla para una rosa, de su libro A Orillas del bronce. Música Carrillo Picazo. Es coautor con Carrillo Picazo de una nueva Marcha para la Hermandad del Cristo de San Pedro de Marchena. 

En el año 1992 la COMISIÓN CIUDADANA PRO-EXPOSICIÓN UNIVERSAL Y V CENTENARIO DEL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA, le publica un libro de coplas flamencas originales e inéditas abarcando todos los palos del flamenco. AL “COMPÁ” DE MIS DUENDES.

En este año del 92, dirige, como director, las lecturas poéticas de la Exposición Universal de Sevilla en la CASA DE LAS COLUMNAS. Los Viernes Poéticos de la Sevilla Universal. También participa, como ponente, en la III Bienal Internacional de Poesía de Madrid. 

En el 1993 es nombrado Académico de la REAL ACADEMIA DE CIENCIAS, BELLAS ARTES Y BUENAS LETRAS “VELEZ DE GUEVARA” de Écija. El discurso de investidura versó sobre la vida y la obra del compositor sevillano Joaquín Turina y fue ilustrada con la actuación de la guitarrista María Esther Guzmán. Del 1993-1996 forma parte de distintos jurados de poesía a nivel nacional. En 1994 el grupo poético BARRO le publica un nuevo libro CANTOS DE LA ESPERA en su colección VASIJA. 

En el 1994 fue invitado como conferenciante por la Universidad de Verano de Baeza para dar una conferencia sobre la vida y la obra del poeta Antonio Machado (23 de agosto) Fue Concejal en el Ayuntamiento de Marchena por el Partido Andalucista en la legislatura del 1991 al 1995. 

En el año 1996 la Revista CAUCE Universidad de Sevilla (Filología y Didáctica ) publica un trabajo de investigación del profeso Fernando Rodríguez Izquierdo del Libro AL COMPÁS DE MIS DUENDES bajo el título “Vigor Andaluz en las Letras de Al “Compá” de mis Duendes, que más tarde lo publicaría el Instituto Cervantes de Madrid. (Centro Virtual Cervantes) Fue miembro activo de las Asociaciones culturales ALBA DE MARES, Y GRUPO POÉTICO BARRO (Sevilla) así como de la marchenera, LOS LUNEROS. Nuevo libro JACARANDA publicado por Corona del Sur. Colección “Azul y Tierra” que dirige Francisco Peralto de Málaga.1996 Con motivo de cumplirse el 50 Aniversario (1949-1999) de la muerte del compositor sevillano Joaquín Turina, dirige en la colección CUADERNOS DE ROLDAN (Sevilla) de la que es miembro activo en la actualidad, y con el nº 35 una antología dedicada al mencionado compositor, bajo el título TURINA, recogiendo poesías, pinturas, y composiciones musicales (donde participa María Esther Guzmán con una obra que adapta para la guitarra, PENSAMIENTOS, de su tío José Mª Guervós, amigo de Turina) Es esta misma colección ha dirigido los cuadernos dedicados a Marchena, bajo el título INFINITA MARCHENA, a Écija ECIJAMÍA, y al Conservatorio Profesional de Música Francisco Guerrero de Sevilla, POEMÚSICA. (Título éste, propiedad del autor que le cede al cuaderno) En este mismo año, 1999, recorre la geografía española dando conferencias sobre la Vida y la Obra del compositor sevillano Joaquín Turina. 

Acompañado del Trío EL CLAMOR, Piano, Violonchelo y Violín En el 2000 publicado por la editorial CORONA DEL SUR de Málaga, aparece TRAVESÍA DE REGRESO. Consigue créditos de la Universidad de Córdoba tras asistir a los correspondientes seminarios organizados por la Cátedra de Literatura Juan Rejano: Periodismo y Literatura, Góngora Hoy, y Poesía Española Contemporánea.1997 El 9 de abril del 2.000, estrena en el TEATRO MUNICIPAL DE ARTES ESCÉNICAS, Écija- LA SAETA EN ESCENA, (Canto Escénico de la Saeta ) Montaje lírico-musical y visual en torno a la saeta. En el 2001 la misma editorial (Corona del Sur) le publica POEMAS DE CUADERNOS. Es miembro de la Asociación Colegial de Escritores de España. 

Fue presidente de la Asociación Cultural CASINO DE MARCHENA durante cuatro años, llevando acabo grandes reformas, creando en los salones altos, un teatro donde se representaron obras de Los Quinteros y otros, así como, conciertos de música y conferencias. Fue pregonero de la Feria de Marchena. 

Pregonero del Centenario de la Fundación del Colegio de Santa Isabel (Madre Carmen del Niño Jesús) de Marchena. Pregonero de la Feria de la Manzanilla de Sanlúcar de Barrameda. Conferenciante en multitud de Peñas Flamencas por Andalucía sobre temas de cante, letras, música y literatura flamenca. 
Sus poemas y entrevistas, aparecen en distintas Antologías y revistas especializadas en literatura, y son motivo de estudio y trabajos en Universidades como la de Sevilla (Departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura Integradas) y en la de St.Thomas University (Canada) USA, En el año 2001 estrena una nueva versión sobre la saeta con el grupo de cámara que crea, EL CLAMOR, titulada, DIÁLOGOS CON LA SAETA en la Iglesia de San Andrés de Sevilla. En el año 2002 la Organización Nacional de Ciegos ONCE le traduce al sistema braille sus tres últimas obras. 

En el año 2003 aparece una Antología de sus coplas flamencas en la Colección Cuadernos de Caridemo, número 6. Editada por la Consejería de Cultura, Delegación Provincial, Almería, bajo la dirección de José Antonio Santano. En el año 2003 la Editorial Corona del Sur (Málaga) le publica CUANDO LA LUZ VUELVE. Libro de ensayo sobre la poética, Poemas y pensamientos en prosa En el 2003 participa en colaboración con Antonio García Barbeito, como guía ilustrativo sobre las riquezas turísticas en general de Marchena, publicadas en articulo, en el periódico EL MUNDO, y que luego se vería recogido en libro PUEBLOS EN CUERPO Y ALMA editado en el 2005 por, Turismo de la Provincia de Sevilla. Diputación de Sevilla. 

En el año 2004 aparece un nuevo libro publicado por Corona del Sur. DESPUÉS QUE HA PASADO EL TIEMPO (Málaga) Narrativa Andaluza. Trilogía. Recuerdos, Cartas a Carmela y Relatos de Sueños. Desde el 2005 hasta 2008 está trabajando en un proyecto sobre la creación de nuevos modelos de guitarras, bajo la tutela del ebanista Manuel Mª Suárez Cobano, así como la creación de la nueva guitarra ergonómica, clásica y flamenca, y que serían presentadas en Marchena, 2008 

En el 2006 aporta la idea al departamento de publicaciones del Ayuntamiento, la publicación de un libro recogiendo fotografías del pasado, ya que por motivos de la publicación del libro DESPUÉS QUE HA PASADO EL TIEMPO, tenía mucho material fotográfico, el cual fui entregando desinteresadamente al archivo municipal, y más tarde colaborando en la recogida para este proyecto. Esto dio el fruto de la publicación del libro: MARCHENA 300 IMÁGENES DEL PASADO. Publicado por el Ayuntamiento. 

Desde el 2006 participa en la obra flamenca de la soprano Pilar Marchena con la guitarra de Niño Elías. como conductor y presentador del acto con ilustraciones poéticas, presentado en Sevilla en la Sala Territorial de la Once. 
En el 2008 el Ayuntamiento de Marchena le edita su obra…DE LA MÚSICA EN EL VERSO. Y presenta su colección de guitarras, así como una extensa variedad de instrumentos musicales, los cuales ofrece desinteresadamente a cuantos los requieren para su estudio y uso. 

En el año 2010 la editorial Granada Club Selección S.L. le edita su libro CON LA VOZ DEL VERANO que presenta en Madrid Feria FITUR, en Almuñecar, (Granada) Hotel Helios, en Sevilla Circulo Mercantil, y en Marchema. Sala Carrera. 

En el año 2011 ( Septiembre 30) presenta su libro CON LA VOZ DEL VERANO en la biblioteca pública de Aguilar de la Frontera (Córdoba) Es invitado el 20 de octubre 2011 por la Agrupación Literaria María Muñoz Crespillo para dar una conferencia sobre su poesía y la presentación de su libro CON LA VOZ DEL VERANO.

Obra Editada

Poesía:

A Orillas del Bronce 1986
Jirones de Sentimientos 1988
Sueños de Erato 1988
Claustro de mis Pasos 1990
Cantos de la Espera  1994
Jacaranda 1996
Travesía de Regreso 2000
Poemas de Cuadernos 2001
Con la Voz del Verano 2011. 

Poesia experimental:

Poemúsica  1987.
De la Música en el Verso.2008.

Saetario:

“Quejíos” de Amor.1990.

Flamenco: Al “ Compá” de mis Duendes. 1992.
Ensayo y prosa poética: Cuando la Luz Vuelve. 2003.
Relatos cortos: Después que ha pasado el tiempo. 



XX

Hoy Señor

Hoy señor, mañana tierra,
luego seré humo,
poco, nada, reliquia de cinerario.
Y llegado un tiempo pasado,
apenas un recuerdo
de lo que fui creando.



XXV

Hoy he estado en mi entierro

Hoy he estado en mi entierro
con las gentes que me amaron,
con los locos de la palabra, de la música,
los que sin saber me odiaron,
los que quisieron ser como yo,
los arrepentidos por lo que dijeron,
los amigos que solo un día fueron,
los que dejaron de serlo,
los que llevaban razón,
y los que a mi entierro no acudieron.
A todos los vi crecidos, diciendo ser mis amigos,
porque yo ya estaba muerto.



XL

La tierra está enferma

La tierra está enferma de tanto enterramiento,
de las bilis que recibe,
de los tuétanos sangrientos con tiros en la nuca
en tapias de cementerios.
La tierra está enferma en continuo lamento
de los fetos malogrados,
de grandes humedades y de caldos horrendos.
La tierra no tiene enemigos,
tiene un corazón para quien quiera beberlo.
La tierra no es todo lo que se ve,
es más que el paso del tiempo.
La tierra es libertad, escúchala y encontrarás
un amigo a tiempo.



XLIII

Quiero morir por vivir

Quiero morir por vivir
el vuelo que me esperaba
por la vía del deseo,
y quedarme suspendido
en los brazos de quien creo.
Hoy quiero salir de mí
para encontrar lo que espero,
huyendo de aquella sombra
y retomar lo que anhelo.
Quiero la droga en silencio,
la humildad de los conventos,
y el morir que nunca muere
en los versos que me invento.



XLVI

Cerraron las ventanas

Cerraron las ventanas. La luz ya no servía.
Se quemaron pabilos. Las velas no lucían.
En la cama el cuerpo un velo lo cubría.
Con las manos bien juntas rezaban letanías.
La noche se hizo larga hasta que llegó el día.
El blanco pasó al negro. Responsos en la crujía.
Todos cabeza baja. Lamentos de cobardía.
Se fueron retirando, cada uno a su casa,
y el muerto quedó solo en fría compañía.



XLVII

Mañana tomaré tu mano

Mañana tomaré tu mano
sin pedirte si quieres venir conmigo.
Tomarás el camino sin vacilar
y dejarás de ser materia viva.
Mañana serás un cuerpo inerte
con olor a bálsamo
y te alumbrará una luz
que no hace daño a las pupilas.
Mañana será belleza infinita
lo que hoy es impureza humana.



XLVIII

Borraré al poeta del dolor

Borraré al poeta del dolor,
al poeta de la agonía,
al poeta que derrocha desamor
y al poeta de la sangre.
Borraré, incluso la luz tibia
de mis ojos que consume largas veladas,
y haré con mis besos, una trinchera
que dure hasta el final de mis días.



LXXXIV

Me trunca la vida la muerte remota

Me trunca la vida la muerte remota,
los ojos hundidos de una calavera,
la escarcha que cubre la piel que tirita,
los perros lamiendo la última gota,
la mosca que nace de la gusanera,
el cuerpo caliente que no resucita
y el flujo que sale como una babosa.
El velo de niebla de noches que ciegan,
la tumba del pobre que a solas me grita,
los pies destrozados por púas de rosas,
las manos clavadas a fuertes maderas,
rincones y osarios en suelos de ermita,
los huesos oliendo a restos de fosa
y una vena abierta poniendo frontera.
Campanas doblando por una bendita.
Me rompen la vida todas estas cosas.



XC

Los muertos van cayendo a los pozos

Los muertos van cayendo a los pozos
y las bestias nacían de los abismos
como setas en la oscuridad.
Rebeliones de demonios y tumbas por ultrajar.
En el cementerio, la voz pasa de largo
y los vientos silban, haciendo tenebrosas
las noches de los noviembres
cada año, y siempre igual.













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viernes, 28 de marzo de 2014

1925.- ROSA BERBEL

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Rosa Berbel 

(Sevilla, 1997). Estudiante de Bachillerato. Algunos de sus artículos y escritos han aparecido en medios culturales especializados como iWrite, Achtung! Magazine, Granite and Rainbow, Obituario y Culturamas. Recientemente ha sido antologada por Luna Miguel como una de las quince voces de la poesía posnoventista. Trabaja en un primer poemario. Su blog: http://conrderevolucion.blogspot.com




Granada

Granada fue el nombre de todos mis sueños
de infancia, la fisura equivocada
entre el miedo y el vacío.
El desajuste.
Emprendí conmigo misma un viaje
cada verano
y mis ojos no veían más allá de
mi memoria, de mi cuerpo descarnado.
El desencanto.
Dejo que mane de mí
esta ebriedad desconocida.
Despedazo una a una
las imágenes de aquel espeso envite de las formas.
No hay más noche que su oscuridad
remota en el perfil de sus calles sin fondo:
un laberinto, una herida,  un recuerdo.
Ante el poema creó la luz,
creó los pasos, la dulzura
en espiral voraz
en cada esquina. No hay un verso
que no insista en el abismo,
en la agonía,
en la biografía de este mapa cadavérico.
Me escuecen las palabras en su ausencia,
me ausento y parpadeo y tropiezo y crujo
y en cada amanecer me implora:
vuelve.
Al asfalto de piel entumecida,
a la historia ante el eco del olvido,
a la lengua que extiende mis sentidos,
a los hombres que engulleron mi silencio.
Vuelve.
Granada, mi voz te llora y mi nostalgia
busca en cada ciudad
un pedazo de tu esencia. Y no hay imagen
ni ruinas, no hay aire ni cielo ni sexo
ni arte lejos
del eco de tus pasos.







Crecí y amé hasta que pareció imposible contener
tanto aliento en un pecho tan ínfimo y rasgado,
tan oscuro que el roce de un instante
                                                    silenciaba su trote.
Crecí y amé el absurdo de estar vivos,
el gemido taladrando la noche,
la ilusión de quizá teneros a todos,
amantes de recreo, esculpiendo en mis nalgas
                                 un verso que dijera eternidad.
Amé como se ama sin sentido, sin certezas
 ni miedos, sin palabras, sin corazones
que aullaran un perdón en el bolsillo, amé revelando
                los hilos de sutura de mis heridas desnudas.
Amé la noche y las tormentas y el eco de mi voz
dormida helando la falsa calidez de vuestros nombres,
desconocidos y envueltos en la condición de esclavos
                                                        de mi ensueño.
Amé todas nuestras manos conjugadas
como una misma palabra infinita
que se desintegra y se funde en un pálpito
                            de ardiente impunidad.
Antes del amor nada existía.
Antes del amor sólo abandono 
ante el umbral de la memoria.
Crecí y amé sin saber que nada era antes de ti,
sólo ceguera y podredumbre. Sólo ensayos
y violencia, amor, mis labios aún no pronunciaban
                                                            tu nombre.





(Elogio de la locura)
I

No volvería a besarte de nuevo.
No te alumbraría los ojos.
No miraría tu perfil confidente aunque guardara
en mis brazos un secreto a voces.
(Despierta ya, te he abandonado para siempre
y este rastro de arrepentimiento
se va desdibujando)

Todo lo que sé de ti lo descubrí
evitando tu presencia, tu historia
tu paciencia, mis ruinas,
mi sangre perezosa,
oprimiendo mi voz
cuando tus manos temblaban.
Todo lo que sé de ti lo descubrí
entregándome a esta rabia desmedida
de no reconocerte,
cubriéndote con el pálido manto
de mi gemido que todo lo puede.

Qué pensarán de mi locura,
de mi sueño, de tanta turbación y tanta
forma extraña de temer
tu vuelta,
del viento cerrado,
de tu dulce violencia como una caricia
desgarrándome la piel
suavemente.

La noche va creciendo a tu lado, amor,
en este roce
como en un baile de muertos
si pudiera
escupiría el veneno de tus dientes
volvería a llorarle a las estrellas
miraría mi reflejo en tu reflejo
¿no eran tus palabras una encrucijada,
una cárcel, una vida?

Aprendería mil veces el silencio y bastaría
una palabra
de tu boca
para olvidar mi tristeza.


II

Todo está aquí. En mi mente,
en mis labios, mi recuerdo
que surca tu pasado.
Todo es un espejismo en la pared
bajo las sombras de mi ánimo
desierto, nuestros dedos, mis costillas,
nuestros viajes, el amor, qué delirio.
Camino y asciendo en espiral y
tu embestida es lenta, mi placer aún
muge en mi garganta,
tu silencio es tajo entre mis piernas.
Agonizo al verte en un ritual de dolor.
No queda en mí
un átomo de cordura, ni un pensamiento
útil, ni una esperanza cierta.


III

Si el poema,
esta idea absurda de buscarte en mis pedazos
de anhelarte en otras formas,
de perderme en otros llantos, otra estirpe,
otra belleza,
si el poema no es para ti
para quién.








(Trazos)

1

La continuidad fluyente de la vida,
ruina y calma, túmulo encarnado
sobre la marmórea superficie de la nada.


2

Un cuerpo que tiembla, una voz,
un alma conjugada con
la húmeda polvareda que se desliza
entre mis dedos.
Sólo la sed en este septiembre blanco
impetrará el aplaque de las horas.


3

El ocaso cederá ante las sombras;
el alba ante la puerta clara del recuerdo.
La libertad está reservada a lo insignificante:
una luz tenue consumiéndose en la noche,
la fugacidad de un verso infinito.

(No tañes lo incalculable, el furor de lo inmenso.)


4

Se oye el bailable susurro del tiempo
devorando instantes.
Este salto irremediable al vacío.
Esta pulcra necesidad de atrapar la ausencia.
Estas arrugas como órbitas de aire
engullendo la esperanza.


5

No más el espejo roto en mil pedazos,
el barco que zarpa, la efigie antiquísima
fundiéndose en el fuego del ayer.
Sin embargo el silencio,
el latido de la palabra no amaina
en la lejanía. Tras la llamada
de la muerte acecha oscura y clara como
el mar etéreo.


6

He rezumado tantas lágrimas que moriré
ahogada entre mi propia abundancia,
un constante torrente de melancolía.
He evocado el origen, he pulverizado
el miedo a nacer de nuevo,
he acallado el grito de lo impenetrable.
He desertado mi lugar como una jaula.
He abrasado los recodos de
mi propio
vacío.