Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

viernes, 25 de abril de 2014

1.967.- ESPERANZA CLAVERA PIZARRO

Esperanza Clavera Pizarro



ESPERANZA CLAVERA PIZARRO

Granada, 7-1-1939. Poeta. Actriz. 
Licenciada en Filosofía y Letras por la Universidad de su ciudad natal y aficionada desde muy joven al teatro y a la poesía, actuó en numerosos montajes teatrales bajo la dirección de Víctor Andrés Catena (Teatro Universitario de Cámara), destacadamente en Romeo y Julieta y en Hamlet. Ya en 1955 conoció los rigores de la censura con la suspensión por orden gubernativa de una esperada versión de La Celestina en la que interpretaba el papel de Melibea y que, al igual que las dos aquí citadas, debía representarse en el Palacio de Carlos V. En 1961 fue premiada en el Festival de Los Amantes de Teruel y, en 1962, se incorporó al Teatro Universitario Español (TEU), con 
el que actuó en tres obras bajo la dirección del dramaturgo José Martín Recuerda. 
Estuvo muy vinculada a la vida cultural granadina de los últimos 1950 y 
primeros 1960, cuyos aires renovadores se concentraron en la llamada “vanguardia cultural granadina”, y más concretamente al grupo literario “Versos al aire libre”. Su parentesco con el poeta Miguel Pizarro Zambrano –al que su amigo Federico García Lorca tildara de “flecha sin blanco”– y con la filósofa María Zambrano no es probablemente ajeno a tan temprana implicación en el mundo de la cultura y de la creación literaria. 
Sus primeros poemas aparecieron en revistas como Poesía española y Molino de papel, y sobre todo en la malagueña Caracola (seis poemas entre 1956 y 1961). Dichos poemas en verso libre fueron parcialmente recogidos en Árbol (Talleres de Francisco Román, Granada 1961). 
Residente en Estados Unidos desde 1978, y tras un largo silencio (1963-1986), la poeta renació a raíz de una grave enfermedad para conformar desde entonces una obra poética en la que destaca un elegante esteticismo nacido del embrujo y la pasión (lo mágico, lo cósmico, lo telúrico), a menudo en su simbología granadina (Alhambra, ajimez y luna), y, a la vez, el vigor, la hondura y precisión en la expresión de los grandes sentimientos (el dolor y el amor, etc.). Último tacto es una recopilación de la mayoría de sus sonetos (58), con un esclarecedor prólogo de su prima, la así mismo poeta Águeda Pizarro Rayo. 




Esperanza Clavera Pizarro 

(De Nueva York a la imprenta Bodonia de Granada)


Por ANTONIO GALLEGO MORELL

ESPERANZA Clavera Pizarro es sobrina de Miguel Pizarro -Flecha en el blanco, gran poeta, miembro de la tertulia literaria del Rinconcillo, en el Café Alameda de la plaza del Campillo en los años veinte, los del renacimiento cultural de Granada, y el mejor amigo, con Melchor Fernández Almagro, de Federico García Lorca y de mi padre, con quien conoció París con un 'kilométrico' conjunto de tren y que conservo con la fotografía que se hicieron los dos y que publicamos Cristina Viñes y yo en el 'Epistolario' de Melchor y de mi padre.

Esperanza tiene doble nacionalidad, con pasaporte, norteamericana y española, viuda por dos veces de norteamericanos, de gran fortuna, viene todos los años a Granada -una vez con motivo de la ocasión del Festival de Música, y a pesar de tener piso en Madrid y una espléndida 'massia' en el Ampurdán- y lo hace para imprimir en Granada algún pliego de sonetos, el tercero, en memoria de su segundo marido, Robert Terry Stuart -acaso lejano ascendiente mío que soy Morell Terry-, pliegos a los que dediqué un artículo en este diario -en todos sus viajes viene por mi casa- con el soneto de 'Melibea' que yo recogí luego en mi libro 'Memoria viva' publicado por la Editorial Universitaria y el Aula de Cultura de IDEAL. Melibea surge en el título del artículo porque encarnaba a esa figura en la Celestina, cuya representación fue prohibida por la censura franquista contra la que alzamos la voz Jaime Capmany y yo, y a pesar que el anuncio de la representación lo encabezaba un texto de Navarro Valls que entonces estudiaba Medicina en Granada y era novio de Esperanza.

El motivo de sus frecuentes viajes a Granada -en los que siempre pasaba una tarde con nosotros en mi casa porque, entonces, todavía tenía otro piso en las inmediaciones de la plaza de Gracia-, era traer sus textos, nacidos y corregidos por ella en las mesas que presidía de los consejos de administración de propiedades y negocios en Nueva York o en California.

Pero en esta ocasión no se trataba de un pliego más sino de un libro con su original colofón -no hay una buena tipografía sin colofón- y con título en inglés: 'Betrayal moon', que abarca catorce sonetos de Esperanza Clavera Pizarro, fue compuesto en tipos palatino e impreso sobre papel Freelife Mérida de 140 gr. para el interior y de 280 gr. para la cubierta. Cuidó su diseño Claudio Sánchez Muros y Rafael Juárez fue su primer lector. Se acabó de imprimir en los talleres de Bodonia, de Granada, durante la luna nueva de junio de 2006. Buenos nombres, Sánchez Muros y Juárez, para garantía de un libro de poesía y de ajustada impresión del mismo y buen poema final, el del colofón para cerrar la serie de sonetos; dos solos colores -azul y gris- para completar el limpio negro de los textos; pero no un gris o un azul no convencionales sino «gris y azul Esperanza Clavera», como el «azul y gris» eran también los colores de Juan Ramón. En la limpia tipografía de la portada las cuatro fases de la luna como breve ilustración bajo el título de 'Betrayal moon' (Luna traidora). La poeta tiene una única imprenta para todo lo que ha publicado, como el poeta de Moguer sólo tuvo la editorial Signo a la que dio su sello personal. He empezado por la imprenta para este comentario; piensen ustedes que me procuré visitar Parma tanto atraído por la Cartuja de Stendal como por el museo Bodoni y que traje como regalo que me hice la soberbia edición de la correspondencia Bodoni-Azara, este último el cuarto comentarista de Garcilaso, tras el Brocense, Herrera y Tamayo de Vargas.

Y luego, el libro impreso por Bodonia me llega con la sorpresa de su dedicatoria impresa, tan pura poesía como el colofón: « Un luminoso esplendor de primavera penetraba a través de los grandes ventanales semientornados del Palacio de las Columnas. Desde el fondo del aula ascendía clara y luminosa la voz del catedrático, don Antonio Gallego Morell. Tema de la magistral lección, 'El soneto' » (los puntos suspensivos iniciales de la dedicatoria son de la autora y estos finales son míos). Para la poesía de Juan Ramón fue esencial su editorial, por eso me he demorado, en estas notas, en la editorial de la Clavera.

Conocí a Esperanza antes de nacer. Los Clavera Armenteros -él, catedrático de Farmacia en la que llegó a ser su decano más emblemático-, llevaban a los hijos de su primer matrimonio a mi casa, vivían cerca de la Plaza Nueva, y los dejaban de niños a jugar con mi hermano y conmigo, para ellos cuatro -mis padres y los de ella- irse al cine en donde se celebraban los principales estrenos de Greta Garbo. La madre de Esperanza, la segunda esposa de José María Clavera, fue amiga de mi mujer y conocí a su tía Esperanza, que acaba de morir en Barcelona, hermana de Miguel Pizarro.

Estoy acercándome a los versos de la poeta apoyándome en todo lo que encuentro en su entorno familiar como también hice con los de Garcilaso con estudios previos sobre el poeta en Simancas, en las parroquias de Santa Leocadia y San Pedro Mártir de Toledo, en Batres, en el barrio de Guido en Nápoles, y después desembarqué en sus églogas, canciones y sonetos.

El soneto es la prueba del poeta, luego puede permitirse el versolibrismo. Como para Picasso o Dalí pudieron hacer lo que quisieron después del encaje de la primera comunión y de la cestilla de mimbre del pan. Para llegar al alejandrino el poeta tiene que pasar por el endecasílabo. Y nunca burlar los acentos, las comas, las sinalefas, los encabalgamientos En el soneto pueden aislarse versos que tienen ya un valor de estrofa, un cuarteto o un terceto que también vuelan como poema independiente.

Así, en el soneto I -Moonlight-:

Solo pasión mi corazón conforma,
y solo me enajena el sentimiento.

Lunas y olas del sur fueron mi canto

Profesé la inocencia y el quebranto
desveló la verdad. Mi pena inquieta
cumplió medida del dolor en llanto.



Poesía amorosa siempre la de Esperanza, erótica a veces, siempre apasionada, confrontando la medida de su verso con la desmedida de su vivencia apasionada. Esta poeta es hoy la voz más internacional de nuestras mujeres poetas sin estar todavía traducida, cosa difícil de realizar porque está escrita por ella en español pensando en inglés y traducida por ella misma en inglés pensando en español. Además, la difusión de su obra es minoritaria pero no olvidemos la dedicatoria «a la minoría siempre» de la antología de Juan Ramón con el contrasentido, en esta ocasión, de publicarla en una edición popular.

He citado mucho a Juan Ramón, sin su nombre es imposible la poesía moderna española como Pedro Salinas es imprescindible para explicar estos versos.

Presentados están ya la poeta y su obra. Que vengan detrás los investigadores con sus pinzas y estudien los tipos móviles de sus versos. Pero, por favor, que no rompan el mito. Sin el mito la poesía puede ser social o de la vida cotidiana, o del amor como pasajera aventura. Y éste no es el caso.



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