Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

martes, 15 de abril de 2014

1938.- MANUEL SANCHA DE VELASCO




Manuel Sancha de Velasco

MANUEL SANCHA DE VELASCO (Hinojosa del Duque, Córdoba  1730-1808). Durante algún tiempo ocupó en su localidad el cargo de padre general de menores, oficio público nombrado por el conde de Belalcázar a propuesta de la villa. Del contenido de sus obras se deduce que se trataba de un hombre culto, a pesar del género popular que eligió para su expresión. Tan sólo conocemos de él dos romances de ciego que se publicaron en pliegos de cordel: "Trágico moral romance en que se describen las desgracias que con una loba rabiosa acaecieron en esta ilustre villa de Hinojosa del Duque..." (1787) y "Romance nuevo en que se expone al público un monstruo de naturaleza triforme..." (1789).



Desgracias que con una loba rabiosa acaecieron

(fragmento)


El cuarto, y ultimo juicio
de aquestos castigos pésimos,
es el de las bestias fieras,
y este se ve manifiesto        
en las orugas, langostas,
y otros fatales insectos,
que los campos nos devoran:
pero aun es el mas sangriento,
el de los voraces Lobos,         
y este mismo el fundamento,
de mi trágico Poema,
y de que este insigne Pueblo
de Hinojosa, este anegado
en dolor, y llanto acerbo.      
Fue el caso, que el día doce
de este de Marzo salieron,
al primer albor del día,
de esta Villa dos mancebos
el uno de diez y ocho            
años, y otro mas pequeño
de catorce, por la calle
de la Torrecilla, yendo
caballeros en jumentas,
a sus ganados y oteros;         
y apenas quinientos pasos
de dicha calle salieron,
cuando al paso les salió,
con el ímpetu mas fiero,
una Loba, que rabiosa,           
hacia el mayor embistiendo
lo derribó, y arrastró
con tan feroz movimiento,
que una oreja le arrancó,
y desde el vertical cerro     
hasta el cerebro le abrió,
le rompió parte del pecho,
le mordió brazos, y manos,
y le dejó cuasi muerto.
Pero apenas le dejó,             
cuando (ay que dolor!) asiendo
al menor, que estaba atónito
triste, asombrado, y suspenso,
furiosa le degolló
como a un humilde cordero:  
(oh infelice, y desdichado!)
y con espantoso estrépito
por los campos lo arrastró,
y no saciando con eso
su infernal sangrienta furia     
le devoró, cuasi el medio
cuerpo, tragándose fiera
tendones, fibras, y nervios
de forma, que el lastimoso
cadáver dejó en los huesos.    

(De Trágico moral romance en que se describen las desgracias que con una loba rabiosa acaecieron en esta ilustre villa de Hinojosa..., 1787)






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