Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

viernes, 27 de marzo de 2015

EDUARDO ASQUERINO GARCÍA [2.074]


Eduardo Asquerino García

Eduardo Asquerino García (Barcelona, 26 de abril de 1826 - Sanlúcar de Barrameda, 30 de septiembre de 1881), periodista, poeta y político español, hermano del también escritor Eusebio Asquerino García.

Progresista, fue diputado en Cortes, senador por Valencia, Cádiz e Islas Baleares y ministro plenipotenciario. Director de El Universal, (1867) y de La América entre 1857-1870. Autor de Horas perdidas (1842), colección de leyendas en verso; Ensayos poéticos (1849) y Ecos del corazón (1853). Colaboró en Los españoles pintados por sí mismos con El cartero, en que describe en verso su indumentaria y las reacciones de la gente ante las noticias que les entrega. Casó con la sanluqueña Peregrina La Cave Domínguez.

Junto a su hermano Eusebio cultivó el teatro, dejando varias obras en colaboración: Doña Urraca (1865), La judía de Toledo (1843), Casada, virgen y mártir (1843), Españoles sobre todo (1844), Los tesoros del rey (1850), Eulalia (1851).




A una fuente

Ved sus soberbios caudales: 
Como plateadas centellas 
Los impetuosos raudales 
En guirnaldas de cristales 
Van á bordar las estrellas. 

O brotando confundidos 
Entre lirios y abedules, 
Van por las auras mecidos, 
Arcos de perlas perdidos 
En los espacios azules. 

Y apenas á orlar se atreve 
Con su planta el firmamento 
Menudos diamantes llueve, 
Con sus penachos de nieve 
Engalanándose el viento. 

Ya su raudal espumante 
La luz del sol centellante 
Baña en coral y topacios, 
Queriendo atar los espacios 
Con sus cotas de diamante. 

Y matizando las flores 
Caen sus gotas, que al verterlas 
Tornasolan los albores: 
Pintando iris de colores 
En la lluvia de sus perlas. 

Ya inquieta rielando mueve 
En caprichosos reflejos 
Sus blondas de gasa leve, 
O ya con rizada nieve 
Orla quebrados espejos. 

Ya coronas argentinas 
Dibujan sus manantiales, 
Cóncavos caen sus cristales: 
Sobre gayas clavellinas 
Tornasolados fanales. 

Ya sus hilos enlazando 
Los teje en trenza rizada; 
Ya su corriente quebrada 
Quejosa va murmurando 
En sonorosa cascada. 

O ya con nudos de perlas 
Redes tiende al firmamento, 
Y el viento ayuda á tejerlas, 
Y luego por no romperlas 
Se queda parado el viento. 

Y á las luces matinales 
Entre albores de corales 
Por el espacio, esplendentes, 
Van sus rizados cristales 
En enroscadas serpientes. 

Ya giran veloz surcando 
Cual cisne de nívea pluma, 
Columpios del aire blando 
Los espacios argentando 
Globos de rizada espuma. 

Ya ensortija entre crespones 
Su melena vagarosa: 
Ya de sus mismos florones 
En soberbios borbotones 
Va murmurando envidiosa. 

Ya en riscos abrillantados 
Nublando la luz día 
Se elevan, ó caen lanzados 
Del cielo en aljofarados 
Diluvios de argentería. 

Más ¡ay! 

que presto agotando 
Tus tesoros transparentes, 
Breves gotas destilando, 
Por sus pérdidas corrientes 
Te quejas como llorando! 

Como el viento, de pasada, 
Nada tu huella perdida 
Deja en la esfera azulada; 
La corriente de la vida 
¡Qué deja en el mundo? 

Nada! 

Que así cual rápidamente 
Se eleva, cae tu torrente, 
Y de la vida trasunto 
Vas á gozar solamente 
De vida en el aire un punto. 

Viendo esa fuente serena 
Pensó olvidar sus enojos 
El alma de angustias llena: 
Del manantial de su pena 
Fuente les sobra á mis ojos. 

Y adiós: que en celos ardiendo 
El volcán que el alma abrasa 
En vano apagar pretendo: 
También mi vida se pasa 
Como tus ondas: gimiendo! 




Sevilla

Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.


¡Ay! ¡qué aroma embalsamado,
y qué armonioso concento,
y qué susurro acordado
al claro espacio alborado
lleva en sus alas el viento!

¡Salve, ciudad de las flores!
que hasta olvidé mis dolores
en tus eternos pensiles;
¡Eden de los Irasfiles,
paraíso de los amores!

Al sol tocando su frente,
en mar de aromas se baña
rica matrona esplendente;
es la perla que el Oriente
dejó entre flores á España.

La que en sus glorias encierra
al que tuvo en santo anhelo
ganando su trono en guerra,
para reinar en su tierra
que santificarlo el cielo.

Paraíso de serafines,
la de los gayos jardines
señora del reino moro,
la de los mil paladines,
la de la torre del Oro.

En el Eden de Irasfil
el mas fragante pensil,
la envidiada maravilla
de pueblos y reyes mil,
la hermosa oriental Sevilla.

Esas montañas frondosas,
murallas de nardo y rosas
que por cercarte se enlazan,
díme si amantes te abrazan
ó te aprisionan celosas.

En prados de eterna gualda
la alzó el abril sus altares,
y, bordando su esmeralda,
la están guardando la espalda
con sus abismos los mares.

Y en red de cristal prendidos
sus anchos valles dilata
de mil colores vestidos:
íris de flores tendidos
entre serpientes de plata.

¡O sobre ti sus celajes
dejó la pintada aurora,
ó guardan aun tus ramajes,
los pendones y plumajes
y ríos de sangre mora!

Plateados espejos fieles
anhelando retratarla
abandonan sus vergeles
y envuelto en rosa y laureles
el Bétis viene á besarla.

Murmullo de sus querellas
todo el aire es ruiseñores,
todo su espacio colores,
y todo su cielo estrellas,
y todo su campo flores.

Que Dios la dió de abedul
floridas selvas sin fin,
sus perlas la mar azul,
de Europa rica Estambul,
del orbe eterno jardín.

Y es del imperio oriental
el mas glorioso blason
su gigante catedral,
de los cielos pedestal,
de los siglos panteon.

Que yo en su Giralda leo
cuanto de grande el deseo
en sus delirios encierra,
de las edades trofeo,
monumento de la tierra!

Orlada en perlas y azahares
ya las armadas no ves,
que de remotos lugares
rizando los anchos mares
rinden tributo á tus piés.

Ni el árabe centinela
quejarse en dulce concento
tras la celosa cancela,
cuya amante cantinela
murmura envidioso el viento.

¡Qué se hizo la selva umbría,
do el rey Alhamar un dia
con tristes quejas amargas
su pesadumbre decía
á Garci Perez de Vargas!

¡A dónde el bravo adalid
que compitiendo en su gloria
fué de los árabes Cid!
A cada aurora una lid;
cada lucha una victoria.

¿Dó tu poder? ¿Dónde fueron
los conquistados tesoros?
¿Dó tus falanjes huyeron?
Dó tu esplendor? ¿Qué se hicieron
las justas de reyes moros?

Tachonados de trofeos,
dó tus palacios —alhambras?
¡Dónde, alegres devaneos
alternando en tus torneos
cañas, sortijas y zambras!

¿Dónde tus estancias bellas
con sus vidrios de colores
y embalsamados olores?
¿Dó las cristianas doncellas
del harem de los amores?

¡Y cuán amargo fué el lloro
de aquel arrogante moro,
cuando hincada la rodilla
entregó la llave de oro
de la opulenta Sevilla!

¡Qué en Buena Vista sentía
cuando su adios te decía
de Atjataf el pueblo fiel!
Sin un Dios, nuevo Israel,
que á los desiertos huía.

El llanto vertiendo á rios
te despiden con clamores.
Así van los ruiseñores s
i cazadores impíos
roban su nido de amores.

Nido de amor y placeres,
trono de Venus y Ceres
rodeado de serafines:
¡si me encantan tus jardines
me arrebatan tus mujeres!

¡Ay! tal vez enamorada
bebió un suspiro la brisa,
que el alma quedó arrobada
en una tierna mirada,
en una dulce sonrisa.

Mas del sol de los placeres
jamás la luz se ha nublado:
te dió la gloria sus seres...
nuevo paraiso encantado,
ángeles son tus mujeres.

Que el árabe, sin enojos
al humillar su altivez,
parece la dió en despojos
lo rasgado de sus ojos,
lo moreno de su tez.

Y aun allí el Bétis retrata
empavesados bajeles,
y aun á los mares dilata
presas sus ondas de plata
en cenefas de claveles.

Y sin su pompa oriental
aun es de Tiro pensil,
y aun ostenta sin igual
con las galas del abril
sus auroras de coral.

Y su Giralda atrevida,
de su alcázar los jardines,
la amante queja sentida,
su angosta calle torcida,
sus cancelas de jazmines.

Sus auras embalsamadas,
su corona de luceros,
sus floridas enramadas,
sus noches enamoradas,
sus selvas de limoneros.

Y aun, cual hermosa, esplendente
en mar de aromas se baña
Sevilla, alcázar potente;
rica perla que el Oriente
dejó entre flores á España.

Quizá en el alma grabado
llevo tu rostro, sultana;
adios queda, sevillana,
aun naciente, enamorado
lucero de mi mañana.

Y adios, ciudad de las flores,
que tanta ventura encierra
que hasta olvidé mis dolores:
paraiso de los amores,
poesía de la tierra.


jueves, 26 de marzo de 2015

GUILLERMO SENA MEDINA [2.073]



GUILLERMO SENA MEDINA
      
Guillermo Sena Medina nace en Bailen, Jaén el 11 de julio de 1944, residiendo en La Carolina desde los pocos dias hasta su marcha a estudiar a Jaén en 1959 para hacer Bachiller Superior y a Granada donde se Licencia en Derecho y obtiene la titulación de Graduado Social en los cursos 1962-1967. Se incorpora a su primer destino profesional (1971) en Arcos de la Frontera, regresando a residir en la Capital de las Nuevas Poblaciones en 1979. Nuevos traslados a diversas fiscalias hasta su destino actual de Fiscal jefe del tribunal Superior de Justicia de la Región de Murcia. Casado y padre de cuatro hijos.
      
Cronista Oficial de la Real Carolina, pertenece entre otros ámbitos a la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, Instituto de Estudios Giennenses, Centro de Estudios Históricos de Granada y su Reino, Real Academia de Nobles Artes y Bellas Letras de Cordoba, Centro de Estudios sobre Nuevas Poblaciones "Miguel Avilés", etc.  
      
Colaborador de prensa diaria, revistas, y escritor de numerosas poesías. Ha pronunciado decenas de conferencias, recitales y pregones. Organizador junto con otros investigadores de los Congresos Históricos sobre las Nuevas Poblaciones, y responsable de las colecciones de poesia La Peñuela y Cabria de La Carolina.   Amplia bibliografía sobre temas de Historia, Arte, Flamenco, Derecho y en especial sobre el gran poeta místico San Juan de la Cruz.

* Fuente: Sena Medina, G: Mi Semana Santa Carolinense. 2004. 

LIBROS Y CUADERNOS

-SONETOS A CORAZÓN ABIERTO
-COMPÁS DE SILENCIOS-Ediciones Comunicación Literaria de Autores  
-ESTA PALABRA INÚTIL (1978-1997)-Ayuntamiento de Jaén  
-MÁS ALLÁ DEL OLVIDO-Institución Literaria Federico Mayor Zaragoza  
-AL PASO DE LOS DIAS
-CASIPOEMAS POR NAVIDAD-Universidad Católica San Antonio de Murcia 
-JAÉN EN EL DESCUBRIMIENTO-Caja General de Ahorros de Granada  
-A ZAGA DE TU HUELLA-Universidad Católica San Antonio de Murcia
-CRÓNICA GIENNENSE-Diputación Provincial de Jaén  
-JUAN RUIZ DE CISNEROS, ARCIPRESTE DE HITA ¿FIN DE UN ENIGMA?
SENA MEDINA, GUILLERMO / MARTÍN MARTÍN, JACINTO
-LAS OBRAS DE LA MAR ; LAS OBRAS DEL AMOR ; CÁNTICOS VERDES, AMARILLOS, GRISES ; HERMANAMIENTO JUAN RUIZ-SAN JUAN DE LA CRUZ BLANCO GARCÍA, JOSÉ / MARTÍNEZ VELA, FRANCISCO DE PAULA / SENA MEDINA, GUILLERMO-Ayuntamiento Alcalá La Real  
-JUNTO A LA MINA Y OTROS POEMAS DE MI TIERRA
-SAN JUAN DE LA CRUZ. POESIAS. (EDICIÓN, ESTUDIO NOTAS DE GUILLERMO SENA MEDINA
-POEMAS EN SANGRE VIVA
-TIEMPO DE PASIÓN Y POESÍA-Universidad Católica San Antonio de Murcia
-Manolete, Ponce y otros poemas taurinos

PUBLICACIONES EN ACTAS DE CONGRESOS Y REVISTAS

-La rendición de Bailén, Casado del Alisal y la pintura de historia. Boletín del Instituto de Estudios Giennenses, ISSN 0561-3590, Nº. 57, 1968.
-Una romántica, Frasquita Larrea, de paso por tierras de Jaén. Boletín del Instituto de Estudios Giennenses, ISSN 0561-3590, Nº. 101, 1980.
-Antecedente teresiano del "Mirabrás". Boletín del Instituto de Estudios Giennenses, ISSN 0561-3590, Nº. 111, 1982.
-Carlos Lemaur y el Camino de Despeñaperros (Junto con Juan Enrique Ruiz González). En Carlos III y las Nuevas Poblaciones / coord. por Miguel Avilés Fernández, Guillermo Sena Medina, 1, 1988, 84-7801-033-5, 23-42. 1, 1988, 84-7801-033-5, 23-42.
-La poesía en la Real Carolina en la época fundacional. En Carlos III y las Nuevas Poblaciones / coord. por Miguel Avilés Fernández, Guillermo Sena Medina, 2, 1988, 84-7801-034-3, 75-94. 2, 1988, 84-7801-034-3, 75-94.
-Noticia de la nueva población de San Carlos del Valle. Nuevas poblaciones en la España moderna / coord.G. Sena, M. Avilés, 1991, ISBN 84-87785-00-X, 319-324. 319-324.
-Las Nuevas Poblaciones de Carlos III y la división Provincial. Boletín del Instituto de Estudios Giennenses, ISSN 0561-3590, Nº. 150.1993. 
-La Aliseda, lugar de la muerte del rey Alfonso VII el emperador.Boletín del Instituto de Estudios Giennenses, ISSN 0561-3590, Nº. 153, 2. 1994.
-La Serranilla en Sierra Morena. Boletín del Instituto de Estudios Giennenses, ISSN 0561-3590, Nº. 152. 1994.
-El fiscal Campomanes y las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena y Andalucía. Actas VI Congreso Histórico sobre Nuevas Poblaciones : La Carlota, Fuente Palmera, San Sebastián de los Ballesteros, 11 al 14 de mayo de 1994 / coord. por Juan Rafael Vázquez Lesmes, Siro Luis Villas Tinoco, 1994, ISBN 84-87826-48-2, 665-676. 665-676.
-Los cronistas de Indias de Jaén. Boletín del Instituto de Estudios Giennenses, ISSN 0561-3590, Nº. 162, 2. 1996.
-La Carolina en una guía linarense editada por Juan Sanchez Caballero. Boletín del Instituto de Estudios Giennenses, ISSN 0561-3590, Nº. 172, 1. 1999.
-La Carolina (Jaén). Murcia, palmo a palmo: crónicas de las ciudades y pueblos de la Región / coord.por Manuel Herrero Carcelén, 4, 2001, 978-84-690-6951-6, 429-432. 4, 2001, 978-84-690-6951-6, 429-432.
- El Ministerio Fiscal y la Ley Orgánica sobre la responsabilidad penal de los menores. La protección de menores : derechos y recursos para su atención / coord. por María Teresa Martín López, 2001, ISBN 84-470-1699-4.

 PARTICIPACIÓN EN PROGRAMAS DE FIESTAS

- La Fuente de San Juan de la Cruz. Programa de Fiestas Patronales de San Juan de la Cruz. La Carolina. 1983.  
- Los Carmelitas en la Colonización de América. Programa de Fiestas Patronales de San Juan de la Cruz. La Carolina. 1988.



       ...Y ME QUEDÉ

                                    Cuando me conocí
                                    y me descubrí,
                                    decidí vivir conmigo
                                    como había intentado hacer
                                    desde que me sentí adolescente.

                                    El día que logré saberme cierta
                                    y existente,
                                    tomé la decisión grata
                                    de residir conmigo
                                    y comprobar cómo saldría el experimento.

                                    Cuando divisé los atisbos
                                    de mí que me quedaban dentro,
                                    cogí la maleta grande de mamá
                                    y partí rumbo a mi destino.

                                    Cuando llegué a mi misma
                                    te encontré a ti...
                                    y me quedé conmigo y contigo.




Virgen Patrona de Baños 

Descendiste del Cielo hasta una encina
junto al río Rumblar que cruza y baña
tierras jaeneras en el Sur de España,
de sabor medieval y son de mina.

Silueta del Castillo en la colina,
las callejas, la ermita y su espadaña,
San Fernando en leyenda y en hazaña,
Baños, bañado por la luz divina.

Sigue el pueblo pidiendo que le acojas,
elevando, Señora, su plegaria
al filo del encanto que te brota.

Y el milagro cuajó sobre las hojas
de aquella vieja Encina centenaria,
quedando tu silueta en la bellota.





PREGUNTA Y RESPUESTA 
A MANUEL GONZÁLEZ MONTES

¿Dime, pintor amigo, no es la mina
la secreta razón de tu pintura
y al ver en lontananza su estructura
te atrapa, te seduce y te ilumina?.

Linares, Centenillo, Carolina,...
esta sierra que en ti se transfigura,
dan a tu arte esa noble altura
y la firmeza por donde camina.

Y es que Dios quiso darte el don primero
de un alma de romántico minero
que amara estos lugares y esta gente

para amasar en tus manos y en tu mente
colores de otro tiempo ya perdido
que tus paisajes salvan del olvido.





Páginas para un libro sin final, de Guillermo Sena Medina


Hacia el profundo,
hacia el mar, donde el abismo
multiplica su negrura vertical
al límite de la luz perdida.

Hacia la altura,
hacia el azul inmenso donde
la nube, donde el águila
vive fugitiva y libre.

¿Hacia dónde caminamos
que ni siquiera
alientan las pisadas
los cálidos sabores del recuerdo?

(Más allá del olvido, 2003)


Guillermo Sena es considerado como uno de los tres poetas místicos más importantes de la actualidad.


Toma mi verso
y estrújalo en tu mano,
si mana sangre
es el dolor del poeta
por cuanto hay en el hombre
que no es humano.

(Compás de silencios, 1977)



Merece la pena acercarse a su obra, que llama la atención por ser una poesía acendrada, directa, ajena a símbolos abstrusos o esas interminables notas a pie de página que nos remiten a las crípticas intenciones del autor, entorchados lingüísticos que embarran en exceso la creación poética y, algo que Sena no olvida, el placer del lector de poder leerla, comprenderla, aprehenderla, compartirla. 

Porque la poesía de Sena va dirigida al cuerpo y al alma tal cuales son, sin retorcidos artificios o epatantes estructuras, con especial querencia por el verso endecasílabo. La honestidad de Guillermo Sena comienza consigo mismo.



Para decir amor
no es preciso la palabra,
ni la voz del poeta,
ni la sutil presencia
de la mujer amada.

Para decir amor
no hace falta el viento
ni la sílaba pura
que se espera y escucha
de unos labios sedientos.

Para decir amor
basta con las miradas,
voces del corazón,
luces de la ilusión,
besos del alma.

(Redil de sombras, 1984)



Páginas para un libro sin final (Quaderna Editorial, Murcia, 2007) es un magnífico compendio y una estupenda edición para todo aquel que desee acercarse a la obra del poeta de Bailén. Se compone de cinco poemarios (cuatro editados anteriormente, uno inédito) compuestos entre 1977 y 2006. De su obra estamos entresacando los bellos ejemplos poéticos que adornan la reseña (extensión del blog obliga a no por cortos, menos trascendentes muestras). Porque la poesía -como el buen cine-, no hay que explicarla, hay que saborearla.

Los cinco poemarios presentan un tema en común, la palabra, su trascendencia y su relación con el otro (o en el caso más deseable, con los demás). Valores expuestos mediante intensas anáforas o repeticiones ajustadas a derecho. Puente sobre aguas turbulentas que llamamos vida, pero puente renacentista al fin y al cabo.


Alardea el poeta de sus versos
y se ufana de verlos publicados.
Los quiere muy leídos, comentados
por amigos, por críticos conversos.

Escribe libros con temas diversos,
dando en ellos su vida y sus pecados.
Los mira con los ojos asombrados
y sufre por los juicios más adversos.

¡Cuánta ilusión y cuánta fe tan fútil!
La realidad está junto al dinero
y no le gusta ir tras las palabras.

Te decía, poeta, es inútil
marchar a contrapié del mundo entero,
más ¿cómo cosechar si nunca labras?
                                                                               
(Ésta palabra inútil, 1978)


La persona es la palabra, y Guillermo Sena dignifica la palabra en estos tiempos de pleonasmos e hipocresías (las ineficacias de la palabra, como las denomina Alfonso Ortega Carmona en su prólogo al libro). Si un autor es importante cuando te enriquece, merece la pena acercarse a Guillermo Sena Medina, aunque al fin te enroque más en un mundo de imaginación que en el de la realidad pedestre, más que descarnada, implacablemente expuesta. Y así, tal y como esta última se nos presenta, ¿quién quiere reafirmarse en la realidad, en lugar de en los versos del poeta?

Lo más probable es que sigamos siendo un grupo reducido, pero no cabe duda que selecto.




RUMOR DEL MAR
(MAHLER)

Rumor, rumor del mar: coral sublime.

La espuma rompe sus silencios: notas
sobre pentagramas de sal y viento.

Las olas ante las rocas se humillan
tejiendo encajes blancos verdiazules.

Grandes amantes, la tierra y el agua,
se arrullan lujuriosos en la arena.

Por la playa pasea Gustav Mahler
grabándose en el alma este recuerdo
para fundirlo en música sinfónica.

(De su Sinfonía lírica, Ed. Rondas, Barcelona, 1978)



Gusta reencontrarse con la palabra auténtica, digna, sincera, humana (en su sentido más noble). Y aún siendo personal es transferible, reflejo de unas vivencias que, inspiración del poeta, devienen reflejo de la de muchos otros seres. La tierra ha sido labrada, y la cosecha es esplendorosa. El viento se encargará de lo demás.


Escrito por Javier C. Aguilera “Patomas"

















martes, 24 de marzo de 2015

KRIS LEÓN [2.072]


Kris León 

(Málaga, 1990) publica su primer libro titulado Animal de Deseo (Ediciones en Huida, noviembre 2014). 
Es gestora cultural, comenzó a dar recitales con la asociación de música y poesía La Rebotica, organiza la sesión mensual Barra libre de poesía



Escribo porque tengo miedo a la muerte.
Porque escribir me da vida.
Escribo porque necesito seguir buscando.
Porque soy como tú,
porque no soy como tú.
Porque no sé quien soy.

Escribo porque quiero vivir
más de una vida,
porque quiero amar
más de lo que amo,
porque quiero ser
más allá de mí.







Animal de Deseo (Ediciones en Huida, noviembre 2014). 

Desde la primera a la última página, sus versos se convierten en mosca, gorrión, gato, araña o águila, dándole cuerpo a una poesía cruda, directa, salvaje, que rastrea en lo cotidiano. Sus poemas son viscerales, son formas de emprender la búsqueda hacia sí misma y lo que la rodea, de explorar el vacío y palpar el miedo, la memoria y sobre todo, el deseo.




Pertenezco a esa raza de animales malditos
que intentamos estrangular el vacío
justo a tiempo,
que creemos poder extraer la vida,
la auténtica vida,
de cualquier lugar,
en cualquier momento,
en cualquier cuerpo.





Animal de Deseo

Cielo gris y ventanilla. 
Te aproximas a palacio. 

Vas a pisar charcos, envolverte en otras sábanas, 
vas a darle nombre a tu vida en otras calles. 
Quién sabe.

Tú estás en marcha,
alejándote del punto fijo 
y nunca creíste en el horizonte.

Cielo gris y ventanilla.
Te alejas
pero también 
te aproximas.

No vas a dejar de buscar,
Animal de Deseo.






Afonía

No me nace la voz.
Toda sílaba escuece en la garganta.

Me pregunto si, aun así,
habrá alguien que quiera escucharme,
que quiera quedarse
para llegar a entender
quién soy.

La realidad me exige demasiado.
A veces no puedo evitar
quedarme a las puertas
rascándome las heridas,
dejando que la sangre fluya
y empape el verso,
arrancándole las costras al silencio.

Estoy sola
porque ni siquiera estoy conmigo.
Repito dócilmente
todo aquello que supone saberse con vida.

Solo intento anestesiar el dolor
y los sentimientos.
Mantengo la calma,
cumplo las reglas.
Me alejo
esbozando una enigmática sonrisa
justo antes de regresar a casa
para volver a buscar una nueva forma
de gritar sobre un papel
que tengo miedo.





Puerta cerrada

Las puertas cerradas
me dan miedo.

La voz araña antiguas canciones,
el mapa señala nuevos puntos de fuga cada semana.

Los gatos maúllan bajo el vestido,
las sombras se restriegan contra mis costillas
y yo 
siempre parezco tan perdida.

La gente se asoma a mi cuerpo
como a un escaparate.

No sé si aún resuenan los pasos de todos los que se fueron
o es que nunca he dejado de escuchar mi propio eco,
ese rumor del inicio descosiéndose
una y otra vez.

No sé si siempre ha habido nadie.

No puedo dejar de no encontrarme.

¿Crees que las despedidas son suficientes
para decir adiós?

Me dan miedo 
las puertas cerradas,
el alma entreabierta,
las historias condenadas al silencio.

Abrir la puerta
y comprobar que, tras ella,
no hay nada.

Eso sí que me aterroriza.





(Des)Hechos para esto

Dicen 
que callamos demasiado.

Nosotros nos olfateamos 
las heridas.

Nosotros dejamos bien marcado
nuestro territorio.

Nos hicieron
con el silencio en los labios
pero nos dibujaron una boca
sobre el corazón.

Nos olisqueamos el deseo
y meamos sobre el dolor.

Un mordisco,
apenas un intercambio de tiempo, 
saliva
y latidos
para después
volver a huir
hacia un rincón silencioso
y falto de luz,

para después 
volver a nuestras soledades
y desde ellas recordarnos
y seguir imaginándonos
de manera cobarde.

Parece como si estuviéramos hechos
para esto:
para evitar el reencuentro
por miedo a la inevitable despedida.

Parece como si estuviéramos
deshechos
para esto:
para acabar latiendo
sobre una página cualquiera,
para nacer en una noche cualquiera
y morir en un poema
a la mañana siguiente.






La cicatriz

Soy la cicatriz. 
Mi cuerpo tiene 16 años.
El cuerpo de mis poemas tiene 24 años.
Lo que amo 
(lo que más amo)
no tiene cuerpo.

Soy el instante 
y su monstruosa y bella cicatriz.

Me he engañado creyendo que te esperaba. 
A ti.
Pero lo único que ahora espero
es encontrar una parte de mí misma,
es estar enferma de vida, 
borracha de azules, 
rodeada de pieles que se erizan.
Lo único que espero
es empezar a medir las distancias
por el número de sueños que puedan extenderse
entre el punto de origen y el de llegada.

Soy la monstruosa y bella cicatriz,
el vértigo congelado,
el relámpago sobre el sexo.

Soy.
Me basta.

Los demás siguen abriendo y cerrando puertas
y yo 
sigo abriéndome y cerrándome,
sigo escribiendo 
sin saber exactamente qué me estoy arrancando.

Solo sé 
que quien hunde su boca en las palabras 
anhela
en silencio
besar el mar.





Útero

Algún día sabré qué hacer
con estos 50 kilos, 
estos 24 años de miedo y deseo,
algún día encontraré la manera
de ser yo
y anestesiar todo lo que me duele.

Y no estaré cansada.
De no reinar en mi propia vida.
De ser súbdita de mi cuerpo.

Y dejaré de drogarme 
el alma
con poemas 
y dejaré
de drogar 
los poemas
introduciendo en ellos mi alma.

Escúchame, yo
solo quiero un corazón
que no lata a destiempo.
Quiero la copa llena
cuando todo se vacíe.
Quiero la desnudez.
La pureza.

Quiero comer
con mi útero.
Amar
con mi útero.
Sentir 
con mi útero.

Quiero amordazar al resto de mis órganos,
no sentir con mi cuerpo,
que no sea él,
que no mande él,
no someterme a él,
ser yo
quien siento
por encima de mí misma,
y reinarme,
alejarme,
alejarme mucho,
alejarme tanto,
tanto,
tanto,
tanto,
tanto,
hasta conseguir
estar verdaderamente
dentro de mí.